THE OBJECTIVE
Anna Grau

Salud, dinero e infraestructuras

«El mismo gobierno socialista que aún presume de que su gestión de la pandemia fue ejemplar tiene el triste honor de haber bloqueado la tramitación de la ley ELA»

Opinión
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Salud, dinero e infraestructuras

Miembros de Ciudadanos en el Congreso antes del debate sobre la toma en consideración de la Proposición de Ley para el reconocimiento de la discapacidad a las personas ELA. | Europa Press

Fue aquí mismo, fue en THE OBJECTIVE, donde publiqué un artículo intentando llamar la atención sobre la espeluznante tendencia de ciertos gobiernos, ciertos partidos, a dejar morir gente por no gastar…mientras suben inmisericordes los impuestos. He aquí el enlace: Dejar morir para no gastar (mientras subes impuestos), por Anna Grau.

Tengo novedades desde entonces. No avanzamos. El cinismo de ciertos responsables institucionales va en aumento. El mismo gobierno socialista que aún presume de que su gestión de la pandemia fue ejemplar (sic), al que ha habido que arrancar fármacos oncológicos como quien arranca una muela (y nos faltan muchos por arrancar), tiene el triste honor de haber bloqueado la tramitación de la ley ELA, la que Ciudadanos registró en el Congreso con el apoyo de todos los grupos, para que ya no pueda «entrar» en esta legislatura. Ni en estos presupuestos ni en los que viene, de haberlos.

No tienen corazón, les ha dicho Jordi Sabaté. Ni vergüenza, añade Yolanda Delgado, esposa de enfermo de ELA en Sant Vicenç dels Horts. Otro tanto piensa Ana, esposa de otro enfermo, este en Madrid, arrojado a un centro hospitalario totalmente inadecuado para su condición. Incluso con demanda puesta ante la Justicia, el sistema ofrecía al enfermo posibilidades tan limitadas que en la práctica equivalían a empujarle a la sedación. A la eutanasia inducida, para entendernos.

No sólo la de él. Casi casi la de ella. En una hondonada particularmente negra de su angustia, Ana intentó quitarse la vida. Yo me enteré porque su abogado, Esteban Gómez Rovira (el mismo abogado de Laura Escobar, la enferma catalana de cáncer de mama metastásico para el que tras mucha lucha logramos entre todos que la Seguridad Social cubriera la medicación que precisaba…), me llamó hallándome yo en un acto de la Fundació Pasqual Maragall. La que hace una magnífica labor (privada) para prevenir el Alzheimer. Me tuve que salir a toda prisa del auditorio del Fòrum, dando codazos y levantando todo el mundo, porque Esteban me pedía, angustiado, el teléfono del SAMUR para auxiliar a Ana en Madrid.

Yo misma llamé a la Guardia Urbana de Madrid. Y a todos mis amigos allí, que son unos cuantos. También en el Gobierno de la Comunidad. Llegué a hablar del tema con el mismísimo Miguel Ángel Rodríguez. No revelaré lo que hablamos porque era una conversación privada. Sólo diré que parece que me hizo bastante más caso que por ejemplo el equipo del actual conseller de Salut de la Generalitat, Manel Balcells, cuando les pedí por favor, y ellos prometieron, contactar con Yolanda Delgado. Y hasta hoy.

No sé en qué momento sonó la flauta (han sido muchas llamadas, de mucha gente a mucha gente…) para hacer posible que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, anuncie la creación en Madrid del primer centro público residencial dedicado exclusivamente a enfermos de ELA. Alabado sea Dios, sea porque sí, por compasión o por fastidiar a Pedro Sánchez. Me da igual. Es un pequeño paso para la CAM, un gran paso para nuestros enfermos. Que digo nuestros porque podemos ser cualquiera de nosotros, cualquier día.

Esperemos que esto de Madrid no se quede en golpe de efecto, en una especie de Zendal de la ELA, porque cuando al fin, después de tanto sufrir y bregar, se ha conseguido que algo se mueva, ahora falta lo más difícil: que no pare de moverse. Ciutadans pide un centro así no sólo en Cataluña sino para TODA Cataluña: que todo el territorio tenga capacidad de ofrecer atención residencial y especializada a estos enfermos tan dejados, hasta ahora, de la mano de Dios y de la Administración.

¿Lo conseguiremos? La Generalitat «republicana», como gustan de llamarse los de Pere Aragonès, no parece estar muy por la labor de cumplir ni honrar compromisos. Yolanda Delgado, como digo, todavía está esperando una mísera llamada de cortesía. Aquí nadie cumple, no ya lo que promete, sino ni lo que está firmado… ¡ERC acaba de comprometerse a ampliar el aeropuerto del Prat, y ya ha empezado a maniobrar para escaquearse de hacerlo!

¿Sabían ustedes que Jordi Pujol llegó a inaugurar hasta 12 veces una autovía pagada por el Estado? Lo recordaba esta semana mi compañera de escaño Marina Bravo en el Parlamento catalán, donde defendió una moción especialmente diseñada para visualizar el trilerismo infraestructural que socialistas catalanes y nacionalistas llevan décadas jugando.

En estas interminables semanas de culebrón presupuestario, Salvador Illa ha intentado desesperadamente encubrir la inanidad de su «oposición» a un socio preferente de Pedro Sánchez haciendo como que votaba los presupuestos catalanes «a cambio» de infraestructuras tan perentorias y necesarias (Ciutadans las ha defendido siempre) como la ampliación del Prat, la B40, la ampliación de la Línea 1 de metro de Santa Coloma de Gramanet a Badalona o un tercer puente para Tortosa, etc. Mentira todo, digan lo que digan los presuntos, pomposos acuerdos: todo esto aprobadísimo y apoyadísimo estaba ya en pactos pasados, y lo recién firmado no nos hace ganar ni un palmo de carretera o de metro. Sólo abre camino a futuras desfachateces tripartitas como las ya padecidas en el pasado.

Para entendernos y que nos entienda todo el mundo: la ampliación del Prat y la B40 las paga el Estado, no la Generalitat, con lo cual es absurdo pretender que se les «obliga» a bajarse del burro votando el acuerdo de presupuestos que se ha votado… que ya se han ocupado todos sus artífices (¿o artificieros?) de que sea lo bastante ambiguo como para poder firmarlo todos sin comprometerse a nada.

Pero mi compañera Marina Bravo registró, debatió, defendió y consiguió aprobar por aplastante mayoría de la cámara (si en el fondo todo el mundo sabe que tenemos razón…) compromisos mucho más concretos, explícitos y vinculantes. Por ejemplo: que en los presupuestos catalanes de 2023 haya partidas concretas y vinculantes para hacer la B40. Que el dinero que les va a dar el Estado para esto no se lo puedan gastar en pipas, vamos. Nada sorprendentemente (para nosotros), el PSC votó a favor de lo que nosotros pedíamos (y todos queremos), pero ERC votó en contra. Vamos, que de comprometerse a pagar la obra, na de ná. ¿Se levantó Salvador Illa en ese momento ultrajado, dando por roto el acuerdo de presupuestos? Qué va.

¿De verdad queremos continuar así, cornudos y apaleados, todo el rato, en cuestiones tan serias? Salud, dinero, infraestructuras… 

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