MyTO

El caso Villacís

«Esa querencia por el PP guarda relación con algo elemental: no existe en estos momentos en España otro partido que tenga con Cs tantos puntos en común»

Opinión

Ilustración de Erich Gordon.

  • Escritor. Su último libro es ‘Aly Herscovitz. Cenizas en la vida europea de Josep Pla’ (Athenaica, 2023).

No les falta razón a los actuales dirigentes de Ciudadanos cuando manifiestan no sólo su sorpresa, sino también su desconcierto y mal contenida indignación ante el comportamiento de su compañera de comité ejecutivo Begoña Villacís. Junto a Inés Arrimadas, Villacís es hoy por hoy la figura más valorada de Ciudadanos. Fue además la coordinadora política del equipo que encaró la llamada refundación del partido, de donde salieron las directrices luego ratificadas en la Asamblea extraordinaria de mediados de enero. Finalmente, y al igual que Arrimadas, formó parte de la candidatura encabezada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez que resultó ganadora en las primarias a la presidencia de la formación.

De ahí que las palabras de Villacís en las que propugnaba que los candidatos del partido pudieran presentarse a las elecciones municipales en una plataforma conjunta con el PP –contraviniendo, pues, uno de los principales acuerdos asamblearios, el de concurrir con las propias siglas allí donde Cs presentara candidaturas–, unidas a sus reiterados y públicos devaneos políticos con los dirigentes populares, hayan caído como una bomba entre la ya depauperada militancia. Sin olvidar, claro está, hasta qué punto han dado la razón al derrotado candidato a las primarias de la formación, Edmundo Bal, uno de cuyos principales argumentos de campaña en contra de la candidatura finalmente vencedora era el de hacer política subalterna con respecto al PP. No es de extrañar, en este sentido, que el mismo Bal, tras conocerse las palabras de la vicealcaldesa madrileña, se apresurara a desearle suerte en su nueva andadura política.

Al margen de la comprensible reprobación que pueda merecer su conducta entre sus propios compañeros de partido y, en general, entre quienes ponen la coherencia en el primer plano de la actividad política, lo cierto es que Villacís tiene, a mi modo de ver, toda la razón. Su caso va más allá de lo que sería un caso particular. En otras palabras: el caso Villacís son muchísimos casos. Ella misma basaba su petición de abrir las candidaturas del partido a posibles acuerdos con el PP en las conversaciones tenidas con cargos municipales de la propia Comunidad deseosos de seguir en política y sabedores de las nulas o casi nulas posibilidades que tienen de hacerlo si se presentan en una lista cuyas siglas sean únicamente las de Ciudadanos. Habrá quien objete que todo es, al cabo, una cuestión de dinero. Tal vez. Pero no siempre es así. De una parte, en municipios de tamaño pequeño o medio lo que uno percibe como retribución en calidad de concejal no alcanza habitualmente para vivir. De otra, hay quien tiene un puesto de trabajo asegurado que le espera cuando deje la política, por lo que su querencia por mantenerse en ella obedece sin duda a otros factores: la notoriedad, la ambición, el gusanillo… O todos a la vez, claro. Por no hablar de un factor que, aun estando hoy en franco desprestigio entre nuestra clase política, también se da. Me refiero a la simple vocación de servicio público.

«La progresiva orientación del partido hacia el centroderecha y la deriva del PSOE son en gran parte las culpables»

En el caso de tantos cargos de Ciudadanos, esa querencia por el PP a la que alude Villacís guarda relación con algo elemental: no existe en estos momentos en España otro partido político que tenga con Cs tantos puntos en común. Hace unos años lo de ni rojos ni azules podía servir, aunque sólo fuera de cara a la galería mediática. Hoy no. Tampoco el recurso al «bipartidismo» como anatema. La progresiva orientación del partido hacia posiciones mucho más identificables con el centroderecha y también, por supuesto, la deriva de la izquierda en su conjunto, y en especial la del PSOE, son en gran parte las culpables de ello. Y en cuanto al futuro, puesto que de eso se trata en definitiva, ese «impulso regenerador, liberal y reformista» que el PP de Núñez Feijóo se compromete a dar, en caso de alcanzar el poder, en los cien primeros días de la próxima legislatura y cuya plasmación son las sesenta medidas de su Plan de Calidad Institucional, habla por sí solo. ¿Cuántas de esas medidas desentonarían ahora mismo en un programa electoral de Ciudadanos, excepto las dos referidas al gobierno de la lista más votada? Me temo que ninguna.

