Así se incentivan las denuncias falsas en España
«La repulsa que provocan delitos como el maltrato o las violaciones se usan como instrumento para aprobar leyes que acaban pisoteando derechos fundamentales»
Quienes ostentan el poder prefieren gobernar la emergencia a la cotidianeidad, porque la rutina no habilita el abuso de potestades excepcionales ni el recurso constante a instrumentos legislativos ideados para situaciones de extraordinaria y urgente necesidad. Cuanto mayor es la alarma, mejor es la excusa para sustraerse de los controles y contrapesos ordinarios, soslayando tanto los requisitos formales como los temporales. La solución a las mismas suele pasar por pisotear derechos fundamentales, crear o subir impuestos, o incluso en una combinación de ambas. Todas ellas sirven para justificar un incremento exponencial de la intromisión del Estado en la esfera privada, amén de justificar la existencia de una burocracia ineficiente y cara.
Ésta y no otra es la razón por la que la política contemporánea se ha convertido en una concatenación de alertas y emergencias de variado color y pelaje, algunas con fundamento y otras no tanto: la alarma sanitaria, la alerta antifascista, la emergencia climática, el terrorismo machista, o la crisis energética ocupan, sin lugar a duda, un lugar destacado en el pódium, aunque el tremendismo en el caso de muchas de ellas no se encuentre justificado y pueda hasta resultar contraproducente.
Efectivamente, el tiempo y los recursos que se derrochan en las impostadas se detraen de las reales, de forma que se llega tarde allí donde se pudo actuar antes. Basta recordar cómo el Gobierno desdeñó las sucesivas advertencias de las agencias europeas sobre la covid-19 mientras animaba a las mujeres a manifestarse el 8-M porque «les iba la vida en ello», según declaró la entonces vicepresidenta Carmen Calvo. Por no hablar del llamado «apocalipsis climático» promovido por los mismos que se han enriquecido a costa de convertirnos en siervos del gas ruso y en dependientes comerciales de la tiranía china.
Las emergencias ficticias solaparon a las reales por una mera cuestión de oportunidad política, si bien es cierto que no han tenido reparos en explotar lo que antaño desdeñaron: la mascarilla en el transporte público es una medida homeopática que distrae de cuestiones dramáticas, como el incremento de la tasa de suicidios o la desastrosa planificación de la transición ecológica.
Algo parecido sucede con la alerta feminista que se han empeñado en construir a cuenta de una violencia patriarcal estructural irrelevante en occidente. El dolor y la repulsa que provocan delitos como el maltrato o las violaciones se usan como instrumento para aprobar leyes que, no sólo no van a redundar en una mayor y mejor protección y asistencia de las víctimas, sino que acaban pisoteando derechos fundamentales susceptibles de amparo constitucional y quebrando la división de poderes. Amén de justificar ministerios, secretarías, direcciones generales y observatorios totalmente prescindibles.
Les estoy hablando, como se pueden imaginar, de la llamada ley del solo sí es sí y de su predecesora, la Ley Integral de Violencia de Género (LIVG). Se trata de dos reformas de orden tanto punitivo como administrativo de profundo calado ideológico, que justifican aberraciones jurídicas y crean emergencias que no son tales y que probablemente comportarán a nivel estadístico un problema mayor al que se pretendía solucionar. Porque ninguna de las dos leyes ha servido o va a servir para reducir los delitos a los que se refieren, pero sí para potenciar uno nuevo que, antes de la vigencia de las mismas, era marginal: las denuncias falsas.
Ya se contemplaba la posibilidad de asistir a las víctimas antes de recaer sentencia: de forma cautelar, tanto jueces como fiscales podían acordar medidas de protección para las denunciantes. Pero en noviembre del año pasado, mediante un Acuerdo de la Conferencia Sectorial de Igualdad, se aprobó que la acreditación a nivel administrativo de las situaciones de violencia de género abarcase también a quienes manifiesten encontrarse en proceso de toma de decisión de denunciar, a las víctimas respecto de las cuales el procedimiento judicial haya sido archivado o sobreseído, o incluso cuando hubiese recaído sentencia absolutoria, entre otras.
En estos casos, bastará un informe de los servicios sociales para acceder a diferentes prestaciones económicas, como el pago único (que ronda los 3.000 euros) o la renta activa de inserción, entre otras, o incluso para obtener la autorización de residencia temporal y trabajo cuando se trate de mujeres extranjeras en situación irregular en España. Se trata de un trámite burocrático en cuya virtud la Administración decide conferir a alguien la condición de víctima sin escuchar la versión del acusado -o absuelto-, incluso contra el criterio del poder judicial.
