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Podemos y la izquierda cobarde

«Los sanchistas no se pueden permitir que, a la suma del millón de votos que se va al PP, otro tanto se vaya a la abstención por la cagada de la ‘ley del solo sí es sí’»

Opinión

La ministra de Igualdad, Irene Montero. | Europa Press

  • Madrid, 1967. He sido columnista en Libertad Digital, Vozpópuli y El Español. Ahora escribo en La Razón y THE OBJECTIVE y hablo en Herrera en Cope. Soy profesor titular de Historia del Pensamiento en la UCM. Tengo unos cuantos libros de historia y política.

Podemos quiere usar la rectificación de la ley del solo sí es sí para decir que el PSOE ha sucumbido a la «derecha política, judicial y mediática». La estrategia, infantil a todas luces, es decir que el PSOE se ha arrugado, que no ha aguantado la presión del universo reaccionario. Están a un paso de llamar «machista» a Sánchez, o incluso «fascista» si se tercia. De momento, lo califican de izquierda cobarde. 

El insulto no solo es una salida torpe a un fracaso, sino una estrategia electoral desesperada. Socialistas y podemitas se disputan unos tres millones de votos, esos que van de una formación a otra. A esto se suma que la ley Montero es la mayor fábrica de abstencionistas en la izquierda. Mucho más que los indultos, la eliminación de la sedición o el modelaje de la malversación. Lo que está en juego son los votos. Nada más.

Podemos quiso hacerse un nicho sólido en el electorado de la izquierda presentándose como el más feminista e igualitario de la historia, y ha fracasado. En su ánimo de transformar la sociedad según su ideología, no de hacer leyes atendiendo a la realidad, la ciencia, la razón o el Derecho, los podemitas la han pifiado. Aprovecharon que Sánchez desea la unidad de Frankenstein más que el bien común o la coherencia, y tiraron adelante con la dichosa ley. 

«No hay español que no piense que la ‘ley Montero’ es un fracaso que se mantiene por la soberbia de la ministra»

La situación se convirtió en insoportable para Podemos, donde Yolanda Díaz se ponía una vez más de perfil. Al goteo constante de agresores beneficiados y excarcelados se juntó la mala gestión del fracaso. Ángela Rodríguez, ahora escondida, hacía chistes inoportunos. Tampoco calaban los ataques a los jueces, que se limitan a aplicar los principios elementales del Derecho. 

Ahora el espejo les devuelve la fealdad del proyecto. No solo no sirve para proteger a las mujeres, sino que beneficia a los delincuentes. Y esta realidad es imposible de ocultar con insultos y menosprecios. De hecho, no hay español que no piense que la ley Montero es un fracaso que se mantiene por la soberbia de la ministra y de Podemos.  

Ante el fracaso evidente de la ley, y la subsiguiente caída en la intención de voto, los podemitas tenían muy pocas salidas. Una de ellas era rectificar, cosa que, teniendo el ego tan elevado, se antojaba imposible. Otra era aguantar y esperar un movimiento del PSOE, como así ha sucedido.

Los sanchistas no se pueden permitir que, a la suma del millón de votos que se va al PP, otro tanto se vaya a la abstención por la cagada de la ley del solo sí es sí. Estamos hablando de perder el poder en las próximas elecciones generales, incluso de no superar los 95 diputados

Las encuestas decían a Moncloa que la coalición con Podemos rebajaba la simpatía del Gobierno entre los votantes tradicionales del PSOE, especialmente entre las mujeres, que son el 60% de su voto. Con esto, una reforma de dicha ley impulsada por Sánchez es una ventaja para el PSOE entre el electorado femenino progresista, y una puñalada para Podemos. 

«El PSOE, dice la extrema izquierda, no es capaz de dar la batalla ideológica y cultural»

El miedo podemita a perder esos votos le ha llevado al infantilismo de insinuar que el PSOE es la izquierda cobarde. En el llamamiento al voto de las mujeres, Podemos compara a Sánchez con Zapatero, que no se «arrugó» cuando los «conservadores» denunciaron la inconstitucionalidad de la ley integral contra la violencia de género. 

Los podemitas recuerdan que Sánchez dijo que sería una ley que acabaría siendo imitada en el resto del mundo, una norma vanguardista, epítome del feminismo. Ahora, el presidente, insisten los populistas, no ha aguantado la presión del machismo ultramontano, de los golpistas con toga, del facherío con micrófono y columna. El PSOE, dice la extrema izquierda, no es capaz de dar la batalla ideológica y cultural. Y por eso, ahora, visiblemente acongojado, anuncia la reforma de la ley. 