No hay peor ciego que el que no quiere ver, dice el refrán. Ojalá el caso Villacís sirva al menos para mejorarles la vista a los actuales dirigentes de Ciudadanos. No sólo muchos cargos del partido se lo agradecerán; también millones de españoles deseosos de dejar atrás de una vez por todas la pesadilla de estos últimos años.

Ciudadanos se distancia de Villacís y rechaza «diluirse» en las listas del PP o en otras siglasCiudadanos se distancia de Villacís y rechaza «diluirse» en las listas del PP o en otras siglas
5 comentarios
  1. PresuntoImplicado

    Al final ha resultado que Cs fue una tapadera para intentar colar en Cataluña otro partido de derechas Cs nunca se distinguió gran cosa del PPOX. Y, ahora que el barco hace agua, las ratas que aún quedan intentan saltar al PPOX. Otros lo hicieron antes o acabaron de tertulianos o columnistas en medios fachas.

  2. Esparta234

    Igual deberían repasar los nuevos estatutos de CS para darse cuenta las enormes distancias entre el PP y los liberales. Cierto que hay muchos puntos en común, pero también son grandes las diferencias. También los hay con la socialdemocracia aunque en España haya sido reemplazada por el Sanchismo. Los liberales tienen el mandato estatutario de luchar por un espacio propio como tienen en el resto de Europa, Algo que se conseguirá tarde o temprano, en beneficio de todos esos españoles cansados ya del bipartidismo caduco y falto de miras que tenemos.

  3. andoniakis

    Tras la agresiva campaña de T.G. Egea a las ordenes de casado de infiltrarse en C’s y comprar personal a traves del topo Hervías (donde esta ahora?) llega la fase de la manzana de blancanieves version Feijoo. O sea por las buenas pero con trampa.

    No nos engañemos, al PP solo le interesan los votos de C’s no su personal que genera problemas internos en su nomenklatura (porque ellos y yo no?). El PP como el Psoe son agencias de colocacion con vocacion de comerselo todo. Como vender a los afiliados que pones en un cargo importante a uno de fuera?

    Se puede ser liberal pero a la vez odiar la Gürtel y todo lo que significa y significó (ya nos hemos olvidado de eso) y eso marco una diferencia brutal.

    Villacís se ha dejado llevar por la corriente del voto úitl cuando en política todo cambia.

    El error de C’s fue venderse como un Pp 2.0 pero en limpio. Eso trajo la reacción de todas las fuerzas telúricas que gobiernan el pais y el resultado esta a la vista. Al psoe le fue igual de bien, sobre todo en Cataluña donde tras el tropiezo brutal de C’s ha vuelto a hacer de las suyas, como siempre y pactar con ERC y Podemos. De facto en Cataluña hay un nuevo tripartito encubierto con Iceta en la sombra.
    Sigo pensando que hace falta un partido entre el PP y el psoe (o como se llamen en 10 años) para modular las tensiones separatistas innatas de los españoles y dar menos peso a los perifericos en el gobierno de la nacion.
    Se puede llamar liberal como antes se llamo Upyd.
    Ya nos entendemos. Alguien fuera de la disciplina de los dos monstruos que ha creado la partitocracia en España y que sea la opcion de los que no nos alineamos con los grandes casi por igual.
    Una tercera via independiente, que cada dia es mas dificil, la verdad.

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