Lo absurdo del real decreto de ahorro energético sanchista
«Parece surrealista, pero dada la indefinición de la ley, nadie en España sabe ni sabrá cuándo refrigerar o calefactar en un edificio público»
Dentro de los muchos trabajos desarrollados por los diputados de la Asamblea de Madrid se encuentra la asistencia y participación activa en las comisiones y plenos de este parlamento regional. Esta semana en la Comisión de Medio Ambiente, martes 18 de octubre, rodeado de compañeros del PP y de Vox y al otro lado los diputados del PSOE, Podemos y Más Madrid, estuvimos debatiendo iniciativas sobre política energética contra el cambio climático. Pero también se llegó a debatir sobre si hacía mucho calor o no, que si el cambio climático, etc. ¡Y «erre que erre», durante toda la sesión, comunistas y socialistas se dedicaron a incidir en que el verano se había alargado y un diputado del PSOE llegó a decir que lo estábamos viviendo también en la propia sala de comparecencias de la comisión de la Asamblea de Madrid!.
Cierto es que muchos nos quitamos la chaqueta del calor insoportable pues, paradójicamente, la sala estaba refrigerada a un máximo de 27 grados centígrados según las últimas leyes aprobadas por Sánchez y sus socios. Leyes que pretenden un ahorro energético supuestamente. Otros compañeros estaban incluso con abanicos. Sin embargo, ¿realmente el calor en la sala de sesiones era debido al cambio climático? Déjenme que les diga que no. No era por el cambio climático.
Tuve la oportunidad de comentarle al letrado de la Asamblea de Madrid fuera de la sala que cúal era la causa de que estuviera el aire acondicionado puesto a 27 ºC, si en el ambiente había 24ºC. A lo que me respondió que en la Asamblea de Madrid, como en cualquier otro edificio público, están aplicando el Real Decreto 14/2022 de Ahorro Energético aprobado en agosto de este año por el Gobierno de Sánchez y sus socios. En ese Real Decreto se establece, en su artículo 29, un Plan de Choque de ahorro y gestión energética en climatización. Se especifica en ese artículo que, para ahorrar energía en recintos refrigerados, la temperatura mínima en los mismos debía ser 27 ºC y en los calefactados el máximo de 19 grados.
«Nadie puede negar que existe cambio climático, pero en este caso, y en esta comisión de medio ambiente -¡qué contradicción!- el cambio climático ha sido inducido por leyes chorras de este gobierno sanchista»
Resultaba que ese día parecía que tocaba ser «recinto refrigerado», pues no se especifica en la ley durante qué fechas ni horas se refrigera o calefacta, y nos han puesto el aire acondicionado a 27 grados cuando la temperatura ambiente era de 24ºC. Parece surrealista, pero dada la indefinición de la ley sanchista nadie en España sabe ni sabrá cuándo refrigerar o calefactar en un edificio público. Ha sido vergonzoso, pues durante tres horas se ha estado gastando energía para subir tres grados la temperatura de la sala cuando no era necesario con la temperatura ambiente que existía. Pero no podemos echar la culpa a los trabajadores de la Asamblea, ya que con una ley nacional tan indefinida es difícil aplicarla con sentido común.
Nadie puede negar que existe cambio climático, pero en este caso, y en esta comisión de medio ambiente -¡qué contradicción!- el cambio climático ha sido inducido por leyes chorras de este gobierno sanchista. Ejecutivo que no es capaz de aplicar el sentido común y darse cuenta que no hay blanco o negro, sino que también, a veces, puede existir el gris. Lógicamente, durante la sesión parlamentaria hemos pasado un calor inducido por un real decreto sin sentido que aprobó un gobierno central con gran desatino. Entre el calor a 27ºC inducido por el aire acondicionado más el calor corporal humano hemos llegado a los 29ºC en la sala de la Comisión de Medio Ambiente. Pues bien, aplicando esta absurda ley, al final de la sesión, en el apartado de ruegos y preguntas he propuesto que en los días en los que la temperatura ambiente oscile entre los topes marcados por el Gobierno de 19ºC a 27ºC, sería conveniente no gastar energía para el aire acondicionado, pues es absurdo tener una temperatura ambiente de 24ºC y tener que subir la temperatura del recinto a 27º C porque el real decreto sinsentido así lo establece si queremos refrigerar la sala.
Otra opción hubiera sido declararnos como «sala calefactada», por lo que la temperatura del aire máxima permitida por este irracional Real Decreto hubiera sido de 19ºC y hubiésemos bajado la temperatura de la sala, siendo realmente refrigerada. Pero hubiera supuesto un cachondeo innecesario en estos tiempos donde lo que debe imperar es el sentido común y las ganas de trabajar por los madrileños y españoles a los cuales nos debemos. Un absurdo sinsentido propio de una ley sanchista con muy poco sentido común.