Adelanto electoral: malo para el PP
«La oposición necesita tiempo para armarse, poner orden, presentar un proyecto potente, y extenderse por todo el país. Y Casado solo puede contar con Abascal»
El asunto no es si el Gobierno va a adelantar las elecciones para beneficiarse, sino si la oposición está en condiciones de afrontar ahora unos comicios con garantías de ganar. Esto es lo que vamos a analizar. El PSOE tiene más elementos a favor que el PP, y no solo por tener La Moncloa, sino por la disposición de las piezas en el tablero político y el manejo de los tiempos.
Un Gobierno adelanta elecciones si las va a ganar. Si el tiempo presente es negativo o dudoso, buscará un momento mejor en el futuro. En ningún caso cabe la posibilidad de que un Ejecutivo pierda la esperanza de que algo ocurra en dos años, de hoy a finales de 2023, que dé la vuelta a las encuestas. No se hagan los sorprendidos si les digo que un Gobierno solo tiene un incentivo, y no es el bien de la gente, sino seguir en el poder.
La realización de dos reuniones semanales del Consejo de Ministros se puede interpretar como el instrumento para dar la vuelta a los sondeos. Más actividad gubernamental y más foco mediático pueden permitir recuperar el protagonismo, tomar la iniciativa y recobrar el mando; esto es, esa autoridad que hace que los demás vean buena la obediencia.
Las diez reuniones hasta fin de año serán para aprobar diez proyectos de ley en materia económica, laboral y social. El objetivo es marcar un modelo de actividad y de gasto del dinero de la Unión Europea. Es un acierto en un debate político porque la discusión con el PP ya no podrá ser entre la nada gubernamental y la alternativa de Casado, sino sobre la conveniencia del modelo de Sánchez. Es inteligente.
Al tiempo, el PSOE tiene encarrilada la vía de acuerdos, la complicidad con los nacionalistas y los regionalistas. La preferencia de estos por el acuerdo con los socialistas otorga a Sánchez un plus de unos 30 diputados.
Si a esto sumamos que Unidas Podemos y Más País, o lo que encabece Yolanda Díaz, le supone el apoyo de otros 40, el total suma 70 diputados, más que Vox y Ciudadanos juntos. Y eso sin contar con «España Vaciada», que puede suponer entre 8 y 12 escaños que, como Teruel Existe, no se resisten a la compraventa. A Sánchez le bastaría con sacar 110 diputados para resucitar otra vez a Frankenstein. Es demasiado ajustado, pero es una ventaja con la que no va a contar el PP.
¿Con este panorama está la derecha en buenas condiciones de afrontar ahora un adelanto electoral? No. Los motivos son varios. El patio está muy revuelto por la celebración de los congresos provinciales y regionales del PP. Todos quieren su parte de protagonismo, y deben tenerlo especialmente en aquellos lugares donde el voto está disputado. Esto significa que en Galicia y Madrid, donde se gobierna desde hace más de un cuarto de siglo, no hace tanta falta como en el resto de España.
Si los populares no trabajan la España rural y la pequeña provincia, no habrá alternativa posible. UPyD y Ciudadanos cometieron ese error: se constituyeron como partidos urbanitas y han acabado en el baúl de los recuerdos.
El PP tiene una estructura nacional, presente en cada rincón, que no se ha activado todavía desde Génova. Están en ello, lo sé, pero hay que dedicarse más a la otra España y menos a Madrid, porque la sensación de abandono es aprovechada por los oportunistas de la política. Es preciso entender que el ruralismo no está enfrentado a la modernidad.
Además, se retrasa la presentación de una alternativa política global al sanchismo, y la del equipo que la realizará. Visualizar la oposición es conveniente siempre. Ahora el PP irá por detrás porque el Gobierno ha tomado la iniciativa, como era su deber, y estará obligado a discutir lo que el Ejecutivo ponga sobre la mesa. A poco que el sanchismo venda bien lo que haga, el PP lo tendrá complicado.
A esto añadimos los pocos nombres en la lista de aliados. Al PP no le va a apoyar la derecha nacionalista. Incluso el PNV prefiere seguir con el PSOE siendo pública la querencia de los socialistas hacia Bildu para tomar Ajuria Enea. Los populares solo pueden tirar de Vox, Navarra Suma y… nada más, porque Ciudadanos es posible que desaparezca. Casado solo puede contar con Abascal para llegar a una mayoría absoluta.
En suma, la oposición necesita tiempo para armarse, poner orden, presentar un proyecto potente, y extenderse por todo el país como si no hubiera un mañana. Lo malo para el PP es que es Sánchez quien controla el tiempo electoral.