Miedos políticos al uso de la inteligencia, a los cisnes negros y a la prospectiva, por Fernando Cocho
El Emboscado
Hay quien dice que llevamos una quincena del 2021 pero apunta maneras y motivos para cancelar la suscripción al mismo. Si eso se pudiera también podríamos “Defenestrar legalmente a nuestros dirigentes”; y digo dirigentes, que no políticos, porque es una anfibología, confundir ambos términos: el dirigente tiene como función básica “gobernar o guiar a un grupo social”, mientras que el político es aquel que “aspira a gobernar los designios de un Estado, municipio..”, y aunque son claras sus funciones me gustaría que leyeran con atención la cuarta acepción que la RAE da como definición. Con ella basta para entender por qué debemos diferenciar por vía negativa lo que unos hacen y otros no. Dice el DRAE literalmente del político: “Que es cortés y conforme a la educación y los buenos modales”. No mucho más se debe decir al respecto.
Pero no hemos de hablar de lo que son y una vez más quejarnos de lo que hemos decidido, hemos votado y sobre todo ,representa lo que es cada pueblo. Si es que queremos democracia y coherentemente usamos su definición.
Algo que tanto en la boca gusta tener, aunque frecuentemente nos asalten populismos y no diferenciemos entre los diferentes tipos de democracias.
Entre otros, este tipo de análisis los japoneses, muy duchos en pensar las cosas de forma muy procedimentada y segura, lo llaman “análisis del entorno y el lugar donde ocurren de verdad las cosas”; es el Gemba, y condiciona todo lo que somos y todo lo que podemos ser, bastando para ello ser sinceros y coherentes con lo que ocurre, lo que hacemos que ocurra, permitimos que ocurra, y por supuesto queremos que ocurra. Luego no digamos que no sabíamos en lo que nos metíamos y saquemos el “pio, pio, que yo no he sido…”.
En Inteligencia se llama Análisis Prospectivo o sencillamente Prospectiva y basta con leer lo que significa para entender por qué a los dirigentes no les gusta la prospectiva y los malos políticos la temen porque solo tienen “gafas para su legislatura en tránsito”, el mañana es cosa de adivinos.
Dicho sea de paso, que un dineral se gastan en ellos para, ya sea con “quiromancia” o con estadística (la quiromancia moderna), les agasajen los oídos su fiel guardia pretoriana y les alejen de peligros acechantes como “ verdad, realidad o futuro”.
No diré nombres, por aquello que mi abuela me decía que “señalar es de mala educación”, pero si les digo que ahora los llaman asesores o jefes de gabinete, todos contentos.
No gusta la Inteligencia porque es insobornable, lenguaraz, no tiene filias ni fobias, lo que no significa que no sufra de sesgos cognitivos, es netamente basada en metodología científica, aporta escenarios plausibles de forma matemática para hacer previsiones de lo que puede ocurrir en el futuro.
Nunca entenderé por qué si vale para hacer marketing y ventas, pero no lo usamos para crear modelos de educación, construcción de sociedades civiles prosperas, o defensa de narrativas democráticas e igualitarias.
Será que “ahora no toca”. Nada toca nunca hasta que nos aplasta con su presencia por nuestra inoperancia de marmota, nuestro lamernos las heridas, nuestras quejas «Pregando la Donna» , y el alzar puños furibundos contra quien “con razón o sin ella” actúa o no actúa.
Esta última, la inacción, es la mejor forma de actuar para que otros tengan la responsabilidad de responder a mis justas demandas. Y así vamos tirando de voluntad más que de razón, de coraje más que metodología o criterio.
Pensar en criterios, hace que tengamos que reconocer al otro, ser asertivos y al mismo tiempo proactivos con humildad; todo de moda, y muy “bonito” para los discursos de empresa, aunque luego funcionen decimonónicamente, para los libros de autoayuda que pueblan nuestras librerías, o las emocionantes charlas de “grandes gurús” que son escuchados de forma salvífica por aquellos que ven oro en sus palabras y oro pagan por escucharlas.
Einstein los llamaba “enanos sobre hombros de gigantes”, se refería a los científicos de su época, pero vale para aquellos que hoy se aprovechan y no “devuelven a la sociedad el doble de lo que recibió” (frase a fuego grabada en mí por mi abuela, y que voy a patentar de oírla en otros, que con mejores encantos que los míos, la usan como mantra; no digo sea mía, digo que no es de ellos).
Por cierto, doble aviso a navegantes:
Uno, cuanto más distancia hay con la muerte de los gurús o más hondo analizamos su auge y fortuna, más vemos “oportunismo, latrocinio de las ideas de otros, o lugares y actitudes oscuras que nadie quiso ver” (porque evidentes son a la condición humana y bastaba con usar un poco de Inteligencia)
Dos, sigamos con iniciativas sobre aniversarios, eventos patrios, rememoraciones de gestas que no por apofánticas dejan de ser meros datos (y quedarse en ellos es de pobreza mental porque no nos permite ver las oportunidades del futuro) , grandes bailes con cocteles pagados por los “Servicios” de otros países, o peor, incentivados por adocenados y apolillados personajes “vestidos de gran Gala y con largos e impronunciables apellidos”.
