Los mormones y sus cosas
«La miniserie ‘Por mandato del cielo’ introduce un tema clave para la supervivencia de las democracias: la igualdad de los ciudadanos ante la ley»
Estos días he estado viendo Por mandato del cielo, una miniserie creada por Dustin Lance Black que pueden ver en Disney+. La serie recrea uno de los crímenes más llamativos de los años ochenta: el asesinato de Brenda Lafferty y su hija de 15 meses. La peculiaridad del doble asesinato es que fue planeado y ejecutado por sus cuñados, que ante el juez alegaron estar obedeciendo órdenes divinas. Si está usted pensando en utilizar la misma excusa para acabar con su cuñado, permítame decirle que no les funcionó; los hermanos Lafferty fueron condenados a muerte por el doble asesinato.
Quizá debería haberles avisado de que los Lafferty no eran una familia como las demás. Vivían en Utah y pertenecían a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; es decir, eran mormones, como Mitt Romney y Brendan Flowers, pero con peor carácter. Los Kennedy de Utah, como se hacían llamar los Lafferty, practicaban su religión con la misma pasión que el patriarcado. Y la entrada de Brenda en la familia -fiel de la misma iglesia pero en distinta intensidad- suponía una amenaza intolerable.
«Esta pugna entre libertarismo y democracia es uno de los temas de nuestro tiempo. ¿Deben tener derecho a la autodeterminación toda comunidad religiosa, nacional o de otra clase, que no acepte las reglas del Estado?»
La serie orbita sobre esta tensión entre el fundamentalismo religioso patriarcal y la libertad de una mujer joven con sueños de futuro. Ya saben que por muy «basada en hechos reales» que sea un serie o una película, el arco narrativo es siempre una ficción. En el caso de Bajo el mandato del cielo esto no se oculta: el protagonista de la serie, el detective Jeb Pyre (Andrew Garfield) es una invención. Mormón, como los asesinos, su función como personaje no es tanto resolver el crimen como plantear una crisis de fe. Las ficciones de época siempre representan mejor la época en que son creadas que la que aspiran a representar. Las ficciones medievales escritas en el XIX hablan de los problemas del XIX, como las recreaciones de hoy Juan Sebastián Elcano son altavoces del siglo XXI.
Además de la tensión entre la libertad de Brenda y la opresión del patriarcado Lafferty, Bajo el mandato del cielo introduce otro tema de actualidad, clave para la supervivencia de las democracias liberales: la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, es decir, la imposibilidad de abstraerse individual o colectivamente de cumplir el contrato social. La serie muestra a la familia Lafferty en permanente estado de insumisión ante el Gobierno federal: consideran que los impuestos que les reclaman son ilegítimos, y por tanto coercitivos. Esa convicción se extiende a las autoridades locales (ni multas de tráfico, ni impuestos a la propiedad), incluso al código civil (¿quién es el Gobierno para decirle a un Lafferty que no puede tener varias esposas, como el profeta Joseph Smith?). Esta pugna entre el libertarismo y democracia es uno de los temas de nuestro tiempo. ¿Debe tener derecho a la autodeterminación toda comunidad religiosa, nacional o de otra clase, que no acepte las reglas del Estado?