THE OBJECTIVE
Pilar Marcos

Sin prisa ninguna para formar gobierno en Cataluña

«Sánchez no tiene prisa para alcanzar algún acuerdo de gobierno en Cataluña. Sólo le urgirá explotar el éxito de Illa como catalizador para las elecciones europeas»

Opinión
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Sin prisa ninguna para formar gobierno en Cataluña

Los candidatos a las elecciones catalanas. | Ilustración: Alejandra Svriz

Si el PSOE de Pedro Sánchez fuera un partido constitucionalista, la gran noticia de las elecciones catalanas de este domingo sería la victoria del PSC de Salvador Illa acompañada por el impresionante desplome de los independentistas, con ERC y la CUP en caída libre. Pero no. Y como el «no es no» es consustancial al liderazgo socialista de Sánchez, al menos desde aquel 1 de octubre de 2017, los 42 escaños de Illa sólo servirán para decir que los socialistas han ganado las elecciones, que han mejorado ampliamente sus resultados de 2021, e incluso que podría (por los pelos) sumar un tripartito de izquierdas con ERC (20, con una caída de 13) y Comuns Sumar (6, con un descenso de 2).

Además, como a su «no es no» vital Sánchez suma una fragilísima red de apoyos para mantenerse en La Moncloa, que incluye los célebres siete votos del Junts de Carles Puigdemont, cualquier maniobra en Cataluña deberá tener sumo cuidado para no romper lo único que realmente le importa: su Presidencia del Gobierno. Vale, permitirá a Illa presentarse a la investidura. Pero sin prisa ninguna y con la garantía de perderla.

Sánchez es así el primero en no tener ninguna prisa, pero ninguna, para alcanzar algún acuerdo de gobierno en Cataluña. Sólo le urgirá explotar el éxito de Illa como catalizador para las elecciones europeas. Pero ahí tiene un enorme escollo: un tal Alejandro Fernández ha conseguido multiplicar por cinco los magros tres escaños que logró el PP en 2021. Los 15 de Alejandro en Cataluña son la demostración más palpable de que los (escasos) políticos con principios sólidos y claros, discurso comprensible y bien articulado, y optimismo (de la voluntad) a prueba de bombas son muy bien valorados por los votantes. Incluso cuando lo tienen todo en contra.

Para disgusto de Sánchez, además, los 15 del PP se suman a otros 11 de Vox. Su candidato, Ignacio Garriga, repite resultado con un puñado de votos más que en 2021. Es decir, lo que él llama «la extrema derecha y la derecha extrema» suman el 20% de los votos de los catalanes (sin exagerar ni una décima al incluir el casi 1% en el que ha quedado Ciudadanos). Y un holgado 20% de votos de las fuerzas políticas que él desprecia no está tan lejos del casi 28% logrado por Illa. Y eso en Cataluña… ¡cómo para hacer extrapolaciones útiles para las europeas de dentro de un mes!

Lo único que está claro, por tanto, es que no hay prisa ninguna para formar nuevo gobierno en Cataluña. Ninguna prisa puede tener el actual president de la Generalitat y principal perdedor de las elecciones: Pere Aragonés. Ha perdido casi 200.000 votos; es decir, casi la misma cantidad de papeletas que ha mejorado Illa. Mal negocio hizo al convocar elecciones anticipadas. Muy pronto se nos olvidará hasta de cómo se llamaba ese tal Aragonés. Pero su partido, ERC, se tomará con calma cualquier negociación sobre sus posibles sucesores al frente del Govern.

Y Carles Puigdemont, el fugado de Junts, tampoco tiene prisa. Se repondrá de su magro resultado (solo 35 escaños cuando aspiraba a ganar). Pero lo primero es antes. Y lo primero es cerrar el borrado total de sus delitos: la amnistía que le garantiza Sánchez. Que quede meridianamente claro que ningún juez podrá pedir su detención. Y sólo después, limpio –limpísimo- de todo cargo, podrá volver como presidente legítimo. Anoche ya dijo que no quiere una repetición electoral y que es posible un gobierno que respete la agenda independentista. ¿Qué Gobierno es ése? Pues uno formado por Junts (35) más ERC (20) más la CUP (4) más Alianza Catalana (2) más Comuns Sumar (6). Eso suma 67 escaños, uno menos de la mayoría absoluta. Y podrá contar con la comprensión del PSC (42) para que Sánchez siga en La Moncloa. 

En resumen. Lo urgente ahora es tomarlo todo con mucha, muchísima calma. Y contarnos hasta la extenuación que Illa es el ganador. Cierto. Quedó el primero, mejoró en casi cinco puntos el respaldo de sus votantes, y -¡ojo, aunque ya no se lleve!- fue felicitado públicamente por quien mejoró en más de siete puntos ese apoyo popular y multiplicó por cinco sus escaños: el candidato del PP, un tal Fernández. Por cierto, un gran tipo ese tal Fernández.

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