La ley del embudo es de izquierdas
«¿Cuáles no serían los gritos que se estarían escuchando emitidos por el PSOE, por los morados y por los medios afines si Mónica Oltra fuera de derechas?»
“Ancho para mí, estrecho para ti”, así se enuncia esta peculiar ley que es aplicada por los que quieren jugar con ventaja frente a sus rivales, sea en el ámbito que sea. Los últimos acontecimientos acaecidos en el tablero político vienen a confirmar que, en este campo, esta peculiar y desequilibrada ley constituye el santo y seña de nuestros políticos de izquierda.
Invito al lector a realizar un pequeño juego de hipótesis y en él imaginar por un momento que Mónica Oltra perteneciera a un partido del centro derecha español ¿Cuáles no serían los gritos que se estarían escuchando emitidos por el PSOE, por los morados y por los medios afines si la Oltra fuera de derechas? “La derecha española protege a una cómplice del abuso a menores” sería el resumen del estruendo que se habría armado. Y, por supuesto, se habría desatado una cadena de convocatorias urgentes en el Congreso, en el Senado, en el Parlamento valenciano …, para votar reprobaciones a la imputada Oltra. Junto a ello, las múltiples asociaciones feministas habrían inundado las calles y las pantallas televisivas denunciando la conducta y la cultura de esa derecha retrógrada y machista que ampara los delitos de abuso sexual a menores. En definitiva, estaríamos viendo que a la derecha se le aplicaría la parte estrecha del embudo.
Sucede que la imputada pertenece a una organización política de izquierdas, lo que le está resultando tremendamente útil para que sus colegas de formación callen, su jefe político -el ínclito Ximo Puig- sea absolutamente condescendiente con ella, los medios de comunicación afines traten el asunto con sordina, las organizaciones feministas mantengan una posición templada, y los sindicatos parecen no haberse enterado de la misa. En resumen, partidos y medios de comunicación de izquierda, feministas y sindicatos están mirando por la ventana. Para la izquierda, el extremo ancho del embudo.
Pero no es el único ejemplo vivido estos días. Con motivo de la campaña electoral andaluza, el ex presidente Zapatero se ha atrevido a manifestarse orgulloso de la presidencia de Chaves y de Griñán, presidentes que fueron ambos de la Junta de Andalucía y del propio PSOE nacional. Los dos están condenados judicialmente por un grave delito de corrupción, lo que determina que el orgullo manifestado por Zapatero resulte una auténtica agresión a la ética, una desfachatez. Pero el manifestante sabía que disponía de la boca ancha del embudo para declarar su boutade, porque él y los condenados son de izquierdas. ¡Que se hubiera atrevido alguien de derechas a declarar algo parecido en condiciones análogas! Se hubiera quedado atrapado en la estrechez del lado angosto del embudo!. Es lo que hay: “Ancho si soy de izquierdas, estrecho si soy de derechas”.
Son varias las posibles causas que pueden explicar la presencia de esta ley en el juego político español. Una apunta a que el nivel de escrúpulos es claramente diferente en la cultura política de ambos lados de nuestro espectro político, resultando más auto exigentes los políticos de derechas que los de izquierdas. Otra considera que se trata de una herencia procedente de la larga dictadura del General Franco que, por ser de derechas, ha provocado que la conciencia colectiva sea mas rigurosa con los que militan en la derecha política y más laxa con sus antagonistas, los que militan en la izquierda. Finalmente, una tercera posible causa estriba en la errónea concepción de nuestros políticos de izquierda que por considerar moralmente superior su credo político, en su praxis cotidiana aplican aquello de “El fin justifica los medios” de modo que para lograr gobernar y aplicar sus medidas, todo vale.
Sea por cualquiera de los tres motivos expuestos o por la combinación de ellos, lo cierto es que la ley del embudo es aplicada reiteradamente por la izquierda española y su aplicación es secularmente secundada por los medios de comunicación que le son afines.