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Banderas

«Los socialistas han permitido que el Partido Popular en una arriesgada maniobra de triangulación ideológica les arrebate sin oponer resistencia alguna la bandera de la libertad»

Opinión

Banderas.

  • Fundador y Director General de la compañía de consultoría estratégica Redlines.
    Ha dirigido campañas electorales tanto en España como en diversos países de América latina, y es analista político habitual en diversos medios de comunicación.
    Es autor de los libros : «Guía práctica para abrir Gobiernos» (Goberna, 2015), «Otro Gobierno» (Algón Editores 2012), y «Open Government – Gobierno Abierto» (Algón Editores, 2010).
    Le encantan los platos de cuchara, sufre con cada partido del Athletic de Bilbao y no se pierde un concierto de Los Planetas.

Una de las consecuencias menos evidentes y más demoledoras para un partido político aquejado por la grave enfermedad del cesarismo es la pereza.

Y en cierto modo es algo muy humano; si quien ostenta la púrpura toma todas decisiones de forma personalísima, sin atender a más razones que sus propios humores y sin consultar a sus generales, es perfectamente comprensible que centuriones, decuriones y legionarios de base caigan en el hastío de quienes se saben simple carne de catapulta, mutando poco a poco su heroísmo conquistador en un dulce desánimo meridional como de quince de ferragosto a la hora de la siesta: cansado, fatalista, espeso, desilusionado y perfectamente capaz de entregar sus viejas banderas al enemigo sin presentar batalla.

Así y tras casi cuarenta años de dictadura militar, el PSOE se presentó en sociedad en la España de la transición con un lema que no dejaba demasiado espacio a las dudas: «Socialismo es libertad».

Cabalgando sobre esta sencilla aleación de tres palabras, el PSOE de la época, además de proponerse a sí mismo como el garante del nuevo sistema democrático que aún estaba por construirse frente a la feroz dictadura franquista, ponía también distancia con los comunistas del PCE, arrinconándoles en un espacio político tan autoritario como el que estaba ya en proceso de derribo en nuestro país.

La estrategia funcionó espléndidamente y fue construyendo en el imaginario político de nuestro país una potente cadena semántica mediante la cual ambos conceptos iban a ser inseparables, dando soporte a las mayorías con las que  Felipe González gobernó en nuestro país. 

«Una de las consecuencias menos evidentes y más demoledoras para un partido político aquejado por la grave enfermedad del cesarismo es la pereza»

Ocho años más tarde, tras las dos victorias consecutivas de José María Aznar y ya con una democracia plenamente consolidada, el PSOE liderado en aquel entonces por José Luis Rodríguez Zapatero optó por basar su propuesta política en otra de las banderas clásicas de la izquierda, la igualdad.

Así y bajo el lema «Merecemos una España mejor», el PSOE de 2004, sin abandonar el nicho de la libertad, construyó un relato de profundización política y económica basado en una idea tan sencilla -que no simple- como potente: Tras ocho años de gobierno de la derecha, España es más desigual, es hora de repartir beneficios y que estos lleguen a todos, no solo a unos pocos.  Una idea que en 2008 pasó de expansiva a defensiva en una campaña con la que bajo el  «Vota con todas tus fuerzas» los socialistas movilizaron a su electorado bajo la narrativa de que los avances sociales conseguidos en el terreno de la igualdad aún no estaban consolidados. Y les funcionó.

Hoy, unos pocos años después, los socialistas han permitido que el Partido Popular en una arriesgada maniobra de triangulación ideológica les arrebate sin oponer resistencia alguna la bandera de la libertad, convirtiendo este valor en un significante yermo y están a punto de entregar a Feijoo la enseña de la igualdad como consecuencia de unos pactos con nacionalistas e independentistas que por la vía de hecho han conseguido que existan territorios del estado en los que sus habitantes, por el mero hecho de residir en ellos, posean más y mejores derechos y servicios públicos que otros.

Y sin libertad y sin igualdad… ¿Bajo qué  bandera van a presentar batalla el PSOE el próximo mes de mayo?

4 comentarios
  1. kj26_

    El PSOE ganó las elecciones de 2004 gracias al 11M. 200 muertos y 2000 heridos llevaron a Zapatero a la Moncloa.

    Zapatero, Sanchez y muchos otros en el PSOE saben que no volverán nunca a gobernar solos.

    Por eso han diseñado una estrategia para con escaños menguantes mantener el gobierno. Esta estrategia consiste en ceder (ovender) cotas de poder y de intereses al partido comunista, a los secesionistas y a los ex-terroristas. El problema para los españoles es que esa estrategia nos debilita y tiende a reventar España.

    Con el PSOE libertad cero, igualdad cero. Con el PSOE intereses, nepotismo, desviación del dinero del estado a cuentas particulares de amigos y conocidos.

  2. MiguelAe

    El PSOE pretende ganar apoyándose en la desmemoria de los españoles. Siempre nublan la vista de los votantes levantando polvo y sembrando el miedo y el odio. Simulan un falso victimismo.
    Cuando llegue la hora de votar, los españoles verán si sus vidas han mejorado o empeorado en estos cuatro años. Pocas distracciones hay cuando el sueldo no te llega a final de mes.

  3. ToniPino

    He vivido toda la democracia y no tengo conciencia de tener más o menos libertad con el PP o con el PSOE. En el tema de la igualdad, no tengo datos al respecto, así que no opino. Con Sánchez hay una deriva autoritaria en el control de las instituciones, la promulgación de decretos sin debate parlamentario y la declaración de algunos estados de alarma injustificados, con el único fin de gobernar sin control, lo que supuso un cierto recorte de libertades.

    Hace tiempo que la derecha liberal y hoy incluso la conservadora utilizan la palabra “libertad” como etiqueta propagandística, como en el lema electoral ayusista de “Comunismo o libertad”, que es el reverso de la “Alerta fascista” de Iglesias.

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