Transnistria, objetivo ruso y de la OTAN
oldavia sufre el conflicto postsoviético de Transnistria, donde hay tropas rusas desde 1992. Desde que comenzó la Guerra en 2022 muchos han mirado de reojo a este pequeño estado por el riesgo de contagio y muchos temen que la situación esté calentándose.
Cuando cayó la Unión Soviética las repúblicas socialistas obtuvieron la libertad y se vieron
encaminadas a una era de crisis económica, en el mejor de los casos, y étnica en el peor. En el
caso de Moldavia la situación no fue buena. El país estaba dividido en tres grupos étnicos
diferenciados y con intereses contrapuestos: moldavos, un grupo étnico rumano y entre los
cuales los hay ultranacionalistas que quieren una Moldavia culturalmente rumana pero
independiente y los irredentistas que querían una Moldavia dentro de la Rumania
postcomunista.
Del otro lado estaban los gagauz, un pueblo túrquico cristiano que logró obtener una
autonomía amplia dentro del territorio basada en la mezcla de instituciones más que en la
autonomía separada otorgándoles el derecho de autodeterminación si Moldavia se unía a
Rumania pero también tienen autonomía amplia, capacidad de participar en la política interna
y externa de Moldavia y de recurrir ante el Tribunal Constitucional si la normativa central
interfiere legalmente con la estructura legal interna.
Aunque los gagauz, prorusos y prosoviéticos, votaron a favor de la URSS durante el
referéndum de 1991 durante el caos posterior mostraron dudas sobre si ser independientes o
no y aunque declararon la independencia las tensiones entre los diputados gagauz de Chisinau
y los de Gagauzia hicieron que la cuestión no prosperara.
Cosa diferente fue Transnistria. La mayoría rusa del este del país durante la era soviética fue la
élite del estado y durante el colapso soviético declararon la independencia. Su posición como
minoría frente a una mayoría rumana hizo que temieran ser absorbidos y “rumanizados” por lo
que decidieron declarar la independencia y comenzó la guerra.
El frente fue el río Dniéster. Tras las protestas rusas en contra de la rumanización del estado
estalló una corta guerra civil que apenas duró del 2 de marzo al 21 de junio de 1992 arrojando
una cifra de 20.000 muertos pero las consecuencias no se harían esperar.
La situación se empantanó y se creó una madeja geopolítica que hizo que el país quedara
dividido en Moldavia, con las aspiraciones panrumanas limitadas por Gagauzia al oeste del
Dniéster y Transnistria al este del río, con capital en Tiraspol. Este país es un estado de
reconocimiento limitado. Estos estados son entidades que gobiernan espacios de facto, tienen
estructura política, militar, territorio y población pero por el modo de declarar su
independencia (por la fuerza y sin cauce legal) posee un reconocimiento limitado por lo que su
capacidad de relacionarse con otros estados y participar de organizaciones internacionales
está totalmente limitada a algunos países y algunas organizaciones.
En el caso de Transnistria ha supuesto un punto de mucho interés geopolítico para Rusia ya
que debido a la guerra y para asegurar la paz Boris Yeltsin, en 1995 reorganizó las tropas rusas
del 14 ejército de guardias soviético que operaban en la región desde 1992 en la OGRF (1700
efectivos). El operativo de fuerzas rusas en la región hizo que Transnistria, como estado
independiente de facto; se haya ido acercando cada vez más a Rusia e, incluso, haya
armonizado leyes con Moscú permitiendo la aplicación de la legislación rusa acabando con la duplicidad de leyes contradictorias a la legislación de la Federación rusa así como aprobar la
cooficialidad de la bandera de Rusia.
Esto, sin embargo; aparte de funcionar para que Rusia tenga un exclave como puesto avanzado
que le permita adelantar su defensa hacia las regiones occidentales de Europa del Este choca
con los intereses de Moldavia de poseer una unidad territorial completa que desde Rusia han
admitido como en proceso bajo mediación rusa. De hecho en Tiraspol opera un consulado ruso
y en Chisinau una embajada.
Moldavia se opone a esto ya que considera que Transnistria como Gagauzia es un territorio
autónomo especial moldavo y exige que las tropas rusas sean sustituidas por tropas
internacionales a lo que Rusia se niega. Lo interesante es que el territorio de Transnistria
siempre fue un pivote de Rusia para asegurar varias cosas: la fidelidad de Ucrania en tanto en
cuanto estaría rodeada geopolíticamente y Rusia podría actuar en todo el territorio siendo que
la parte occidental, étnicamente ucraniana, estaría al alcance de Rusia y por otro lado para
asegurarse que Modavia no hiciera movimientos raros con Rumanía o con la UE-OTAN.
En el actual contexto los ucranianos ven en Transnistria un territorio enemigo que les golpea
por la espalda ya que su posición geográfica posibilita labores de cobertura por radar en el
occidente ucraniano así como labores de sabotaje e inteligencia militar. Sin contar con que una
ofensiva rusa que cubriera la costa, tomara Odessa (como Mariupol en su momento) podría
enlazar con Transnistria sacando a Kiev de la costa y embolsando la región suroccidental del
país.
La semana pasada Rusia derogó el decreto ruso que respetaba la soberanía y la integridad
territorial de Moldavia bajo la cual los rusos tranquilizaban a los moldavos asegurando que el
conflicto sería temporal y que acabaría de forma favorable para Moldavia y Rusia.
Todo esto viene en un momento de tensiones y acusaciones entre Sergei Lavrov, Ministro de
Asuntos Exteriores ruso contra la Presidenta de Moldavia a la que acusa de poseer la
ciudadanía rumana, querer unir al país con Bucarest y desear entrar en la OTAN. Maïa Sandu,
Presidenta, citó a Zelensky cuando el presidente ucraniano declaró que Rusia pretendía
desestabilizar Moldavia.
Desde el comienzo de la Guerra de Ucrania los analistas han estado siguiendo de cerca y
previendo que Moldavia era un posible escenario. Para Ucrania y la OTAN abrir ese frente
implicaría complicar la trama pero de forma controlada ya que el gobierno de Chisinau no
forma parte ni de la UE ni de la OTAN por lo que, de nuevo, la Alianza Atlántica y la UE podría
enviar voluntarios y donar armamento con el objetivo de ampliar el teatro de operaciones y
desgastar más a Rusia, que debería de intervenir en ese escenario para proteger sus intereses
que, como parecer ser, van por el camino de reconocer una independencia de Transnistria al
derogar el decreto de respeto a la integridad territorial de Moldavia que se fundamenta en el
Utis Possidetis Iuris y repetir las declaraciones de 2008 sobre Osetia del Sur y Abjasia y las de
2022 con Donetsk y Lugansk.
Sin embargo la guerra es impredecible y podría acabar con una Rusia con una capacidad mayor
de ataque ya que desde Jersón (donde hay combates) hasta Tiraspol apenas hay 230
kilómetros
Ya más allá del tira y afloja entre Lavrov y Sandu la semana pasada se empezó a reportar que
había tropas ucranianas de la región de Odessa, cerca de la frontera Transnistria, a lo largo de
la carretera de Kirovograd y que los moldavos también estaban reforzando posiciones así
como los transnistrios, que desde el año pasado están en alerta. Si la guerra se extiende a
Moldavia Rusia debería aumentar su capacidad militar y otras regiones podrían verse
contagiadas…especialmente Georgia.