El Robin Hood de Vallecas
En el documental Apuntes para una película de atracos, recién nominado a los Goya, León Siminiani cuenta la historia de Flako, el “Robin Hood de Vallecas”, un ladrón que robaba bancos a través de las alcantarillas.
En el documental Apuntes para una película de atracos, recién nominado a los Goya, León Siminiani cuenta la historia de Flako, el “Robin Hood de Vallecas”, un ladrón que robaba bancos a través de las alcantarillas. En 2013 fue detenido y condenado a prisión. Siminiani aprovecha sus permisos para reconstruir su historia, pero le interesa más su perfil psicológico que la narración de los hechos.
La materia prima del filme es excelente, y el tratamiento de Siminiani es heterodoxo. Como en su anterior documental, Mapa, que narra una ruptura y un viaje a la India, Apuntes no es solo la historia de Flako, sino un nuevo episodio de la autobiografía de Siminiani. El director madrileño suele usar la excusa de hacer cine para contar su vida. Si en Mapa esto le hacía caer a menudo en el solipsismo y la autocomplacencia (aunque otras veces la ironía salva la película), en Apuntes consigue salirse de sí mismo y contar la entrañable relación que tiene que con su personaje.
Flako enseña a Siminiani sus trucos, cuales son las mejores tapas de alcantarilla, cómo identificar qué edificios de Madrid tienen sótano (para acceder desde el subsuelo a las sucursales bancarias). Pero sobre todo intenta justificar su estilo de vida: su padre lo introdujo en el robo por butrón y era casi inevitable que él siguiera sus pasos. Para Flako robar bancos era un trabajo, pero también una especie de herencia y homenaje a su padre. A través de sus conversaciones, la relación entre Flako y Siminiani se vuelve muy cercana. Hay una brecha de clase importante, que Siminiani señala a menudo, pero también una conexión sincera y entrañable.
A menudo, Apuntes recuerda al estilo Joshua Oppenheimer, especialmente a The Act of killing, donde el documentalista británico intentar reconstruir las matanzas de comunistas en Indonesia entre 1965 y 1966. Oppenheimer pide a los verdugos que representen sus matanzas, a veces de manera excesiva y teatralizada. El resultado es escalofriante: se mezclan el deseo de los verdugos de explicarse y redimirse con el exhibicionismo. En Apuntes, Siminiani consigue que Flako recree sus acciones, y el resultado es intencionadamente cómico y amateur. Flako quiere contar su historia (la cuenta en una autobiografía de próxima publicación en Libros del K.O., titulada Esa maldita pared), está obsesionado con su propia imagen y con sus hazañas, y es muy exhibicionista. Al principio, no entiende el proyecto, y da la sensación de que le decepciona. Progresivamente, comienza a disfrutar del juego, y la película se convierte en una divertida buddy film.