Kamala Harris, el origen y mucho más
«En la política (y probablemente más en la política norteamericana) todo es pasajero: recuérdese el rechazo de George Bush padre a Ronald Reagan, del que luego fue fiel vicepresidente dos mandatos y sucesor presidencial»
Kamala Harris, ticket electoral del candidato demócrata Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales del 3 de noviembre, es una política ambiciosa, tenaz, con un matiz histriónico, de grandes potencialidades electoreras, propicia para la agitación de campaña.
Significada senadora californiana desde hace un par de años, su irrupción en las primarias del Partido Demócrata a comienzos de 2019, abrió esperanzas en la renovación de un partido anclado al legado de Barack Obama. Pero Kamala (Oakland, California, 1964) se diluyó como primera opción ante el establisment encarnado en Biden, un «regular Joe», a la que ella misma acusó de racista.
En la política (y probablemente más en la política norteamericana) todo es pasajero: recuérdese el rechazo de George Bush padre a Ronald Reagan, del que luego fue fiel vicepresidente dos mandatos y sucesor presidencial.
En la biografía de Kamala se peraltan sus ancestros. Un padre jamaicano (Donald Harris) y una madre (Shyamala Gopalan) que llegó a Estados Unidos proveniente del sur de la India esquivando un matrimonio concertado. Ambos se abrieron paso con titulaciones en Berkeley.
La estrategia demócrata de agitar el voto AntiTrump, llamando a la movilización de todos los que el actual presidente ha menospreciado, es sensata y práctica. Pero en Kamala, que de ganar se convertiría en la primera vicepresidenta en la historia de Estados Unidos, hay mucho más que el origen (o su uso legítimo en la competencia electoral): pertenece a la misma generación que Obama, su carrera está ceñida a la meritocracia (primera Fiscal de color de California) y complementa a un candidato Biden, nominalmente de transición, potencialmente el presidente más viejo (78 años) en acceder al cargo.