THE OBJECTIVE
Román Cendoya

(Casi) todos contra Le Pen

«Es verdad que el Nuevo Frente Popular es el grupo mayoritario. Pero la mayoría de los franceses han votado claramente por el centro derecha»

Opinión
7 comentarios
(Casi) todos contra Le Pen

Marine Le Pen. | Ilustración de Alejandra Svriz

Realidad indiscutible. Francia tiene un sistema político totalmente diferente al español. La V República es un marco político regresivo en el que, una vez consultada la ciudadanía, con un índice de participación histórico, el resultado hace retroceder a Francia a escenarios propios de la IV República. Una etapa que se caracterizó por la breve duración de los gobiernos que complicaba el desarrollo de políticas públicas. El sistema semipresidencialista, con elección del presidente por sufragio universal independiente de la elección del Congreso, también a doble vuelta, conlleva el riesgo de la cohabitación.

La precipitada decisión del presidente Macron, después del resultado de las elecciones europeas, de disolver la asamblea y llamar a elecciones ha dejado a Francia en una complicada coyuntura de división política, con tres grandes bloques, en los que no se atisba ninguna mayoría absoluta.

La elección a doble vuelta tiene una lógica de voto que, una vez más, se ha cumplido. Sólo los que no entienden el mecanismo de voto de un sistema de dos vueltas puede estar sorprendidos con el resultado. En las elecciones a dos vueltas, en la primera vuelta se vota por quien quieres. En la segunda vuelta se vota contra quien no quieres.

La primera vuelta tuvo una baja participación a pesar de la situación de crisis política, económica y social que se vive en Francia. La baja participación se interpreta como la falta de confianza de los ciudadanos en sus políticos. El resultado de la primera vuelta puso en evidencia el importante nivel de crecimiento que tiene Reagrupación Nacional, el movimiento de extrema derecha liderado por Marine Le Pen. Toda una advertencia para la sociedad. Es evidente que la sociedad francesa entendió que debía movilizarse para evitar la victoria de un movimiento que, interpretan, puede destruir los principios y valores sobre los que se sostiene la V República.

El rechazo a Le Pen provocó una participación récord. En dos semanas el movimiento de Le Pen pasó de primera fuerza a tercera. En una asamblea con 577 escaños, el Nuevo Frente Popular (NFP) ha conseguido 182; Juntos de Macron 168 y Reagrupamiento Nacional de Marie Le Pen 143. Los Republicanos 45, otras fuerzas 26 escaños y otras izquierdas (no integradas en el NFP) 13. No es cierta la lectura que una izquierda exultante está haciendo de los resultados.

«El centro derecha, junto a la derecha tradicional, tienen 213 escaños»

Es verdad que el Nuevo Frente Popular, el Sumamos francés, una agrupación de difícil coexistencia futura, es el grupo mayoritario. Pero la mayoría de los franceses han votado claramente por el centro derecha. Las izquierdas han logrado 195 escaños. El centro derecha, junto a la derecha tradicional, tienen 213 escaños. Y si a ese grupo mayoritario se le suma la extrema derecha el resultado es de 356 escaños.

Francia sigue padeciendo el mismo problema institucional que cuando se inventaron el Macronismo. Fue la oligarquía francesa la que buscó una solución que evitara que en la V República apareciera un fenómeno equivalente al movimiento 15-M de España o una coalición populista, de izquierda radical, como la liderada por Alexis Tsipras en Grecia. La transversalidad fue la nueva moda. Un fenómeno en alza que superaba el debate izquierda y derecha.

En Francia se dieron cuenta de que lo más transversal en la política es el Estado. Así seleccionaron a Macron, un hombre que había servido a la izquierda y a la derecha. Asesor económico del presidente de la República François Hollande. Fue nombrado ministro de Economía, Recuperación Productiva y Asuntos Digitales. En abril de 2016 lanzó el movimiento político centrista ¡En Marcha! Dejó el cargo siendo el ministro mejor valorado del Gobierno y el político de la izquierda preferido de los franceses. Macron hizo un gran esfuerzo por demostrar su alejamiento del Partido Socialista francés para liderar un proyecto político de centro y presentarse a la presidencia de la República. En abril de 2017 ganó la primera vuelta rozando el 24% de los votos.

En mayo de 2017 arrasó en la segunda vuelta con un 66,1% de los votos frente a Le Pen, que con el 33,9% lideraba el Frente Nacional. Macron se convirtió, a los 39 años, en el presidente más joven de la historia francesa, representando así al jefe de Estado francés más joven desde Napoleón Bonaparte y al miembro más joven del G-20. Macron fue reelegido en las elecciones presidenciales de 2022 al derrotar otra vez a Le Pen en una segunda vuelta.

«Macron no ha sabido hacer las reformas imprescindibles que demandaba la sociedad francesa»

La oligarquía de poder del Estado francés provocó la casi desaparición del Partido Socialista y la reducción a mínimos del Partido Republicano para salvar su poder. Macron lo que no ha sabido es hacer las reformas imprescindibles que demandaba la sociedad francesa. Ese fracaso provoca el crecimiento del Reagrupamiento Nacional de Marie Le Pen. Que ha crecido pero cuyo apoyo no tiene nada que ver con la mayoría absoluta que soñaron.

Francia está rota en tres bloques. Macron, al adelantar las elecciones, ha provocado que la Asamblea Nacional no tenga las mayorías necesarias para legislar. No ha aceptado la dimisión de su primer ministro. Tiene sentido. La victoria de la sopa de letras de las izquierdas unidas en el NFP no tiene por qué gobernar. Son los más votados pero, siguiendo la doctrina Pedro Sánchez, no han ganado. Macron puede hacer en la Asamblea un Sánchez. Centristas y Republicanos son más. No creo que se unan la extrema izquierda con la extrema derecha para evitar el gobierno del centro derecha.

Aunque con Marie Le Pen todo es posible. Se ha asociado con Orban echando un pulso a la UE. No está sola porque a ese pacto se ha incorporado Vox. Normal, cuando desde las derechas nacionalistas acusan a Europa de todos los males del universo. Lo que es incomprensible es que, lo que para Vox en España era una línea roja infranqueable, la ley del aborto, para Europa no importe. Marie Le Pen votó a favor de la inclusión del aborto como un derecho reconocido por la Constitución Francesa. Además, de incoherente es incomprensible.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D