La crisis puede acabar llegando
«Puede que no sea una crisis como la de 2008 y que ese sea nuestro gran error como opinión pública. Que al ser distinta no veamos esta bofetada llegar»
Si han pasado por una clase de una carrera que tenga, aunque sea una asignatura de Economía, habrán escuchado que la economía son ciclos. Es más: en el instituto, sea de ESO y Bachiller o sea de BUP y COU, si han tenido una asignatura de Historia, habrán escuchado que la economía son ciclos.
Hemos visto ciclos económicos abiertos por crisis, como el New Deal en respuesta a la crisis del 29. Otras de las que se salió lo mejor que se pudo, como la crisis del petróleo. Otras que fueron consecuencia de un mercado del que se esperaba más, pero que ni estaba maduro ni tenía tantos clientes como se esperaba, en el caso de la crisis de las .com.
Luego están las de de esta me forro, como fue la de 2008. Que sí, que es bastante más compleja que eso, pero gran parte de la gravedad de esa crisis fue… bueno, en términos de Steve Carell en La gran apuesta «invierte a la contra en todo lo que ese tío haya invertido a favor» (en realidad dice «ve a corto», pero… ya saben, lenguaje de inversores).
El ciclo que nos toca ahora es un ciclo caracterizado por la inflación: los precios suben, el poder adquisitivo es menor; la única fórmula a aplicar es subir los tipos de interés para enfriar la economía y parar el consumo; los intereses suben, esto hace el crédito menos atractivo y, por tanto, se frena la inversión; al frenar la inversión se congela la contratación y el mercado de trabajo se ve impactado.
Puede que no sea una crisis como la de 2008 y, puede, que ese sea nuestro gran error como opinión pública. Que esperábamos ese tipo de crisis y, al ser distinta, no vamos a ver esta bofetada llegar. Puede que no sea tan impactante ni donde esperamos, pero nos va a dejar marca.
… y, al final, va a haber impacto, contusión, dolor y moratón.
«La subida del SMI ha evitado la creación de 145.900 empleos»
Así que bajo esa premisa de que «no es ese tipo de crisis» se han tomado medidas como subir el Salario Mínimo Interprofesional. Es una medida que sólo requiere del Gobierno para ser aprobada, pero los sindicatos quisieron apuntarse y Yolanda Díaz quería para la foto Unai Sordo y a Pepe Álvarez.
No quería a la CEOE, no quería a Garamendi, porque esto comunicaría acuerdo, no «conquista social», que era la etiqueta buscada. Ahora, se puede vestir de lo que se quiera, pero no deja de ser una decisión unilateral y, para una conquista, se me antoja que requiere un… algo más: lucha, negociación, cesión… buscar un lugar común donde todos sacrifiquen por un acuerdo lógico.
Pero que la realidad no te arruine un anuncio, pese a que esa realidad implique que la subida del SMI haya destruido 71.600 puestos de trabajo y ha evitado la creación de 145.900 empleos.
Porque, que el SMI suba, es una buena noticia. Pero lo es en una economía que se lo puede permitir. Simplemente hacerlo no implica que todas las empresas puedan encajarlo en sus cuentas. Así que, lo que se va a la subida de los empleados, no puede ir a nuevas contrataciones ni a nuevas inversiones y, por tanto, no hay crecimiento.
Que una cosa es congelar la economía y otra deteriorarla.
Este miércoles se firmó la subida salarial en el Círculo de Bellas Artes y sólo acudieron la patronal y los sindicatos, porque es un acuerdo para el que no se necesita al Gobierno… en contrapunto a subir el SMI, que no se necesitaba a nadie que no fuera el Gobierno.
Esta vez tocaba a la patronal dominar el acto y ésta no parecía muy inclinada a que Yolanda Díaz vendiera esto como otra conquista social. Los sindicatos tampoco es que hayan insistido mucho, aunque luego apoyen a Sumar. Una conquista es una conquista y ellos llevan dos, mientras que sus compañeros en lo de ser agentes sociales llevan uno cada uno.
Pero es un acuerdo y un acuerdo contra ciclo económico, me atrevería a decir. Pero también es un acuerdo necesario: lo es porque, por baja que sea, ayuda a amortiguar una inflación que no cede terreno y lo es pese a que, por alta que sea, no llega a empatar la pérdida de poder adquisitivo que es la inflación.
«Recordemos que la inflación es el impuesto a los pobres»
Recordemos que la inflación es el impuesto a los pobres, porque no es lo mismo pagar el mismo brik de leche si ganas 1.000 o 5.000 euros al mes. ¿Por qué impuesto? Porque ganes lo que ganes, el Estado se lleva lo mismo en impuestos por ese brik de leche… tanto si cobras 1.000, como si cobras 5.000, de nuevo.
Pero si volvemos a las medidas del Gobierno, tenemos el tema de los avales y tampoco creamos que los avales del ICO van a repartirse a discreción. El ICO, como «esa suerte de banco público» que explicaba Pedro Sánchez para que «todos lo entendiéramos», no va a dar avales a candidatos insolventes.
Y no lo va a hacer, porque un aval no pagado le traslada al ICO el problema de insolvencia y, como las hipotecas se firmarán con bancos comerciales normales, el contagio es riesgoso, en el mejor de los casos.
Y las casas no están construidas, pero como se hagan más de las necesarias, vamos, más de las que el ICO está dispuesto a avalar o más de las hipotecas a conceder… entonces será 2008 de nuevo. Lo único que nos puede salvar es que a nadie le entre la fiebre de generar, de nuevo, productos financieros en hipotecas que puedan fallar.
No… si al final la crisis que esperábamos, pero no llegaba, puede acabar llegando.