Política fiscal de Madrid y ministra de Hacienda
«Faltar a la realidad es muy grave. Pero hacerlo para adjudicar un falso calificativo a toda una comunidad es inaceptable»
En su permanente agresión a la política fiscal de Madrid, la ministra de Hacienda ha ido utilizando diversos argumentos a cada cual más falso, probablemente fruto en todos los casos de la conjunción de dos circunstancias que la caracterizan, como son la escasez de su conocimiento de la materia hacendística y su exceso de verborrea.
Haciendo un leve esfuerzo de memoria es fácil recordar que durante un tiempo acusó a la Comunidad de Madrid de ser un paraíso fiscal. Al hacerlo demostró no saber en qué consiste tal cosa. En Madrid existe un sistema tributario autonómico serio, aunque afortunadamente para los madrileños mucho menos voraz que el aplicado en las autonomías gobernadas por los correligionarios de María Jesús Montero. En Madrid, existe todo el conjunto necesario de obligaciones formales que permite el adecuado control de los contribuyentes. Y en Madrid se practica el intercambio de información fiscal con las otras administraciones tributarias autonómicas y con la propia Agencia Tributaria. ¿Cómo se permitió la ministra de Hacienda la estulticia de calificarla de paraíso fiscal?
Avanzando en el tiempo, la siguiente acusación que se inventó María Jesús Montero para agredir a Madrid fue manifestar que practicaba dumping fiscal. Volvió a demostrar que tampoco sabe lo que es esta práctica. ¿Qué armas diferenciales tiene Madrid para poder implementar el citado dumping? Ninguna, sus competencias en materia fiscal son exactamente las mismas que tienen a su disposición las otras 14 comunidades autónomas de régimen común. Ergo, ni siquiera le es factible su práctica lo que, por cierto, sí pueden practicar las Haciendas forales y alguna así la ha hecho, recuérdense las llamadas «vacaciones fiscales» aplicadas en el País Vasco.
Tras las dos demostraciones de desconocimiento reseñadas, la ministra de Hacienda se atrevió a calificar a Madrid de insolidaria con el resto de las regiones españolas. Ahí ya Montero se enfrentó directamente con las matemáticas, que tampoco parece conocer. Bastaba con que hubiera leído los datos del fondo con el que se obtienen y se distribuyen los recursos para la cobertura financiera de los servicios públicos básicos en todas las comunidades autónomas.
En el citado fondo participan las 15 comunidades autónomas de régimen fiscal común, no así Navarra y el País Vasco. Por la aplicación de los criterios del Fondo, 12 comunidades resultan receptoras de recursos, en tanto que solo tres resultan aportantes. Estas son Madrid, Cataluña y Baleares. De modo que la Comunidad de Madrid, junto con las otras dos citadas, suplen con sus recursos el déficit de financiación existente en las otras 12. ¿Dónde está la insolidaridad, ministra? Más aún, si se profundiza en la cuestión, se observa que, del total de los recursos aportados por las tres aportantes, un 70% proviene de la comunidad madrileña, un 20% de la catalana y un 10% de la balear. Ministra, si para usted esto es ser insolidaria ¿Qué es para usted ser solidaria?
Aportar el 70% de la financiación adicional necesaria para cubrir la prestación de los servicios públicos en las comunidades que parten inicialmente en desventaja es un motivo de satisfacción para los madrileños. No conozco uno solo que hay expresado queja alguna al respecto. Pero tampoco conozco a ninguno que haya aceptado de buen grado el calificativo de insolidarios con el que de manera injusta nos ha tildado la ministra de Hacienda. Faltar a la realidad es muy grave. Pero hacerlo para adjudicar un falso calificativo a toda una comunidad es inaceptable, sin que resulte como atenuante la evidente ignorancia de quien nos lo ha adjudicado.
Es más que posible que, celebradas ya las elecciones castellanoleonesas arrecien de nuevo los ataques a la política fiscal de Madrid. A fin de cuentas, los expertos fiscales de María Jesús Montero están a punto de suscribir el informe que les van a hacer firmar. Pero bien haría la ministra de Hacienda en utilizar nuevos argumentos, pues de seguir utilizando los que ya ha utilizado: paraíso fiscal, dumping fiscal, o insolidaridad regional, va a dejar aún mas al desnudo su clamoroso desconocimiento de la materia fiscal y de las matemáticas más elementales.