Si a todo ello le añadimos que se han reformado los artículos 92 y 94 del Código Civil para que una mera denuncia baste para suspender, de forma automática, el régimen de visitas o la patria potestad, los incentivos perversos para denunciar en falso están servidos.
«Podríamos estar ante lo que los psicólogos llaman un refuerzo positivo: mentir o no decir toda la verdad en las cuestiones que nos atañen no sólo no se sancionará, sino que se premiará»
Y me preguntarán qué tiene que ver todo esto con la ley del sólo sí es sí. Pues verán, se trata de una norma que se ha fundamentado en una premisa falsa: que había que reformar el Código Penal para que el sexo no consentido fuese delito en nuestro país. Como se pueden imaginar, ya lo era. Pero una vez la ley entre en vigor, ésta prevé que las víctimas de agresiones sexuales puedan acceder a las mismas ayudas económicas y administrativas que las de violencia de género. Esto quiere decir que las situaciones para acreditar la condición de víctima ante la Administración serán las previstas en la LIVG. Esto supone que los servicios sociales competentes podrán reputar víctima de una agresión sexual a quien manifieste estar considerando denunciar o incluso a aquélla que se repute víctima de un delito que los tribunales no consideraron probado.
La cuestión es de tal gravedad que, más que hablar de incentivos perversos para potenciar las denuncias instrumentales -que es como deberíamos referirnos, en puridad, a las denuncias falsas-, podríamos estar ante lo que los psicólogos llaman un refuerzo positivo: mentir o no decir toda la verdad en las cuestiones que nos atañen no sólo no se sancionará, sino que se premiará.
Muchos intentarán restarle importancia diciéndoles que «tampoco es para tanto» porque, al fin y al cabo, la presunción de inocencia sólo rige de las puertas del juzgado hacia dentro. Pero esto no es del todo cierto, ya que la relevancia de la Directiva europea 343/2016 radica precisamente en resaltar la dimensión social de ese derecho fundamental: si esta norma insta a las autoridades a respetar la presunción de inocencia en sus declaraciones públicas ¿cómo es posible que la Administración pueda soslayarla incluso desdeñando resoluciones judiciales? Porque cuando un burócrata firma una resolución en la que reconoce a una ciudadana el estatus de víctima, ello implica necesariamente la existencia de un agresor.
Pero lo que más me indigna es que todos los medios personales y recursos materiales que se van a malgastar en estas denuncias instrumentales no vayan a destinarse a las víctimas reales, que las hay, y a quienes procuran por ellas, como son el personal que trabaja en la Administración de Justicia, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o los compañeros del Turno de Oficio. Se van a derrochar millones para justificar trámites y organismos innecesarios, a la par que se va a propiciar el surgimiento de una alarma o emergencia verdadera, la de las denuncias instrumentales, que no me cabe duda de que también intentarán silenciarlas. Pero los problemas reales que se ignoran siempre acaban explotando en la cara.
Es una total violacion a la constitucion. Y a la presunción de inocencia. Yo de hecho estoy pasando por una situación donde una chica ha querido simplemente inventar una historia y por simplemente ser mujer ya estoy perdiendo. Esto me ha causado perjuicios morales, económicos ,daño a mi familia, pérdida de tiempo y no sigo enumerando. ha y sin decir que la abogada de oficio que me asignaron me daba por culpable. Esto es inaudito. Acá no hay igualdad de condiciones acá lo que han gestionado quienes legislar estas leyes son » PRIVILEGIOS»
Muchas gracias por el artículo, es importante. En su momento me vi forzado a aceptar un acuerdo de divorcio que me impedía estar con mis hijos por las amenazas de hacerme la vida imposible a base de amenazas
Hola a todos. Tengo que decir que ésto una aberración. Estoy viviendo en mis propias carnés toda esta situación y lo peor de todo es que fui yo quien denunció por malos tratos fisicos y psicológicos. Aporté videos, audios , fotos y que ha ocurrido? Que se defiende poniendome una denuncia a mí por malos tratos y en el juzgado reconoce que no tiene pruebas y que me trató mal. Aún así orden de alejamiento para mí y sin ver a mí hija.
Increíble, pero cierto. Espero y deseo que cambié el gobierno y lo primero que se haga sea derrocar la ley de Violencia de género o iguale la violencia al hombre también cómo tal. Que además todo esto nos hunde física, psicología y económicamente. Un saludo a todos
Me solidarizo con usted.
Es víctima de la convivencia de muchos oportunistas y sociópatas para que comprenda que nadie le va a ayudar, si espera o cree que las palabras de un dirigente o elegible a diputado en elecciones sobre su situación ante la legalidad, le van a mentir para aprovecharse de su angustia. No voy a hablarle de abogados y sus promesas, voy a exponer que todo está atado y no se desatará.
