Todos lo saben
Tres jueces han juzgado a los cinco miembros de “la manada”, acusados de una violación múltiple. Dos han resuelto condenarles por abuso sexual. El caso ha sido devorado por una verdadera manada de hienas, que han querido sacarlo de su ámbito natural, el de los juzgados, para convertirlo en un asunto puramente ideológico. No se trata de seis jóvenes en un portal durante los sanfermines, sino que ella representa a todas las mujeres y ellos a todos los hombres. La campaña tiene la altura intelectual habitual. Verbigracia, sus lemas “yo sí te creo” y “no es no”.
Tres jueces han juzgado a los cinco miembros de ‘La manada’, acusados de una violación múltiple. Dos han resuelto condenarles por abuso sexual, y un tercero ha pedido su absolución, en un voto particular.
El caso ha sido devorado por una verdadera manada de hienas, que han querido sacarlo de su ámbito natural, el de los juzgados, para convertirlo en un asunto puramente ideológico. No se trata de seis jóvenes en un portal durante los sanfermines, sino que ella representa a todas las mujeres y ellos a todos los hombres. La campaña tiene la altura intelectual habitual. Verbigracia, sus lemas “yo sí te creo” y “no es no”. El primero es absurdo, porque la condena tiene como base exclusiva, junto con los vídeos, el testimonio de la joven. Y la segunda también, porque nunca dijo que no.
A esta campaña infame se ha sumado el ministro de Justicia, Rafael Catalá. Ha elevado su catadura moral al de tertuliano de La Sexta Noche, donde ya le arrearon un argumento ad hominem al juez discrepante. Él también se suma a la destrucción del juez diciendo que “todos en la carrera saben que tiene un problema singular” y que «el CGPJ debería haber actuado».
Lo dice él, que es ministro de Justicia. En lugar de defender a los jueces de los ataques que están sufriendo, se suma a la turba que quiere sustituir el sistema judicial por comités de salud pública. Este García Oliver venido a más gracias a la ludopatía ha dejado claro que no tiene ningún respeto por la independencia de los jueces. Y eso, gracias a él, todos lo saben.