Los orígenes del Concierto de Año Nuevo
El oscuro pasado de este acontecimiento no nos debe impedir disfrutar la belleza de la música clásica
Como cada año, la Orquesta Filarmónica de Viena, realiza el Concierto de Año Nuevo en la mañana del 1 de enero en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena, Austria. La Filarmónica de Viena es considerada una de las mejores orquestas del mundo, sus orígenes se remontan a 1842 cuando Otto Nicolai creó la primera orquesta independiente de las orquestas estatales. Ha tenido directores tan reconocidos como Gustav Mahler, Felix Weingartner, Wilhem Furtwängler o Clemens Krauss.
Escuchar los valses de Strauss la mañana del 1 de enero se ha convertido en una tradición más en nuestras casas, pero ¿nos hemos preguntado alguna vez de dónde procede tal tradición?
Desde 1838 existía en Viena la costumbre de realizar los conciertos de Año Nuevo, el predominio de la familia Strauss a finales de la década del S.XIX hizo que fuera el vals el baile predominante en las clases aristocráticas vienesas. Pero no todos los años se realizaban estos conciertos, el “ritual” de realizar todos los años el concierto de Año Nuevo en la Musikverein de Viena comenzó en 1939. La idea fue concebida por Clemens Krauss, un director de orquesta simpatizante del nacionalsocialismo y amigo íntimo de Joseph Goebbels, que pensó que sería buena idea organizar un concierto para preservar la moral de la población y las tropas en tiempos de guerra. Las autoridades nazis convirtieron el concierto en un acto benéfico, la recaudación iría destinada a la Winterhilfswerk, una campaña anual que financiaba obras de caridad
El concierto fue adoptado por la cúpula de poder nazi como un instrumento de propaganda durante toda la guerra, el nacionalsocialismo veía en la música clásica germana una muestra de la superioridad cultural alemana y era un pilar fundamental dentro de los valores de la ideología nazi. Lo curioso es que se eliminó a todos los músicos judíos de la orquesta, pero se siguió interpretando las obras de la familia Strauss, de orígenes judíos. En Alemania se entendía que la música no sólo definía la cultura sino la raza, para los nazis la música extranjera como por ejemplo el jazz era música “degenerada”, estaba controlada por los judíos y encarnaba el mestizaje racial. Goebbels nacionalizó la orquesta y desde ese momento controló por completo los conciertos que se realizaban. Uno de los directores más importantes y talentosos fue Furtwängler, quién tuvo numerosos conflictos con Hitler y Goebbels por su manipulación de la Filarmónica, al contrario que los nazis, pensaba que la música y la política debían de estar separadas.
El día anterior al cumpleaños del Führer era tradición celebrar un concierto, en 1942 el encargado de realizarlo fue Furtwängler, quién a pesar de sus desencuentros y malestar con Hitler asumió la dirección, para muchos es considerado el concierto del milenio. Ese acto de propaganda con un director completamente sometido era justo lo que deseaba Goebbels, se dice que cuando Furtwängler dio la mano a Hitler tras finalizar el concierto se fue inmediatamente a lavársela.
Este concierto se celebró cada año durante la guerra como una manera de preservar la unidad del Tercer Reich, tras finalizar la guerra, asumió la dirección Willi Boskovsky en 1954, quién transformó el significado del concierto, lo convirtió en una manifestación de la cultura europea y en una representación del esplendor vienés de finales del S.XIX.
Los miembros de la orquesta se tuvieron que someter a un proceso de “desnazificación” ya que muchos de ellos estaban vinculados a organizaciones nacionalsocialistas o directamente al partido. Desde la década de los 90 se introdujo la tradición de elegir un director cada año para este concierto y desde el 2007 se acompaña de un ballet que se retransmite por televisión.