Ahora que Estrasburgo blanquea a Otegi
Otegi ya es una víctima del sistema judicial español. Como lo fue el Lute. Una cosa igual o parecida; mientras uno robaba gallinas por los pueblos de España, el otro ya sabíamos lo que hacía. De sus pasados violentos no decimos nada, que ya vino el otro a recordarnos que Arnaldito es un hombre de paz.
Otegi ya es una víctima del sistema judicial español. Como lo fue el Lute. Una cosa igual o parecida; mientras uno robaba gallinas por los pueblos de España, el otro ya sabíamos lo que hacía. De sus pasados violentos no decimos nada, que ya vino el otro a recordarnos que Arnaldito es un hombre de paz. Luego el Follonero terminó de vendérnoslo como un luchador por las libertades en ese programa suyo que aún no sabemos por qué no se lo compra la BBC. En todo caso a la juez Murillo -la que lo ha liado todo- no hace falta recordale que Otegi no es un ángel (de los de Murillo pintor), pero también cabe recordarle que la lengua es un caudal sabiéndola manejar, y que podría haber ladrado menos y trabajado mejor en los días que debió hacerlo. Que con juezas tan torpes como ella -o como los 15 del Supremo probanca en lo de las hipotecas-, poco nos queda que hacer.
Tiene narices que el Tribunal de Estrasburgo nos venga ahora a blanquear a Otegi por el proceder de una jueza a la que pierden las formas y le pierde la lengua. Ahora ya está el nacionalismo voceando que la Justicia española es franquista y cosas peores, que en los errores del Estado de Derecho están los hijos del terrorismo para justificar las infamias de sus padres.
Lo curioso es el baile de simpatizantes de los del tiro en la nuca así, bailando como el aurresku ahora que Estrasburgo dictamina que Otegi no tuvo un juicio justo en España.
Más allá de todo, queda ese Otegi ahora con doctrina de víctima, como un torturado de las togas españolistas que irá vendiendo que los jueces españoles son como un gabinete de los errores.
Es sabido que en Europa tampoco han sido muy sensibles con lo que hemos sufrido el terrorismo. Otegi queda blanqueado en Europa y nos tenemos que tragar su victoria y esos tuits tan suyos vestidos de tierno montañero.
Ahora que escribo se ha ido Otegi a fotografiarse con Puigdemont: el puro fin de la Historia.