Sorprendente
Sánchez transmite la sensación de que no sabe para dónde tirar con tal de mantenerse en el gobierno … y que la Constitución le importa lo justo
Pedro Sánchez, en estos días en los que prefiere mantenerse en silencio para no provocar más inseguridades de las que ya existen respecto a sus planes de futuro, se ha visto finalmente obligado a hacer alguna declaración al hilo de sus comparecencias internacionales.
Al finalizar en Londres al finalizar la cumbre de la OTAN, ha asegurado que el acuerdo con ERC “acatará la Constitución”. ¿Qué pasa, que en algún momento Sánchez se ha planteado la posibilidad de cerrar un acuerdo con un partido político que no respete desde el primero hasta el último artículo de la Constitución? Cuando un jefe de gobierno dice una obviedad automáticamente traslada la idea de que no descartaba alejarse de lo obvio. Por ejemplo, que todo ciudadano está obligado a respetar la ley y la Constitución. El presidente de gobierno, el primero de ellos.
Las declaraciones de Pedro Sánchez ponen los pelos de punta. Han dado más motivos de intranquilidad a los que siguen intranquilos -seguimos intranquilos- las negociaciones que mantiene el gobierno con partidos de dudoso perfil constitucional, aunque los dirigentes de Podemos se expresan ahora como si fueran hermanitas de la caridad y les cuesta pronunciar palabras que antes eran habituales en su vocabulario como república, monarquía o autodeterminación. Porque esas declaraciones de Londres, donde se le debió pegar algo a Sánchez de sus compañeros de la OTAN y se vio afectado por un ataque de patriotismo, indican que anda a vueltas con la cosa constitucional. Asunto muy preocupante cuando el que da vuelta es nada menos que un jefe de gobierno.
No se sabe qué va a ocurrir con Esquerra, el alcance de lo que Sánchez está dispuesto a ceder, o si mantiene el pacto con Podemos en los mismos términos que habían alcanzado ya Sánchez e Iglesias. Porque si un porcentaje alto de socialistas –no necesariamente históricos- siguen con recelo ese pacto, las noticias sobre las cuentas de Podemos, con sobresueldos en negro incluidos, incrementan el recelo y podrían hacer recapacitar a Sánchez sobre la conveniencia de incrustar en su gobierno no ya a Pablo Iglesias, sino también a su mujer Irene Montero. Pero lo que más preocupa no es Podemos, aunque preocupa, sino lo que pueda acordar Sánchez con Junqueras a través de intermediarios como Rufián.
El día de la Constitución Sánchez advirtió que la Constitución dispone de mecanismos suficientes para solucionar cualquier conflicto político que se presente. Pero al mismo tiempo no descartó su disposición a su reforma ¿En qué quedamos? ¿Es tan urgente reformarla si hay mecanismos para solucionar los problemas?
Este hombre, con su insistencia en que no aceptará pactos ajenos a la Constitución, y con las declaraciones en pro de reformar un texto que al mismo tiempo considera que puede solucionar todo, transmite la sensación de que no sabe para dónde tirar con tal de mantenerse en el gobierno … y que la Constitución le importa lo justo.