El dato y la historia
«Les hemos dado nuestra alma, es decir, nuestros datos. Ellos, a cambio, nos han contado algunas historias»
Coinciden en las librerías dos libros que tienen a dos de los gurús más conocidos de nuestro tiempo o, mejor dicho, las cabezas pensantes detrás de dos de las marcas más relevantes de nuestro tiempo: Reed Hastings, CEO de Netflix y Robert Iger, CEO de Disney Company, ambos publicados en la editorial Conecta. El título del primero es Aquí no hay reglas. Netflix y la cultura de la reinvención. El del segundo, Lecciones de liderazgo creativo. Mi gran aventura al frente de la empresa que ha convertido la magia en realidad. Simplemente analizando ambos títulos uno podría comprender la cultura empresarial que esconden ambos: historias frente a algoritmos.
Netflix representa como pocas otras empresas la disrupción, la innovación y la conversión de plataforma de datos a productora de contenido. Disney es, probablemente, la marca de entretenimiento más conocida del mundo, la más antigua. Su cultura es sinónimo de magia. Ambas coinciden en el que talento es la única materia prima con la que se puede trabajar. “Sabía que se trataba de contar historias y no solo de transmitir acontecimientos, y que para contar grandes historias hace falta un gran talento”, afirma Iger. “Las personas con talento mejoran la efectividad de los demás”, apunta Hastings que tiene una forma de referirse a sus trabajadores como ‘densidad de talento’.
Si el libro de Iger es tremendamente narrativo y cuenta una gran historia, el de Hastings parece –en parte lo es– una gran presentación en power point, repleto de esquemas, ejercicios prácticos, testimonios de trabajadores… Es decir, son reflejos absolutos de sus personalidades, de sus compañías pero, ¿hasta dónde llega el ejercicio de transparencia?
Vi The Social Dilemma en Netflix antes de leer estos libros y comprobé de qué modo las culturas empresariales de las GAFA y sus compañías perimetrales son enormemente eficientes en términos narrativos. Todas cuentan grandes historias y todas, por supuesto, guardan historias oscuras todavías más grandes. Probablemente, Netflix y Disney sean las dos marcas que han capitalizado más tiempo de nuestras vidas durante el confinamiento global: todos recordaremos las series que vimos, las películas que nos consolaron. No es casualidad que ellas hayan sido –junto a Amazon– las grandes beneficiadas. Les hemos dado nuestra alma, es decir, nuestros datos. Ellos, a cambio, nos han contado algunas historias. Algo parecido a Las mil y una noches en la era digital.
Salgo de leer esos libros pensando que conozco un poco a mejor a los líderes que toman las decisiones que impactan en millones de personas en todo el mundo. La decisión de que una historia se cuente y otra no, de que se cuente de una manera y no de otra. Ambos manejan la materia más