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Ciudadanos es culpable

«Cs ha abandonado a una clase media constitucional, antinacionalista, que buscaba un espacio de centro donde congeniaran alianzas con el PSOE y el PP»

Opinión

Inés Arrimadas.

  • Periodista. Toda una vida en Antena 3: radio, televisión, multimedia, redes sociales. Licenciado en Periodismo, Ciencias Políticas y Sociología por la UCM. Profesor en The Core School.

Si le suena fuerte la frase de «Ciudadanos es culpable» es que, seguramente, nunca ha votado a Ciudadanos ni ha sentido ningún apego por este partido. Pero para los millones de españoles que sí le dieron todo su apoyo en los últimos años, la frase puede resultarles incluso suave.

Ciudadanos es culpable porque con su fracaso se ha hundido la opción más innovadora, moderna y atrevida que ha habido para el centro en los años de democracia en España. Un espacio político de pacto, dialogo y negociación con los dos grandes partidos. Un espacio en el que originariamente se establecían unos criterios socio-económicos que la mayoría podrían asumir o admitir, desde socialdemócratas hasta liberales. Con planteamientos laicistas, regeneradores para las instituciones, respetuosos con las minorías y con una historia original al nacer desde Cataluña y expandirse hacia toda España, lo que implicaba una auténtica novedad en nuestra democracia.

Y sobre todo porque planteaban un proyecto territorial, donde se limitaría el poder centrifugo que, legislatura tras legislatura, imponían los partidos nacionalistas en un chantaje continuo al que siempre accedieron, y a veces incluso con entusiasmo, tanto el Partido Socialista como el Partido Popular. Ciudadanos venía de ser el partido más votado en una Cataluña supuestamente independentista. Fueron valientes y consecuentes y ganaron. Eran el mejor baluarte constitucional contra la avaricia desmedida de nacionalistas e independentistas.

Ciudadanos fue un partido bisagra en la mejor acepción de este término que solo los ignorantes y soberbios desprecian. Al contrario, la bisagra es la que permite el funcionamiento, el movimiento, el cambio y la alternancia con dos posiciones distintas. La bisagra es pequeña, pero controla, limita y maneja el movimiento del cuerpo mayor. Nunca la bisagra fue mejor entendida por todos que cuando Ciudadanos daba su apoyo al Partido Socialista en Andalucía y al Partido Popular en la Comunidad de Madrid.

El salto a un partido de ámbito nacional liderado por el fundador Albert Rivera fue sorprendente por la rapidez y las expectativas que creó. Tan rápido y tan atrayente que Rivera tocó con los dedos el cielo en las encuestas nacionales, que le llegaron a colocar como el partido más votado. También rozó el cielo cuando en una operación política de película el PSOE y Ciudadanos firmaban el acuerdo de 200 medidas para un «gobierno reformista y de progreso» que implicaba el apoyo a favor de la investidura de Pedro Sánchez como presidente de Gobierno. Una firma que Sánchez y Rivera realizaron como gesto en la sala Constitucional del Congreso, que está presidida por los retratos de los siete «padres» de la Carta Magna. Un pacto que suponía la derogación de la reforma laboral del PP y de la Lomce, una reforma de la Constitución, una reforma fiscal y laboral, una defensa cerrada de la unidad de España y un rechazo frontal a la consulta soberanista en Cataluña.

Pero el pacto no gustó a nadie más. Ni populares ni Podemos estaban por la labor y no salió adelante. En ese momento ocurren dos fenómenos simultáneos en sus líderes. Pedro Sánchez confirma algo que ya pensaba, que para triunfar tiene que decir y hacer lo que haga falta, lo que sea y con quien sea. Da igual, aunque sean los hasta entonces odiados Podemos e independentistas.

Y Albert Rivera entra en un proceso mental, napoleónico dijo con certeza el que fuera aliado Manuel Valls, de considerarse el auténtico líder de la derecha. Ahí empieza la deriva de llevar a su partido a un espacio en el que lo único que busca son los votos del PP.

Ya sabemos como acabó la película. Sánchez duerme tranquilo por las noches, ha sacado tres presupuestos generales dando a los independentistas y a Podemos todo lo que le han pedido. 

Y Rivera acabó en su casa. Se creyó mejor que Pablo Casado y se la pegó. Su sucesora Inés Arrimadas, que sigue siendo una de las mejores oradoras del Congreso, demostró que sólo era eso: una gran oradora. Sus jueguecitos en Murcia y Castilla y León fueron aplastados en Madrid por Isabel Díaz Ayuso y el efecto tsunami se llevó por delante a Ciudadanos no solo en Madrid sino también en Castilla y León y Andalucía. Desde entonces los intentos de supervivencia en Ciudadanos solo provocan mayor división interna, más víctimas y más huidos.

Llega el 28 de mayo con autonómicas y locales y la única imagen que garantizaba en Ciudadanos cierto tirón electoral, Begoña Villacís, decidió por solidaridad, inexperiencia o mal medida ambición, pegarse también un tiro en el pie al jugar con la posibilidad de pactar con el PP con el fin, decía ella, de sobrevivir a las urnas. Y encima Ayuso la rechazó y despreció.

El desastre el 28-M va a ser de tal calibre que muchos cargos piensan ya en retiradas honrosas, e incluso indignas, del partido con tal de no ser arrollados y sobre todo de poder encontrar abrigo, y cargo si es posible, en el partido de Feijóo, que tiene los brazos abiertos para acogerlos.

