Parece que sí hay arreglo
«Japón, Corea del Sur y España tienen una fecundidad bajísima, lo cual conduce inexorablemente a perder población y a un creciente índice de envejecimiento»
En el conjunto del planeta, la fecundidad ha caído a la mitad durante los últimos 50 años y el peso de Europa (incluida Rusia) ha pasado de representar el 25% de la población mundial en el año 1900 a menos del 5% en la actualidad, pero en Europa el número de mayores de 80 años sobre el total de la población mundial está en torno al 28%. Es decir, que Europa soporta un envejecimiento mucho mayor que el resto del planeta.
La fecundidad (número de hijos por mujer) lleva en Europa más de dos décadas por debajo del nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer). Pues bien, los últimos datos sobre fecundidad colocan en lo más bajo del mundo a Japón y a Corea del Sur, pero España está en esa misma línea (1,1 o 1,3).
Después de la Segunda Guerra Mundial los países nórdicos y también Francia pusieron en funcionamiento políticas pro natalistas que dieron buenos resultados.
El caso de Francia merece una especial reflexión. Tras la Primera Guerra Mundial (1914- 1918) la fecundidad cayó en Francia a niveles mínimos. En mi opinión y en la de no pocos analistas, esa caída fue consecuencia de la guerra, que masacró a los jóvenes franceses con una estrategia militar criminal (trincheras y ataques a pecho descubierto) que los diezmó sin piedad. Basta con ver las listas de muchachos muertos en aquella guerra que aparecen en las lápidas de cada pueblo francés. Tras aquella masacre, es muy probable que las mujeres francesas pensaran: «No quiero tener hijos para que me los lleven al matadero».
Tras la Segunda Guerra (1945) la política natalista en Francia giró hacia el apoyo de la natalidad con ayudas sanitarias y económicas, lo cual consiguió que Francia recuperara indicadores de fecundidad crecientes.
Sin embargo, en los últimos años esas políticas no han conseguido parar la caída de la fecundidad ni en Francia ni en los países nórdicos.
«El desastre demográfico puede tener arreglo si se aplican políticas nuevas»
Vayamos al presente. Japón, Corea del Sur y en Europa España tienen una fecundidad bajísima (hijos por mujer muy por debajo de dos hijos) lo cual conduce inexorablemente a perder población y a un creciente índice de envejecimiento (número de personas con 65 años y más sobre el total de la población).
¿Y cuál es la noticia? Nos la ha traído de Japón Sandra Ordóñez. Allí, en Tokio, una empresa ha decidido que sus empleados pueden dejar la oficina alrededor de las 15 horas, así evitan la hora punta del metro y, a la vez, reciben un aumento salarial.
En 2010, la empresa también abrió una guardería «para apoyar el equilibrio entre el trabajo y el cuidado de los niños», con una capacidad de hasta 18 menores desde los dos meses hasta los seis años, a la que pueden acudir tanto a diario como esporádicamente.
Con este apoyo, la empresa espera que sus trabajadoras puedan «mantener su salud física y mental» y tener un regreso «saludable» al entorno laboral, además de animar a los hombres a tomar la baja de paternidad, algo poco habitual en Japón.
De esta forma se ha conseguido incrementar la fecundidad de las empleadas, que pasó de los 0,60 hijos por mujer en 2013 a los 1,97 hijos en 2022, duplicando la media de Tokio, que se encontraba en 2022 en 1,08 hijos y la nacional, en 1,30.
El ejemplo de esa empresa japonesa muestra que el desastre demográfico puede tener arreglo si se aplican políticas nuevas en la misma dirección de esta empresa.