Trump vs. Nixon
«El Partido Republicano parece a veces haberse quedado en Partido Trumpiano»
Para quien cubrió hace 47 años -¡ay!- para un periódico madrileño el fascinante proceso de caída de Richard Nixon a los infiernos, lo que está sucediendo estos días con Donald Trump[contexto id=»381723″] ha de resultar inevitablemente fascinante.
Es fundamental ahora mismo resaltar que ni un proceso de juicio de destitución –que es lo que significa ‘impeachment’- está limitado a la causa que lo desencadena, en este caso la descarada petición de Trump al presidente de Ucrania de que ayudase a inculpar al hijo de su rival Joe Biden, sino que una vez en marcha se incorporan a él todas las demás acusaciones contra el ínclito inquilino de la Casa Blanca, y que no es necesario que el proceso termine en una destitución por el Congreso para que caiga el presidente.
Así, el procedimiento contra Bill Clinton periclitó ante la ausencia de apoyos al mismo. En cambio, el ‘impeachment’ de Nixon avanzó tanto por la causa inicial –un atraco de la sede de los demócratas que demostró formar parte de una campaña de boicoteo de sus adversarios por parte de la maquinaria electoral de Nixon- como por los elementos añadidos, que fueron demostrando cómo la Casa Blanca mentía y obstruía las investigaciones.
Se llegó a un punto en 1974 en que no era ya el cúmulo de pruebas contra “Dick el tramposo” el que decidió la pugna política, sino más sencillamente la huida de los congresistas republicanos que dejaron de respaldar al presidente. A Richard Nixon no lo echó el Congreso, sino que él mismo se adelantó por los pelos para dimitir dos años después del estallido del escándalo del edificio Watergate.
Las circunstancias, al cabo de medio siglo, no son idénticas. El Partido Republicano no mantiene el nivel de independencia y de solidez ideológica que tenía entonces y que permitió, poco más tarde, a Ronald Reagan reconquistar con brillantez la Presidencia. Hoy el grado de sometimiento a Trump, por intereses de todo tipo, es muy superior, o así lo ha parecido hasta ahora. El Partido Republicano parece a veces haberse quedado en Partido Trumpiano. Por eso se calcula que las deserciones no son suficientes para que un ‘impeachment’ triunfe como habría triunfado en 1974 de no haber tomado la delantera el propio Nixon.
Las lealtades parlamentarias a Trump se han convertido así en la clave dela continuación de este proceso por ahora incierto. Le basta resistir un año para llegar a las elecciones de noviembre de 2020. Va a ser un año peliagudo…