Rumores de crisis
«A un gobierno hay que llegar aprendido, no como algunos de los ministros actuales, entre ellos González Laya, que sabía de comercio pero no de política exterior»
Los rumores están ahí y es probable que se confirmen. Es más, si Pedro Sánchez pretende llegar a final de legislatura y ser reelegido presidente del Gobierno, será difícil que lo consiga si no reestructura su Gobierno, pero cada día que pasa pierde papeletas para lograrlo.
Nunca ha habido en España un gobierno con ministros más incapaces, y las excepciones se cuentan con los dedos de una mano. El problema es que el desprestigio del Gobierno provoca el desprestigio de España, y no es casual que Biden aún no haya pegado un telefonazo a Sánchez, que en Bruselas la influencia del presidente español sea irrelevante, que Marruecos nos tome por el pito del sereno y pretenda demostrar que puede tomar Ceuta y Melilla cuando le dé la gana, y que el turismo europeo se incline por Italia, Portugal y Grecia como los países mediterráneos de referencia, más seguros, cuando antes nadie le hacía sombra a España.
Hará falta algo más que una crisis de gobierno para que los españoles levantemos cabeza. El Gobierno de coalición es una catástrofe y no parece que la marcha de Iglesias lo vaya a arreglar. Que la vicepresidenta Yolanda Díaz y la mujer de Sánchez hayan apadrinado una nueva asociación de pymes pone en peligro los pactos que intenta acordar Díaz con sindicatos y la CEOE. Y que no nos vengan con excusas de que su asistencia al nacimiento de la susodicha asociación era una cuestión protocolaria, porque eso no lo traga nadie excepto los que quieren ver a la ministra de Trabajo como una persona moderada y a la mujer del presidente como una profesional que se ha ganado a pulso la cátedra que le regalaron.
Vamos de fiasco en fiasco, y esta semana se ha llevado la palma el de Marruecos. Cualquiera que esté al tanto de las relaciones exteriores sabe que con Marruecos se puede hablar de todo, siempre que se haga de forma inteligente. Brahim Ghali ha viajado a España en varias ocasiones, y lo que hacía el gobierno de turno era comunicarlo a Rabat previamente y explicar las causas de sus viajes. Como se hizo durante años con su antecesor Abdelaziz, que además se reunía con periodistas y políticos en sus visitas a Madrid. Visitas de dominio público. Pensar que podían traer a Ghali clandestinamente es tomar por imbéciles a los marroquíes, que hacen un importante trabajo de información en España, en contacto estrecho con los servicios de información españoles, con los que colaboran en la lucha contra el terrorismo y contra la inmigración ilegal.
A un gobierno hay que llegar aprendido, no como algunos de los ministros actuales, entre ellos González Laya, que sabía de comercio pero no de política exterior. Y eso no tiene nada que ver con el hecho de que no es diplomática, tampoco lo eran Solana, Palacio, Piqué, Matutes y tantos otros ministros de Asuntos Exteriores.
Dicen que Pedro Sánchez va a hacer cambios en el Gobierno. Ya pueden ser profundos, porque si se queda en cuatro o cinco para colocar a otros cuatro o cinco igualmente incompetentes, no sirven para nada. Solo para abundar aún más en los problemas.