THE OBJECTIVE
Pau Luque

Yours Faithfull

Marianne Faithfull está en plena forma. Esto, que podría sonar como humor negro para cualquier que conozca las vicisitudes de su vida ­– y que precisamente por ser humor negro no molestaría a la dama en cuestión –, se convierte en una verdad tan firme como los puentes sobre el Támesis cuando uno escucha sus dos últimos discos de estudio, Negative Capability (2018) y Give My Love to London (2014).

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Yours Faithfull

Marianne Faithfull está en plena forma. Esto, que podría sonar como humor negro para cualquier que conozca las vicisitudes de su vida ­– y que precisamente por ser humor negro no molestaría a la dama en cuestión –, se convierte en una verdad tan firme como los puentes sobre el Támesis cuando uno escucha sus dos últimos discos de estudio, Negative Capability (2018) y Give My Love to London (2014).

Es extraño que un artista en la escena del rock alternativo dé lo mejor de sí mismo en su crepúsculo. Lo normal es que su cénit suceda en su juventud o en su madurez. Más raras son las trayectorias irregulares, que combinan momentos sublimes con momentos mediocres de forma aparentemente aleatoria. Algunos querrían describir la carrera de Faithfull justamente como una cadena de altibajos. Pero yo no he encontrado nada en su carrera anterior que se aproxime a la belleza y a la fragilidad de estos dos últimos álbumes. Y este caso, el del músico cuyo cénit se sobrepone a su crepúsculo, es anómalo y feroz. “Deep Water”, “Late Victorian Holocaust”, “Mother Wolf”, “Misunderstanding” o “Gipsy Faerie Queen” son algunas de las joyas de esos álbumes. Cantadas por la voz fragmentada de una persona en plenitud, atestiguan que a Faithfull nunca le pareció tan importante alargar la vida como ensancharla.

Pero, quizá contra todo pronóstico, además de ensancharla, consiguió dilatarla en el tiempo. A sus setenta y dos años, Faithfull ha sobrevivido a múltiples adicciones, al tumor, a maridos, a amantes, a París, a Londres, a su linaje familiar aristocrático, a vivir con el temblor de la esquina en las calles del Soho, ha sobrevivido al siglo XX, a traiciones, a docenas de cadáveres a su alrededor, ha burlado miles de noches que presentaban su sólida candidatura a ser la última y ha amado a los muertos, a los vivos y a los que aún están por nacer. Escuchar las canciones de sus dos últimos álbumes es deleitarse asomándose al abismo de haber sobrevivido a la vida. Así que sí, la respuesta es “sí”: hay vida después de la vida, Negative Capability y Give My Love To London, son la prueba de ello.

Es imposible saber si fue la vulnerabilidad y la sinceridad de Faithfull la que, tal vez paradójicamente, le permitió sobrevivir a la vida o si ha sido el hecho de sobrevivir a la vida lo que la ha convertido en la mujer vulnerable y sincera de estos últimos años. Tanto su madre como su abuela, ambas vienesas, fueron violadas por soldados del Ejército Rojo durante la liberación de Viena, así que es posible que esa vulnerabilidad estuviera inscrita desde el principio en las venas de Faithfull. Pero también es posible que, a pesar del hórrido relato oral que las mujeres de su familia le insertaron en las venas, Faithfull necesitara morder, saborear, masticar y, según el día, vomitar o digerir por ella misma los hechos de una vida vivida en todo su esplendor y con toda, o casi toda, su fealdad. Sea como sea, uno cumple con placer y lealtad – y sirvan estas líneas como prueba – la orden que nos da a todos los que escuchamos “Misunderstanding”: “Help me other people understand that I am not alone”. ¿Cómo podría uno pensar que alguien que sobrevive a la vida lo puede conseguir sin amigos o amigas?

No es momento de sentir pena por Marianne Faithfull. Es momento de celebrarla, a sabiendas de que ahora más que nunca, señora Faithfull, “Only you have such allure”.

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