No nos equivoquemos, así miden los “mercaderes de voluntades” a quién y cómo comprarlos con dádivas envenenadas para convertirse “involuntariamente en creyentes del nuevo orden e ideales quintacolumnistas”.
Si me preguntaran por mi parte que he aportado en los últimos treinta años, que tanta es mi permanente critica desde mi oscuro escondite, me limito al silencio que me aconsejan mis amigos; puesto que el que me conoce lo sabe, y prefiero ser denostado a la soberbia, de pequeño me decían que era el peor de los siete capitales pecados.
El espacio que generosamente me ceden, tiene, y en el primer día lo enuncié con intento de mantener la palabra lo mejor posible, un solo objetivo: dar, aunque sea una luz débil, sobre lo que otros mejores que yo gritaron durante decenios sin ser escuchados. Si hubiera nacido mujer me hubiera gustado que me llamaran Casandra, pero nací hombre y me pusieron Fernando. En ambos casos intentaría hacer buena su etimología.
Más allá del mal chiste, al final tanto la falta de Prospectiva o análisis Gemba, como el miedo atroz a la Inteligencia y sus herramientas, de quienes mandan o gozan de poder, adquirido, heredado, robado o cedido, da igual, nos deja al pie de los caballos como “especie pensante en la cúspide evolutiva”, y da terreno fértil a cíclicas, y trágicas apariciones cada vez más veloces de “Cisnes Negros”, como si de un destino irremediable nos castigase repetidamente.
Esto es de gran utilidad para charlatanes, conspiranoicos y sobre todo para consultores bien situados que nos dan prontas respuestas a “los enigmas” de quién, cuándo y cómo acontecen las cosas. Eso sí a cambio de “unas monedillas, porque en realidad nos están haciendo un regalo”. Si ya son dirigentes políticos, el remate es seguro.
Existen, claro está, los Cisnes Negros, solo conocidos de forma inductiva sus fundamentos y causas, solo interpretados completamente a “toro pasado”.
Por ejemplo : evidente es que no podíamos habernos preparado antes o mejor para las periódicas pandemias, pensemos que naturales, que nos “atacan”, ¿O si? Quizá leyendo más atentamente a los Prospectivistas de la ciencia de verdad, hubiésemos atisbado indicadores del Gemba, hubiésemos preparado “las huestes” para afrentar la amenaza y, usando la Inteligencia Prospectiva, hubiésemos poco a poco preparado al mundo y a la economía para el “Cisne”.
Pero preferimos mirar nuestros ombligos, pensar en el rédito inmediato de las urnas o nuestros “intereses creados”, convencer venciendo las mentes sesgadas y usar la Inteligencia para que nuestra posición permanezca inalterable a lo largo de los tiempos, aunque sea en perjuicio colectivo.
Hay “Cisnes muy Negros” , como las catástrofes naturales (no me meto en el tema del cambio climático, voy más a pie de calle) como que me caiga una maceta de un balcón (para evitarlo está el cumplimiento de las ordenanzas municipales que todos conocemos); hablo de las que se pueden mitigar mirando con sensatez, con optimismo (recuerden que llevo las gafas aún), escuchando los razonamientos y viendo los indicadores que nos alumbran ese futuro que nos venden compungidos y llorosos como incierto cuando interesa tenernos calmados, o que nos dicen que es firme y seguro cuando desean “brazos para remar en pos de una quimera”, ya sea de vanguardismo, o progresía mal entendida.
En eso, los primeros siempre somos los Españoles, tierra de “experimentos sociológicos” como se ha demostrado de forma permanente en nuestra historia: otros avanzan sobre las cenizas de los que “Avant la Lettre” fueron denostados por los suyos, con dinero de otros, para más tarde comprar a estos segundos nuestras propias ideas al precio que les venga en gana. Eso sí, dejamos que regresen en “olor de multitudes “ a nosotros cuando ya están exprimidos por quienes a precio de saldo compraron su hambre.
Ejemplos muchos: Isaac Peral, Leonardo Torres Quevedo, Ramón y Cajal, Severo Ochoa, Emilio Herrera, Silvestre Verea, Fidel Pagés, Angela Ruiz Robles Jerónimo Ayanz… respectivamente sumergible, dirigible articulado, estructura neuronal, síntesis biológica del ADN y ARN, traje espacial, calculadora, anestesia epidural, libro electrónico, la máquina de vapor… ; Quien busque hallará respuestas e indicadores documentados, quien lea comprobará datos irrefutables .
Pero atención, también encontrará apellidos ilustres del ayer hasta nuestros días, que primero pusieron palos en las ruedas y luego se subieron al carro. Tenían los recursos para usar la Inteligencia, la Prospectiva, conocían el Gemba, y lo mejor de todo, lo llevaban haciendo al menos tres siglos.
Muchos piden las Agendas NOC, pero quizá “imaginar” parte es lo que me permite estar Emboscado.