Ya queda menos
«Al presidente del Gobierno le queda muy poco tiempo para convencernos de que lo que han visto nuestros ojos desde que fue investido es una realidad inventada»
Si veinte años no es nada, como cantó Gardel, imagínense 20 días de campaña. Un suspiro. Una bocanada de aire. En tres semanas, se habrá despejado la incógnita y los ciudadanos conoceremos si hay cambio o no hay cambio. Si Sánchez seguirá en la Moncloa o tendrá que marcharse a su casa, con sus mentiras y con sus promesas incumplidas. Veinte días para comprobar si los actuales socios y aliados del Gobierno se echarán de nuevo al monte y si Abascal facilitará o no la investidura del líder del PP.
Lo que está claro es que, en los próximos 20 días, salvo milagro, volveremos a echar en falta las propuestas de los candidatos para afrontar los problemas más serios que tiene España en estos momentos. No habrá un debate a fondo sobre qué modelo de país queremos a medio y largo plazo. Tampoco habrá confrontación de programas e ideas sobre el futuro energético, las políticas de fomento de la natalidad, la subida de los tipos de interés, el sostenimiento de las pensiones, los pactos de Estado para la Educación y la Sanidad ni propuestas consensuadas para mejorar la financiación autonómica.
Eso sí, escucharemos, una y mil veces, descalificaciones sobre el adversario. En función de lo que digan las encuestas –salvo las de Tezanos, que ya apenas cuentan-, el candidato socialista insistirá (o no) en el peligro de involución, con una derecha reaccionaria que pacta con Vox, y el candidato del PP centrará el relato (o no) en la amenaza de cuatro años más de mentiras y nuevas concesiones a quienes no aceptan la Constitución vigente, ni la unidad de España.
«La política española ha entrado en una deriva de fachas y rojos, de ineptos y mentirosos»
La política española ha entrado en una deriva de buenos y malos, de fachas y rojos, de ineptos y mentirosos, dejando sin cobertura a los debates sosegados. Volvemos de nuevo a las trincheras y a los ataques personales, dejando fuera de juego a quienes mantienen opiniones divergentes, pero tan respetables como las tuyas.
Si algo ha quedado claro en estos últimos cinco años de sanchismo es que mentir y traicionar la palabra dada –por mucho que luego quiera disfrazarse de cambio de opinión o de adaptación a nuevas realidades– no sale gratis.
A Sánchez le quedan 20 días para darle la vuelta a los pronósticos. Y su gira de promoción por teles y radios – después de contadas entrevistas con medios afines– puede resultar un fiasco, a juzgar por la cuota de pantalla de sus actuaciones.
Al todavía presidente del Gobierno le queda muy poco tiempo para convencernos de que lo que han visto nuestros ojos desde que fue investido presidente es una realidad inventada. Que los pactos con Bildu y con ERC han sido una broma, por mucho que esos dos partidos separatistas digan lo contrario.
Menos mal que ya queda menos para la cita con las urnas.