MyTO

Las embarazadas y la información

«La natalidad no se fomenta manipulando emocionalmente a quienes no desean ser madres, sino haciendo posible que puedan serlo quienes sí lo desean»

Opinión

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y su vicepresidente, Juan Antonio Gallardo. | Europa Press

  • David Mejía es doctor por la Universidad de Columbia y profesor de Filosofía y Humanidades en IE University.

Un padre y su hijo de unos seis años caminan por el pasillo de un supermercado. El niño agarra una bolsa de caramelos y la mete en el carro. El padre lo reprueba con la mirada y recoloca la bolsa en el estante. El niño repite el gesto, esta vez acompañado de un puchero desafiante. Cuando el padre agarra de nuevo la bolsa el niño comienza a berrear: «¡¡Quiero los caramelos!!». Y chillando a pleno pulmón recorre los pasillos, histérico, tirando todo lo que encuentra, para terminar pataleando en el suelo ante la desesperación de su padre y la mirada atónita del resto de clientes. Así concluía el mejor anuncio de preservativos de la historia. Si se trata de que las mujeres embarazadas tengan toda la información, no le veo sentido a quedarse en el latido

Hace unos años, la ciudad de Nueva York lanzó una campaña para prevenir el embarazo de adolescentes. En uno de los pósters aparecía un bebé con lágrimas en los ojos y el texto: «Tengo el doble de probabilidades de no terminar el instituto porque me tuviste de adolescente». Y otro: «Sinceramente, mamá… lo más probable es que él te deje. ¿Y qué pasará conmigo?». El ayuntamiento respondió a las críticas apelando a la necesidad de mandar un mensaje contundente sobre las consecuencias de convertirse en madre en circunstancias adversas.  

También la maternidad deseada de una mujer adulta es sacrificada, costosa y puede ser motivo de arrepentimiento. Si realmente queremos que las mujeres tomen la decisión más informada, organicemos seminarios para que todas las madres, especialmente aquellas que quieren llevar a término su embarazo, escuchen -con la nitidez de un latido- los llantos de madrugada, los gritos y hasta los desprecios del futuro adolescente. Apuesto por un seminario inmersivo, donde las futuras madres puedan experimentar la privación de sueño, el deterioro físico, la falta de libertad y los números rojos. Estos seminarios serían, claro, durante las primeras 14 semanas de gestación en las que la ley permite la interrupción voluntaria del embarazo. ¡Deben tomar una decisión informada!

«A los promotores de la campaña del latido no les interesa que la decisión sea libre, sino que coincida con sus creencias»

Absurdo, ¿verdad? Igual de absurdo que considerar que la mujer que pretende abortar está desinformada mientras que la mujer que pretende dar a luz tiene la información precisa. Sospecho que a los promotores de la campaña del latido no les interesa que la decisión sea libre, sino que coincida con sus creencias. La campaña no es informativa. Se parece más a lo que el economista Richard Thaler llama un nudge, algo así como un empujoncito para influir en el comportamiento. La teoría del empujoncito pretende provocar una conducta sin recurrir a la imposición. Esto no es necesariamente malo -piensen en la mosca pintada en los urinarios de caballeros- pero en ningún caso es un arma de libertad, sino de desincentivación. Y en el caso del aborto, resulta osado jugar a desincentivarlo cuando suele ser resultado de una decisión difícil y meditada.

Claro que otros dicen que la medida busca favorecer la natalidad. Pero la natalidad no se fomenta manipulando emocionalmente a quienes no desean ser madres, sino haciendo posible que puedan serlo quienes sí lo desean. Ayudas directas, incentivos fiscales, políticas de conciliación… los políticos dirán. Porque su trabajo es facilitar que los ciudadanos puedan construir la vida que desean, no imponerles, ni siquiera a empujoncitos, la vida que no quieren.

31 comentarios
  1. TeresaGM

    El artículo más simplón, desvariante y ridículo que he leido sobre este asunto.
    «Apuesto por un seminario inmersivo, donde las futuras madres puedan experimentar la privación de sueño, el deterioro físico, la falta de libertad y los números rojos» dice, y se queda tan contento.
    Tontería más grande frente a un grave problema de natalidad es imposible.
    Se lo dice una madre soltera que ha «sobrevivido» al horrible embarazo ¿?, a la oscuridad de la maternidad ¿?, a las noches en vela ¿?, a la precariedad económica, a los vaivenes de la edad del pavo y, aún así, «sobrevive» orgullosa por haber traido una vida al mundo.
    Estupidez más grande frente al grave problema de natalidad, no cabe en la sensatez.
    Mi hijo no ha tenido ni una rabieta, ni una! ni un desprecio en sus 30 años de vida. ¿No será cosa de la educación vivida en su casa? Libertad, respeto. Es un tio trabajador, educado y con valores (los suyos, faltaría más).
    El deterioro físico lo he sufrido con el cáncer contra el que lucho y ahí no pude elegir. Sí agradecí toda la información recibida.
    Señor, informar no es coaccionar, ni dar empujoncitos morales ni Cristo que lo fundó.
    Informar es informar. Ayudar es ayudar. Desvariar es desvariar.

  2. Psilvia

    La cuestión por parte de VOX es ¿si poner este debate interesado y tramposo en el foco mediático beneficia a los intereses de Moncloa para seguir en el poder? ¿ o si en realidad le preocupa más acelerar su propio latido electoral de cara a las elecciones de mayo que el latido del feto de las embarazadas? Es imperdonable su sentido de la «oportunidad» o que pongan el foco en esta polémica ahora, precisamente, que los efectos de la ley del solo sí es sí son devastadores para las víctimas de agresiones sexuales o que se haya tramitado la ley trans con efectos perniciosos para los menores y las mujeres. Manda webs que con la que está cayendo la manera «original» de combatir o contrarrestar los delirios legislativos del sanchismo y su troupé sea la de subestimar y tratar a las mujeres como si fuesen menores de edad. Eramos pocos y parió la abuela.

  3. garciadeleon48

    Agudo, como siempre, David.
    Estoy en contra del aborto y me parece que lo estaría aunque no fuera católico (aunque no lo sé porque es imposible pensar como si no fuera quien soy): entiendo que no hay derecho a interrumpir la vida, a matar, a un ser humano indefenso que además ha sido convocado a la vida prescindiendo de su autonomía. Por eso me parece aberrante que esté admitido legalmente, aunque no se me escapa la complejidad de algunos casos.
    Ahora bien, si ya está admitido, coincido con David en que se puede facilitar toda la información pertinente a la madre que piense abortar (a mayor información mayor libertad), pero si ella quiere. De lo contrario, no: porque el «empujoncito», la manipulación, no me parece correcta en ningún caso, y menos todavía para promover lo que entiendo que es bueno (el fin no justifica los medios). No vaya a ser que los empujoncitos acaben en empujones que quieten la libertad de decisión de las personas, mientras el ejercicio de esa libertad no vaya contra el ordenamiento jurídico vigente, por desacertado que me parezca.

Inicia sesión para comentar