Podemos ya tiene a su «izquierda cobarde», como Vox con el PP. Este es el cuento que van a vender de aquí a las elecciones de mayo de 2023, cuando Podemos va a empezar a desaparecer. Porque será el PSOE el que remonte con la reforma de esa ley bodrio, recuperando votos de la abstención, de los electores cabreados, y de la izquierda que no aguanta al pijerío ignorante y presuntuoso del Ministerio de Igualdad. 

26 comentarios
  1. Sentido

    Buenos días Sr. Vilches,
    Decirle que llevo poco tiempo en este diario intentando poner comentarios veraces, que respondan a una realidad y como quiera que como Usted dice, sin elogiar a VOX, estoy siendo perseguido e insultado sin compasión, como ayer mismo tuve que presentar una queja a este diario, donde alguien me anunciaba abiertamente que me iba a acosar, con la siguiente frase:” cada vez que hables te humillaré analfabeto funcional y matricial hasta formar un “binomio notable”.
    Volviendo a su artículo, como todos los que le he leído, que rayan en la excelencia, y en consonancia con lo anterior, destaco: “Lo que no puede ser es que cada vez que se cite a Vox sin elogiarlo o decir «Solo queda Vox» salgan los voxistas a insultar”.
    Aunque no tenga nada que ver con lo anterior, hay además algo más que le leí en otra ocasión que me llenó profundamente, cuando literalmente escribió: “Sólo hay dos tipos de historiadores: el que se toma la profesión en serio y el que enmascara su vocación política haciéndose pasar por historiador”, que incluso estos últimos son los que tienen una aversión enfermiza al personaje como por ejemplo los antifranquistas, con una ideología en sus genes que está por encima de todo. Solo recordar el libro de Paul Preston (Personaje de izquierdas y republicano) el Holocausto Español y en su inicio da las gracias a una serie de personajes, García Márquez, Espinosa Maestre o incluso otros que fueron un frente antifranco . Para nada da las gracias a Ricardo de La Cierva a pesar de citarlo en su libro no menos de 25 veces, esa es su objetividad y neutralidad. La mayoría de historiadores a los que da las gracias son de Andalucía y premiados por la Junta de Andalucía, al igual que los que firmaron el documento de la Menoría Histórica de Zapatero que algunos incluso habían sido mandos en el ejército de la República.
    Perfecta la distinción entre comparar que viene a ser establecer relaciones semejantes y por otra parte equiparar es hacer que las cosas sean iguales.
    Ayer en otro comentario puse una pequeña muestra de titulares de prensa de las veces que VOX votó junto con Podemos y PSOE, y entró de estos que llevan muy mal la libertad de prensa, respondiendo: Respecto a “la prensa” (entrecomillado), de la que según usted es fiel reflejo su enciclopedia, ya sabemos de qué pie cojea. Aquí si podemos equiparar a estos que no respetan la prensan con la República que persiguió infinitamente más la prensa que la “dictadura”.
    Muchas gracias por sus artículos y cordiales saludo.

  2. Grossman

    El gobierno es un escaparate demasiado expuesto para las debilidades mentales de un cretino.

    La sensación de debacle entre la izquierda es generalizada, eso ya no lo tapa ni Tezanos con sus mangoneos.

    Las astucias, las estrategias políticas por un puñado de votos de los zurdos son de risa, Podemos, Irene y los violadores, Yolanda Díaz y su movimiento Más, Sánchez y sus improvisados poses con cargos de viejos psoe, todo es una castaña.

    En otro país la izquierda habría desaparecido del mapa, España es un caso especial, el lavado de cerebro de los zurdos es de tal envergadura que han entrado en shock, no saben donde poner el huevo, en el mentiroso Sánchez, en Podemos y su revolución de violadores, la cursi Yoli…mejor me quedo en casa, bajo tres mantas y sin salir a la calle.

    La izquierda se ha topado con los desvaríos de su propia ideología, sus contradicciones, su violencia sin sentido, su negación de la realidad y sus fauces anti liberales.

    Morirán, morirán matando mujeres, obreros, espacios de libertad, de cultura, de sentido común, de tolerancia, morirán como ellos solo saben hacerlo, destruyendo todo lo que de bueno hay en la sociedad.

  3. Manuteide

    Creo que estando de acuerdo con el artículo en lo fundamental ..sin embargo pienso que pocos y escasos votos recuperará Sanchezstein por el centroizquierda ..su travestismo político es marca de la casa y su credibilidad aún menor…la gente sabe que su cambio de criterio es por puro interés electoral y no por hacer una buena ley….está descontado su descrédito …

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