Ecologismo tramposo
«Que la inmensa fortuna de una familia, cimentada en el petróleo, financie las actuaciones contra las prospecciones en el Reino Unido, resulta llamativo»
«Traje a mis hijos a este centro precisamente para que recibieran enseñanza conforme al régimen del centro, no a la ley española». Cuando los padres volvieron la vista para ver quien decía lo que todos allí pensaban, comprobaron que el interviniente era un altísimo cargo de la educación en España. Fue hace años.
Nada nuevo. El mundo siempre se dividía entre amos y esclavos hace muchos siglos, y ahora entre ciudadanos poderosos, que quieren seguir siéndolos, y ciudadanos engañados, que han olvidado su derecho/obligación de pensar, o que aceptan por comodidad la supremacía de los poderosos.
Hace unos días, dos jóvenes británicas, para llamar la atención sobre sus proclamas ecologistas, mancharon con sopa de tomate un cuadro de Van Gogh en Londres. Su mensaje de no prospecciones de petróleo y gas se difundió, y muchos fueron críticos con el vandalismo pero estaban de acuerdo con su objetivo de protección del planeta. Pero Just Stop Oil, su organización ecologista, está financiado por una fundación de Aileen Getty, heredera de Getty Oil, la todopoderosa empresa americana, que se hizo multimillonaria gracias a las prospecciones petrolíferas en Arabia Saudí. Que la inmensa fortuna de una familia, cimentada en el petróleo, financie las actuaciones contra las prospecciones en el Reino Unido, resulta ciertamente llamativo. ¿Por qué la oposición a las prospecciones petrolíferas en el Reino Unido, por el futuro de nuestro planeta, y no en otros lugares del mundo, origen y fuente de la fortuna del financiador? ¿Es que esos lugares son de otro planeta?
El ecologismo actual
Así funciona en muchas ocasiones el ecologismo actual, como un trampantojo que resulta atractivo, pero que, si se profundiza en sus proclamas y se piensa, se descubre el engaño.
Pueden citarse dos ejemplos más.
En Extremadura, el ecologismo vendió y vende su oposición a una urbanización (Valdecañas), como la lucha por la protección de la Naturaleza. ¿Qué suponía esa urbanización en la Extremadura vaciada? Que algo, «que no causará perjuicio a la integridad del lugar en cuestión (TSJ extremeño)», iba a dar vida a la zona, creando puestos de trabajo, recuperando emigrantes, etc. Pero… en esa zona hay ocho minifundios, inferiores a una hectárea, y unos pocos, siete grandes latifundios que superan las 5.000 hectáreas. Si un centenar de hectáreas de la zona son objeto de desarrollo urbanístico, nuevos vecinos, estacionales y fijos, trabajo, dinero circulando…, aquello tendrá vida, y la paz de las inmensas propiedades de unos privilegiados se verá afectada. Lo que contaba Delibes en su novela que fue película (Los santos inocentes), quieren algunos que no cambie, y que nada altere el bienestar de los terratenientes latifundistas. El mensaje de protección de las aves, etcétera, del ecologismo, ante unas viviendas, golf, etc., de unos nuevos vecinos, puede venderse bien, aunque ese idílico trampantojo engañe, ocultando el mantenimiento de la Extremadura vaciada, que beneficia a los latifundistas, que seguirán gozando para su exclusivo disfrute de centenares y centenares, miles de hectáreas, sin el riesgo de una Extremadura viva que les incomode.
«Cuando la ley de bienestar animal se discutía en el Congreso, la atención mediática se concentraba en una grosera novatada en un Colegio Mayor»
Y un tercer ejemplo, el ecologismo animal, exacerbado a veces, y que se refleja en disposiciones legales. Otro trampantojo. La música suena bien, pero parte de la letra es horrible, pues la realidad es que el animalismo, la nueva doctrina, que parece religión de obligado cumplimiento, y que merece un comentario más amplio, a la vista de todas sus implicaciones.
Y cuando la ley de bienestar animal se discutía en el Congreso de los Diputados, que rechazó por 179 votos contra los 157 que pedían devolver el proyecto al Ejecutivo, ese mismo 10 de octubre, toda la atención mediática estaba concentrada en el vídeo de una grosera novatada en un Colegio Mayor. La altísima atención prestada desde el poder y sus medios afines a este vídeo logró que no se expusiera y analizara por el público algunas concretas regulaciones del nuevo animalismo discutido en la Cámara Baja.
Se vende una música facilona, pero la letra se solapa con una noticieta que se hace convertir en la noticia.
El silencio y la comodidad de la mayoría permite que ideas de grupos minoritarios, presentadas atractivamente, pero que ocultan la conservación de los privilegios de los poderosos, por la teoría de la espiral del silencio de Elizabeth Noelle-Neuman, logren convertirse en la opinión pública. Pero cada día más gente piensa, más gente ejerce sus libertades, y los ecologismos engañosos, son descubiertos.
«Bienvenida la posición reciente de la ecologista más mediática, Greta Thunberg, a favor de la energía nuclear»
Una nota final a tener presente: la Directiva 2011/92/UE, sobre la Evaluación del Impacto Ambiental, determina que los efectos del impacto de un proyecto se evaluarán atendiendo a diversos factores. Y el primero, es la población y la salud humana; y luego, la biodiversidad, la tierra, el agua, el aire, el clima….
¡Ah! Y bienvenida la posición reciente de la ecologista más mediática, Greta Thunberg, a favor de la energía nuclear. Una demostración que, si algunos ecologismos pretenden seguir con el engaño, tienen que rectificar sus posiciones maximalistas. Pero pretenderán seguir engañando. Aunque cada vez a menos gente.