AMLO, la ilusión y la realidad
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es ya nuevo presidente de México tras arrasar en las últimas elecciones alcanzando un histórico 53% con más de 30 millones de votos, un respaldo que jamás había logrado nadie en la historia de México
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es ya nuevo presidente de México tras arrasar en las últimas elecciones alcanzando un histórico 53% con más de 30 millones de votos, un respaldo que jamás había logrado nadie en la historia de México. Y llega a la presidencia de un país destruido por la corrupción, el crimen organizado y la gestión de gobiernos que han amparado y favorecido el desastre. Su elección ha generado inmensa ilusión en un país en el que, curiosamente, nunca había gobernado la izquierda.
No conozco personalmente a AMLO, aunque sí a dos personas que forman parte de su equipo de confianza. Quienes le conocen bien garantizan que no es un populista demagogo, sino un hombre estajanovista, con una fe inquebrantable en su país, trabajador infatigable, hiperactivo, y convencido de que es posible cumplir todo lo que ha prometido en campaña, en estos meses de gobierno en funciones de Peña Nieto y en sus formidables discursos en la Asamblea y en El Zócalo. Y por el nivel, la ejecutoria y la honradez de mis dos fuentes, quiero creer que ahora, una vez que choque con la realidad, AMLO sea capaz de afrontar el reto de sacar de la pobreza extrema a millones de mexicanos, acabar con la desigualdad social y liquidar el poder del crimen organizado a la vez que limpia de corrupción unas instituciones en las que nadie confía, y que pueda hacerlo respetando las reglas de un Estado de Derecho y la seguridad jurídica. Porque el trabajo que tiene por delante, por mucho que vaya a hacer reuniones diarias a las 6 de la mañana con el Consejo de Seguridad y a trabajar 16 horas, no son cuestiones menores o puntuales, sino reformas profundísimas de una política, una administración, unas instituciones y una parte de la sociedad que se van a resistir a perder sus privilegios. Va a necesitar que su equipo funcione como un reloj, en efectividad y ejemplaridad, y que la sociedad reme a su lado, y no es tarea sencilla en México.
Quienes en España le ven como una suerte de populista al estilo Chávez y próximo a lo que en España representa Podemos desconocen que cuando los líderes de este partido español viajaron a México para tratar de que AMLO les diera su apoyo para sacar rédito de su trayectoria de lucha por la democracia en México, el ya presidente les dio calabazas y se negó a que sucediera tal cosa.
Lo que me llamó la atención y me sorprendió es la ausencia ayer de líderes europeos. Solo España, con el Rey Felipe VI envió una representación de primer nivel. Incomprensible y triste que Francia, Gran Bretaña, Alemania, Italia, etcétera, no estuvieran representadas como debieran. El mismo AMLO se ha puesto el listón muy alto. Ojalá la realidad no acabe con la ilusión. Los mexicanos se lo merecen. Y lo necesitan.