THE OBJECTIVE
Ana Carvajal

Un misionero laico. Carta a mi hermano Jaime

«Con tu habitual «aquí estoy, ¿en qué te puedo ayudar?» te pulías cada día. Siempre leal a tu corazón, te transformaste en un misionero laico»

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Un misionero laico. Carta a mi hermano Jaime

Imagen cedida por la familia de Jaime Carvajal

Ya ha pasado un año, el primero sin nuestro Jaime. Quienes tuvimos la suerte de conocerte y quererte llevamos un Jaime dentro que nos acompaña y acoge cada día como siempre lo ha hecho. Y ahora, cuando te acercas, tu mirada de sonrisa luminosa sigue convirtiéndose, como antes, en escucha atenta. Tras tu partida y ávidos de tu cariño y atención, como las plantas buscan la luz y el calor del sol, nos nutrimos ahora de tu fuerza y optimismo, de tu manera de vivir para mejor servir al mundo. Supiste que el sentido de la vida está esencialmente vinculado a los demás, en dejarnos afectar por los otros, en amar al prójimo. Un prójimo que encarnaste en tu amor por tu familia, tus amigos y colaboradores, en tu pasión por España, la Monarquía y nuestro rey; en un «otro» representado por cualquiera que necesitase consejo, impulso o cercanía.

El prójimo se convirtió así en tu responsabilidad; en una misión vital. Y lo hacías con devoción, buscando el entendimiento entre distintos con una ética dirigida por igual al corazón y a la inteligencia; siempre solidario, lleno de discreción, entusiasmo y cortesía. Considerabas la belleza como un estímulo para regresar al buen camino, decías que el sentimiento estético refina las costumbres, que el silencioso trabajo del gusto transforma el interior del hombre. Con tu habitual «aquí estoy, ¿en qué te puedo ayudar?» te pulías cada día. Siempre leal a tu corazón, te transformaste en un misionero laico. La magnitud de tu generosidad y optimismo, tu humildad y caballerosidad, tu análisis riguroso, avidez de conocimiento y tu actividad pensante, no han tenido límites. Seguro que a estas alturas tendrás ya llena la agenda de citas con Einstein, Séneca, Aristóteles o Newton. Entre todos estaréis desvelando desbordantes misterios e insólitos arcanos del universo. Haznos un hueco porque volveremos a compartir espacios de reflexión y diálogo, a disfrutar de la magia de la perplejidad y de tu compromiso en no dar por definitiva ninguna respuesta.

Tu generosidad ha llegado a tal punto que has sido tú el primero en aterrizar en el Cielo, que seguro estarás transformando ya en hogar para cuando lleguemos los demás. Algún día jugaremos todos juntos al Lobo, nos volverás a enseñar el as de guía, navegaremos por mares seguros, bailaremos September e inspirados por tu compromiso, ayudaremos a que tus proyectos de este lado del mundo se sigan llevando a cabo. Te queremos con locura. Estamos siempre juntos.

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