Deberes para el verano
«Si puedes, ve a un lugar extraño. Viajar a lugares que no conocemos nos vuelve a poner en situación de alerta»
Con tanta nueva pedagogía no sé si está vigente la costumbre de dar a los alumnos un cuaderno de deberes con que rociar de unas gotas de disciplina los largas tardes de ocio estival. Yo recibía el mío con júbilo cada año, porque los deberes se me daban muy bien y el verano, en cambio, regular. Así que aquí va un prontuario de obligaciones veranosas que propongo al lector. La exigencia es alta: en el veraneo no ha de decaer la búsqueda de la excelencia.
1.Si puedes, ve a un lugar extraño. Viajar a lugares que no conocemos nos vuelve a poner en situación de alerta, activa nuestros sentidos, hace que el mundo –invisible cuando estamos en casa– vuelva a mostrarse como una invitación a salir de nosotros mismos.
2. Experimenta ese deseo de costa del que habla Alain Corbin en su estupendo libro sobre el descubrimiento del paisaje marítimo a mediados del setecientos. Clava los ojos en el mar largo tiempo hasta que los países te parezcan una pequeñez insignificante.
3. Haz una caminata por el monte de dificultad media: el único objetivo es quedar exhausto porque la felicidad se alcanza a través de la fatiga.
4. Lecturas: una novela corta y divertida con lenguaje festivo (por ejemplo, cualquiera de Gesualdo Bufalino); un comic de aventuras (por ejemplo, El Tesoro del Cisne Negro, de Guillermo Corral y Paco Roca); y un clásico que te haga meditar sobre la condición humana (por ejemplo, El Gatopardo o Memorias de Adriano)
5. Recuerda que la actualidad tiene, por definición, un interés siempre pasajero: dispénsate de leer periódicos, olvida el móvil a menudo y no entres en twitter; si lo consigues, dime cómo lo has logrado.
6. Si tienes hijos pequeños, piensa que en la infancia la alegría es acuática: zambúllete con ellos en ríos, mares o piscinas. También: mirad todos las cacharros chulos que hay para hacer castillos en la arena. Más: El minigolf es un planazo.
7. Ten sandía siempre en la nevera. Es una fruta que no da pena comer, refresca, sacia, y evitará que te pongas hasta arriba de helado.
8. Come helado.
9. Ve a un concierto al aire libre y persigue las notas.
10. Ve a un museo: los de arte contemporáneo están vacíos y tienen aire acondicionado.
11. La estación es propicia a la exhibición de cuerpos hermosos; si te fijas bien, sabrás que todos lo son de algún modo. Disfruta del tuyo.
12. Si vas a enamorarte, recuerda que por amor está permitido hacer el ridículo.
13. Haz lo posible por ver a amigos a los que no has podido ver en todo el año. Cena con ellos en alguna terraza.
14. No ensucies el lugar a donde vayas.
A esta lista se pueden añadir otras tareas de refuerzo. En septiembre, hay autoevaluación.