Gobierno democrático
«Los pactos alcanzados son innobles, pero más innoble es aun que en el debate de investidura no haya respondido como se merece a la portavoz de Bildu»
Están furiosos los defensores de Sánchez con los periodistas que ponemos calificativos al gobierno que probablemente se forme a partir de este martes. Probablemente porque solo un milagro podría provocar que el candidato no saliera investido y, como bien decía Inés Arrimadas, falta coraje para que un diputado socialista cambie el sentido de su voto como hizo Ana Oramas. Aunque también falta coraje en los barones socialistas que en privado expresan preocupación máxima por el pacto de Sánchez con los independentistas. Por cierto, ojo con ella, Arrimadas: su discurso fue impecable, atractivo y con un lenguaje muy directo, sin florituras, se le entendía todo. Ojalá no se pierda con iniciativas que devalúan su figura, como cuando enarboló un papel con el curriculum de Adriana Lastra que recogía que la portavoz socialista no tenía el título universitario del que presumía. Como si un título universitario fuera garantía de ser un buen político… Ejemplos de grandes personajes sin titulación, y de mediocres con títulos rimbombantes, está el mundo lleno. Mejor que la líder de Ciudadanos no se meta en berenjenales ridículos.
Lo que importaba en el debate de investidura era analizar los pactos de gobierno y sobre todo con quién ha hecho los pactos Pedro Sánchez. Porque efectivamente va a ser elegido con todas las garantías democráticas, pero es seguro, más que seguro, que si se hubiera presentado a las elecciones diciendo que tenía intención de hacer un pacto con ERC en el que aceptaría una mesa negociadora de igual a igual entre su gobierno y el de la Generalitat, para abordar entre otras cuestiones la celebración de una consulta, y además diera prioridad a la política frente a la Justicia, no habría ganado las elecciones. Quizá, ni siquiera habría sido segunda fuerza.
Los pactos alcanzados son innobles, pero más innoble es aun que en el debate de investidura no haya respondido como se merece a la portavoz de Bildu que llamó fascista al Rey, dijo que había que dejar atrás la Constitución para que al fin haya democracia en España y reivindicó la Euskalherría del sur de las cuatro provincias. Uno de los eternos objetivos de ETA, para quien no lo recuerde. Las tres provincias vascas más Navarra.
La palabra infame es la que más se escuchó en el Congreso durante el debate de investidura. En el hemiciclo y fuera del hemiciclo, y no precisamente por la ultraderecha y la ultra ultraderecha, como le gusta decir ahora a los socialistas. Personas con más trayectoria en el Psoe que los recién llegados con Sánchez y el propio Sánchez, no ocultan su inquietud, y sobre todo su tristeza, al ver en qué ha quedado el partido … y qué socios ha buscado para gobernar.