La legislatura del diálogo
«Muchos diputados asumen que lo que los ciudadanos vieron durante el pleno de investidura es una política sin guardarraíles»
Comienza la legislatura del diálogo. Así la calificó Pedro Sánchez en una comparecencia, sin permitir después preguntas a la prensa. El presidente ya no dialoga con periodistas. Sin embargo, aseguró que “no hay nada más progresista que dialogar”. Tampoco dialogó con su socio para aplazar unos días los nombramientos del nuevo Ejecutivo.
«Será un Gobierno que hablará con varias voces, pero siempre con una misma palabra”, avanzó sobre su nuevo gabinete. Sánchez busca eliminar el ´sambenito´ de Torre de Babel impuesto en apenas dos días por la oposición. De ahí que ate en corto a sus socios con otro manual de resistencia que les obliga a no airear las discrepancias y a pactar las diferencias. Roma no paga traidores.
Sánchez olvidó mencionar al elefante en la habitación del nuevo Gobierno: Cataluña. Todo correcto sobre el papel. Veremos si las presiones no pueden con unos, ni con otros, ni con los socios de Gobierno sobre un acuerdo que, si buscan que perdure en el tiempo, deberá incorporar el consenso de todos los partidos políticos, así como de toda la sociedad y no sólo una parte de ella. Hay que abrir a través del diálogo una nueva senda de políticas y consensos para superar la fragmentación.
Muchos diputados asumen que lo que los ciudadanos vieron durante el pleno de investidura es una política sin guardarraíles. El coste de perder la contención socava la tolerancia y presenta al otro como una amenaza peligrosa. “No puede ser un Gobierno contra las derechas”, dijo Errejón.
Lo cierto es que el miedo a lo que viene aumenta conforme vuelve la política de bandos. Por ello y desde La Moncloa apuestan por “contrarrestar la política del miedo”. Mensajes que ellos mismos alimentaron en diferentes años y contextos. Uno reciente que no pasa desapercibido es la propuesta de nombramiento de la ex ministra de Justicia como Fiscal General del Estado. Una decisión que para muchos fiscales compromete el principio de imparcialidad de la Fiscalía (Art. 142.2 CE) y contribuye al descrédito de la institución.
¿Quién vigila al vigilante? No hay contrapoder de izquierdas. No hay socio directo o minoritario que no vaya a sacar ‘tajada’ de esta investidura, o eso es lo que apuntan los diferentes acuerdos firmados. Por ello, también es hora de que la derecha despierte de su letargo y deje de mirarse de reojo. Ante la incertidumbre, respuestas. El reto ya no consiste en lanzar anuncios, sino en entender el entorno; saber comunicar y anticiparse a los hechos que están por llegar. En Génova estudian esta semana cómo dar un golpe de efecto con lo conseguido hasta el momento.
Sánchez comprendió los tiempos tan convulsos que vivimos y abrazó sus debilidades para conformar el primer Gobierno de coalición de nuestra democracia. Solo ocho países de la UE están liderados por gobiernos de un solo partido. La izquierda no sólo se juega los próximos cuatro años, sino el próximo ciclo político. Y entre sus tareas se encuentra la de ensanchar la base electoral a través de la alianza entre los dos partidos al frente del Gobierno.
La RAE define diálogo como “plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”. Se pueden dar distintos tipos de diálogo como el empresarial, el de besugos o el de sordos, entre otros. Veremos por cuál de todos se decanta el presidente y con quién ejerce cada uno. Lo importante es el diálogo, no el monólogo.