Cuidado con el perro rabioso
«Como en el resto de la medicina, en la salud mental cabe aún más hablar de enfermos más que de enfermedades»
En su última intervención en el Pleno del Congreso de los Diputados en el que se daba cuenta de la situación de España durante el Estado de Alarma, el diputado Íñigo Errejón llamó la atención sobre la necesidad de prestar atención al estado de ánimo de los españoles tras este año de pandemia: «La cuarta ola va a ser la de la salud mental», dijo, recordando los efectos de la crisis menos evidentes pero más persistentes: «El 65% de la población española tiene síntomas de ansiedad o cuadros depresivos». […] El sistema de emergencias médicas ha registrado este año un 130% más de consultas sobre depresión, malestar emocional y ansiedad, y se ha disparado el consumo de medicamentos al respecto».
La pandemia ha agravado un problema que se manifestaba con anterioridad, y que cualquiera que tenga un familiar o un amigo médico o farmacéutico –como es mi caso– puede comprobar. De la misma forma, está a la vista de todos las insuficiencias que el sistema –también aquí– ha demostrado desde hace años para incluir la salud mental en su carta de servicios públicos de forma eficaz: razón por la que, en caso de poder permitírselo, mucha gente opta por médicos o psicólogos privados. Pero, como dijo el diputado en su celebrada intervención, «la salud emocional no puede depender del dinero que tenga tu familia». A la dificultad de superar el tabú que en muchos casos y entornos supone hablar de la salud mental o reconocer algún problema relacionado con depresión o ansiedad, no se le puede añadir la barrera del dinero o unos plazos inasumibles para quien siente su situación como una urgencia.
La literatura sobre trastornos de la salud mental ha dado grandes libros que nos ayudan a entender mejor el sufrimiento real de quienes los padecen. Pienso en Esa visible oscuridad, de William Styron, o en los más recientes Yoga, de Emmanuel Carrère y Hombres que caminan solos, de José Ignacio Carnero, entre otros. Es también el caso de otro libro recién publicado Un perro rabioso. Noticias desde la depresión (Turner), del escritor mexicano Mauricio Montiel Figueiras, y que quizá sea de especial utilidad para comprender bien el sentido de la urgencia del llamamiento a una mejor atención de la salud mental. Su estilo es directo, tanto, que el libro nace de una serie de tuits que el autor fue escribiendo entre 2018 y 2020 en los que contaba sus padecimientos, sus cambios, sus subidas y bajadas anímicas al enfrentar una depresión profunda. Tuits en los que también referenciaba libros, películas o cuadros que habían tratado o tratan los trastornos de la mente.
Como en el resto de la medicina, en la salud mental cabe aún más hablar de enfermos más que de enfermedades, pero este libro sincero y desgarrador por momentos señala con acierto algo común a casi todas ellas: la barrera de incomprensión que aún separa a quienes las padecen de quienes no. Este libro contribuye a estrechar ese foso que el diputado Errejón mencionó y del que todos deberíamos hacernos cargo.