Venimos de asociacionismo feministas creadas en partidos de izquierda, toda la actual situación legal se elaboró principalmente dentro del PSOE, dirigentes crearon sus asociaciones feministas, abogadas, Zapatero las «escucho» para que me entienda, sus programas políticos y reivindicaciones se convirtieron en ley penal y civil, Zapatero se consolidaba dentro del partido y ellas también. Jueces como Robles y la ministra de justicia fueron las caras visibles con la frase «ley contra la violencia contra las mujeres por el hecho de serlo». Apareció Irene Montero y me servirá para poner a otros actores en la trama. Su ley elaborada para no dejar al libre albedrió a jueces sin «perspectiva de género». Tienen que ser sumisos y si son activos dando mensajes del gobierno tienen premio, ejemplo THEMIS o Jueces por la Democracia, deben cumplir su educación en «perspectiva de género» con cursos y puede que lleguen a otros puestos cerca del poder político. El informe no vinculante del CGPL de la ley de Irene lo elaboran dos jueces y Pilar Sepúlveda abogada y presidenta de su asociación para ayudar a mujeres a denunciarle a usted, a otros, subvencionada. Comprende la trampa. Con el informe en la mano la juez de una asociación explico que las mujeres ya tenían el derecho de retracto del CP ordinario, significa que usted puede ser denunciado por ella retrotrayendo a supuestos hechos que usted la hizo hace años, la carga de la prueba se invierte, pero usted ahora es culpable para «proteger a la verdadera victima», » a la mujer hay que creerla siempre», «hay que investigar las denuncias de todas las mujeres por ser delitos de odio», estas frases son dichas por ministras y ex ministras de este gobierno, una es juez y ejerce como ministra de justicia un eficaz control de los jueces buenos y malos, como la lista que hizo el juez catalán indepe de los pro indepes y no pro indepes.. Las jueces del gobierno volverán a serlo y juzgarán a hombres con la legalidad que han creado,
Estoy hablando de miles y miles y miles y miles de millones que dan Moncloa, autonomías, ayuntamientos que van a parar a personas que se venden con ganas.
Habrá escuchado y leído a Cayetana Álvarez, Iván Espinosa, Abascal…. nos mienten. Ni que formará gobierno en la Moncloa VOX pasará lo que usted desea con su situación penal, por una razón de números, si Abascal quiere el poder deben votarle las mujeres, si modifica el estatus penal, » derechos que están para quedarse» frase que saco de las periodistas de Antena 3 que trabajan en la cadena, que están arropadas por sus compañeros hombres, toda la brutal organización desde asociacionismo y fundaciones, partidos políticos, sindicatos atacarán sin piedad.
Que paso a Francesco Arcuri en España, ex de Juana, con las periodistas de Mediaset, Atresmedia, TVE…. fueron a por el por orden expresa y el fin era dar a ella la jurisprudencia necesaria para indultarla, indultar a todas las secuestradoras porque la jurisprudencia es ley. El único que le defendió del ataque mediático español, en Italia no ocurrió, que se prolongó desde 2016, su abogado italiano que advirtió a Griso en directo, ella siguió al día siguiente como antes con la impunidad que la caracteriza, los abogados españoles no se enteraron que afirmaba Griso de su cliente. Si no me cree crea con hechos.
El gobierno de Rajoy ayudo a Juana, el de Sánchez lo redondeo a lo grande.
Rajoy, su ministro de S Social hizo una ley para que las mujeres tuvieran más pensión por el hecho de serlo, buscado desde las organizaciones feministas, sus lobis. La democracia funciona con lobis. Un hombre corriente consiguió que el TJUE condenará esa ley y Sánchez la modifico. No fue una asociación de hombres, ni VOX, lo hizo solo un hombre anónimo con su empeño y sin ayuda de nadie.
Cuantas leyes de género hasta hoy ha llevado VOX o una asociación de hombres víctimas de la legalidad de género al TJUE o de derechos humanos de Europa. Cuantas ha llevado VOX contra leyes de la Generalitat o la Moncloa al constitucional. VOX llevo al TJUE lo aprobado a favor de Puigdemont en el parlamento de la UE y refrendado por ese tribunal, un ejemplo. Que afirmo Abascal y los suyos en las triunfantes elecciones andaluzas que pusieron temblando a Griso. Griso pregunto a un empresario en encuestas en su programa el número de votos que obtendría VOX en las primeras elecciones generales, por el temor que ella tenía, al predecirlo sabe que dijo más o menos, «bueno, menos mal».
Todas las universidades de la UE tienen cátedras en feminismo que crean hembristas, son títulos reglados que sirven para encontrar un puesto de trabajo, los hacen feministas con años de historia en su labor por la causa.
Solución que busca hay que conseguirla de la misma forma que ellas lo han hecho.