Ciudadanos es culpable. Culpable de haber abandonado a una clase media constitucional, antinacionalista, que buscaba un espacio de centro donde congeniaran alianzas con los partidos socialista y popular, de forma que se moderara a los dos y a la vez se les evitara el extremismo y el chantaje de formaciones como Vox o Podemos y, en mayor medida, de independentistas y nacionalistas.

Algo pasa con nuestro centro. Es un espacio que hay que cuidar, mimar, regar con todo tipo de dialogo y negociación. Ciudadanos lo pudo hacer, estuvo cerca. Pero entre todos sus dirigentes lo mataron y él solito se va a morir el 28 de mayo. Ciudadanos es culpable. DEP.

26 comentarios
  1. Psilvia

    «Pero entre todos sus dirigentes lo mataron y él solito se va a morir el 28 de mayo. Ciudadanos es culpable. DEP.»

    Si me permite Francisco, voy a recurrir su sentencia firme sobre la culpabilidad de los dirigentes de Ciudadanos, porque señalar a sus dirigentes como únicos homicidas del partido, además de inverosímil, es una forma de archivar el caso sin necesidad de esclarecer los hechos. Y estos son revelados en buena parte de los comentarios de este foro.
    Lo peor de todo es que mientras el 28 de mayo Ciudadanos va a morir solito y sus dirigentes están condenados por homicidio imprudente, los cooperadores necesarios, corruptos y mercenarios a sueldo que con premeditación y alevosía acribillaron el partido sin compasión, se lavarán las manos como Poncio Pilatos y sus puñaladas traperas se perderán en el olvido.
    Los otros beneficiados se irán de rositas y reivindicarán su derecho a proveerse de nuevas bisagras que se adapten como un guante a sus intereses electorales y no chirríen demasiado.

  2. Casandro

    En primer me gustaría aclarar que mis comentarios, solo son mis comentarios, y que eso solo significa mi manera de ver la política, la mía, solo y exclusivamente la mía, y que por lo tanto nadie se debe dar por aludido a no ser que también quiera expresar su opinión, siempre bienvenida, porque las sociedades se componen de infinidad de opiniones divergentes discordantes y distintas que están solo solo unidas por aquello que nos es común, como la patria, la cultura, el idioma o las costumbres.

    A mi Ciudadanos nunca me cayó bien por saber desde el principio como acabaría, algo que me costó muchas críticas en los foros donde los votantes de Ciudadanos saltaban al degüello cuando yo observaba que la inconsistencia política de Ciudadanos les llevaría a la desaparición, como así fue

    Por lo tanto no puedo estar de acuerdo con el artículo, cuando desde el golpe de estado de 2017 Ciudadanos ya hacía agua por todas partes, recordemos el 155 y TV3, por no señalar la actitud de Rivera en la moción de censura, preámbulo de todos los desastres posteriores.

    Me gusta la politica desde niño, y me gusta observarla sin ideología, lo que más me gusta de la política es percibir la pulsión sociológica de un país, sea España o cualquier otro,

    Cuando uno es capaz de percibir esa pulsión es capaz de conocer los diferentes estados de ánimo por los que pasará una sociedad en función de tal o cual acontecimiento.

    Si había algo que caracterizaba a Ciudadanos era precisamente el desconocimiento de esa pulsión sociológica, confundieron la ignorancia política fantasiosas de sus votantes con la esencia de sus votantes, esos mismos votantes que negaban que dejarían de votar a Ciudadanos tres años antes.

    Yo se lo explicaba una y otra vez, pero no había manera, ni sus propios votantes sabían que Ciudadanos no podría cumplir con sus expectativas precisamente por la manera de percibir la sociedad

    El Gran problema de España es su votante caracterizado por una gran incultura política y económica y forofo de sus siglas políticas.

    Siempre he dicho que el español tiene un retraso cognitivo de la situación política y económica de España de entre tres y cinco años, por eso es imposible que España deje de degenerar políticamente, bastaría frenar en sexo, analizar los problemas reales y comunes proponer la solución dejando al margen y destruyendo las idioteces inventadas por los propios políticos en su benéfico y destrucción de España, como son los nacionalismos, corrupción, chiringuitos, agenda 20-30, leyes de género, transexualidad y el resto de disparatadas idioteces que solo sirven para destruir la nación e impedir el desarrollo de su riqueza y cultura.

  3. andoniakis

    el gran problema de ciudadanos fue creer que en España se podían cambiar las cosas simplemente convenciendo a votantes.
    A parte de que el exito lo lleno de advenedizos que debio filtrar, ese partido de los que no tienen claro a quien votar ha sido una viga en el ojo del eje PPsoe.

    Ciudadanos es hijo de la critica y el racionalismo frente a los hooliganistas.

    Pudo ser con UPyD y pudo ser con C’s, pero no lo sera jamas ni con el PP (que bien disimulan las gurteles con media prensa amaestrada) ni el el psoe que ya es indistinguible de los etarras o los separatistas, por no hablar de los ERES.

    Desgraciado el pais que premia a los corruptos y castiga a los patriotas honestos.
    Y mas desgraciado el pais cuyos ciudadanos como los ratones de Hamelin, siguen al flautista que los lleva al rio.

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