Prioridad: salvar la corona
«La decisión del Rey ha tenido que ser dolorosa, muy dolorosa porque se trata de cortar vínculos con su padre»
El Rey Felipe ha renunciado a cualquier herencia de D. Juan Carlos que pueda proceder de cuentas, sociedades, fondos o fundaciones domiciliadas en el extranjero. La Casa Real ha hecho público un comunicado contundente, en el que niega que D. Felipe tuviera conocimiento de que su padre disponía de dinero fuera de España y por tanto de los movimientos que se hicieron con ese dinero. La decisión del Rey ha tenido que ser dolorosa, muy dolorosa porque se trata de cortar vínculos con su padre. Pero era indispensable para salvar lo que para cualquier rey es prioridad: salvar la institución, salvar la Corona. Y salvar a su familia, con su hija Leonor como Princesa de Asturias y sucesora.
Son los jueces los que determinarán finalmente el origen de las cuentas suizas. Asesores de D. Juan Carlos aseguran y dicen tener pruebas de que no son delictivos, pero parece evidente que si efectivamente existen esos fondos, ha habido ocultación fiscal.
La reacción del Rey Felipe ha sido la adecuada, propia de un Jefe de Estado con sentido de responsabilidad. Hace meses acudió a un notario para que constara documentalmente que no tenía absolutamente ninguna información sobre las cuentas que pudiera tener su padre, excepto lo que publicaban distintos medios de comunicación. Ahora, ante nuevos datos que se han aportado a una investigación todavía sin finalizar, ha tomado las medidas que consideraba convenientes para defender su honorabilidad y la de su familia.
No vive España su mejor momento, con un gobierno bisoño en su toma de decisiones sobre el que han trascendido fuertes tensiones internas que llegan en el peor momento; con ejemplos claros de irresponsabilidad cuando es precisamente responsabilidad lo que se pide a los ciudadanos. Sin embargo un vicepresidente en cuarentena se suma a una reunión del consejo de ministros sin que el presidente le mande de vuelta a casa, lo que indica el nivel –escaso- de su autoridad ante Pablo Iglesias.
En los momentos de incertidumbre, infinidad de españoles miran hacia La Zarzuela, donde hay un Jefe de Estado con la cabeza en su sitio y al que no le tiembla la mano a la hora de defender los intereses de España, como demostró en el famoso discurso del 3 de octubre en el que cantó las cuarenta a los independentistas catalanes. Ahora, seguro que con gran dolor, rompe con su padre y defiende la Corona.