¿Engañar a todo el mundo todo el tiempo?
«Esta insólita situación política no puede continuar. Pedro Sánchez es un gran equilibrista, pero, por unas razones u otras, no tardará en caer»
Considero obsceno que sea precisamente Pedro Sánchez quien proponga un plan oficiosamente denominado de regeneración democrática. Él, que desde hace seis años está desmontando pieza a pieza nuestras instituciones democráticas, es quien menos autoridad tiene para promoverlo.
Efectivamente, anunció que lo expondría la semana pasada en el Congreso, pero no lo hizo o, mejor dicho, lo que expuso es todo lo contrario: simplemente intentó amedrentar a los medios de comunicación porque lo único que le preocupa es ocultar las actividades «profesionales» de su esposa. He entrecomillado profesionales a posta porque aún no sé muy bien cuál es la profesión de la señora Begoña Gómez. ¿Dirige másters, enseña cómo obtener subvenciones o hace el papel de intermediaria en ciertos negocios? No se sabe muy bien y no es fácil saberlo, la impresión es que hace un poco de todo, entre labores de docencia y de consultoría, entre otras.
En su primera o segunda carta a los ciudadanos, o en las dos, Pedro Sánchez dijo que su mujer ejercía actividades profesionales y que ello era una actividad normal y digna. Por supuesto, tiene razón. Imagino que la mayoría, o quizás todas, las parejas de ministros y otros altos cargos, también se dedican a profesiones privadas o son funcionarios y funcionarias públicas. Es lo normal hoy en día y nadie les reprocha nada. A excepción de la anterior directora del Instituto de la Mujer, cesada esta misma semana debido a sospechas, bien fundadas, de posible tráfico de influencias o conflictos de interés, no conozco otro caso que haya levantado suspicacia alguna.
Ahora bien, quien ocupa un puesto en una empresa o trabaja en una profesión, se sabe cuál es su oficina, su domicilio profesional, su teléfono, si intentas llamar te atiende ella misma, o un o una secretaria, e igualmente sucede si es un autónomo registrado debidamente. Si estos datos no existen, la señora Gómez no es una profesional sino una persona particular, curiosamente en este caso la esposa del presidente del Gobierno.
He intentado buscar en Google alguno de estos datos y ciertamente alguno he encontrado pero muy pocos e inciertos. La señora Gómez fue en tiempos directora del Africa Center, perteneciente al Instituto de Empresa, pero hace ya años que cesó en el cargo. Después fue, o sigue siendo, la directora del famoso máster de la Complutense y sus actividades en este cargo están siendo investigadas por el juez ordinario predeterminado por la ley, por si hubiera indicios de delito que pudieran dar lugar a un proceso. Junto a ella, y por similares razones, están siendo también investigados judicialmente el rector de la Universidad Complutense profesor Goyache y el empresario Barrabés. Todo normal, excepto que está implicada la esposa del Presidente del Gobierno y la universidad la acusa de apropiación indebida en una disputa por la propiedad de un programa de software.
«No se sabe desde donde realizaba sus actividades de consultoría Begoña Gómez antes de noviembre de 2023»
Según mis investigaciones de Google, y soy una nulidad en estas técnicas, desde noviembre pasado la señora Gómez creó una empresa (TSC, Transformación Social Competitiva, que es la materia que imparte en el máster), dotada del módico capital de 3.000 euros cuya sede está en el coworking Impact Hub Madrid-Barceló, domiciliado en la calle Serrano Anguita 13 del barrio de Malasaña de Madrid. Ciertamente se trata de una oficina, si es que llega a oficina, de carácter modesto, para ser suave en el calificativo.
Sin embargo, no se sabe desde donde realizaba sus actividades de consultoría antes de esta fecha de noviembre de 2023. Lo que sí se sabe es que ya hacía años, al menos desde 2018, llevaba a cabo este tipo de actividades y que recibió a los citados Barrabés y Goyeneche en el Palacio de la Moncloa, su residencia habitual desde entonces, y sede de la Presidencia del Gobierno. Imagino que todo ello es lo que quiere confirmar el juez Peinado al llamarla a declarar por dos veces, en que ella ha utilizado su derecho a no declarar. Asimismo, el presidente del Gobierno se ha negado a recibir al juez en Moncloa, pero sí recibió a los dos investigados, y alega su dudoso derecho a contestar por escrito -no personalmente- a sus preguntas.
Este silencio de los afectados, tras el revuelo causado por las dos cartas de Pedro Sánchez a los ciudadanos españoles, con aparatosa puesta en escena, infunden todo tipo de sospechas. Una investigación judicial no implica presumir que hay un delito, sino que se trata de una actuación judicial previa para saber si hay indicios del mismo.
Obstruir la investigación, que es lo que aparentemente muestran los consejos del abogado de la señora Gómez, siembra todo tipo de dudas y suspicacias. La negación del presidente del Gobierno y esposo, las aumentan más todavía. No sé si aconseja bien el abogado, a menos que tenga la convicción que su clienta está pillada y es mejor que no responda a las preguntas del juez para no empeorar las cosas. Imagino que las preguntas del juez no serán muy distintas a las que me hago a mí mismo y, conmigo, tantos otros españoles, empezando por muchos votantes socialistas de a pie o con cargo, incluso altos cargos, también ministros.
«Tras estos años convulsos hay que reformar muchas instituciones y muchos procedimientos»
Debe procederse sin duda a una regeneración democrática, tras estos años convulsos hay que reformar muchas instituciones y muchos procedimientos que están siendo conculcados porque nunca habíamos pensado que gente sin escrúpulos podía vulnerarlos, en su letra y en su espíritu y finalidad, impunemente. Pero, precisamente, no son los que reformar nuestro inquieto presidente del Gobierno que está visiblemente nervioso e inseguro.
Las Cortes Generales están controladas por el Gobierno, a la inversa de lo que deberían ser por naturaleza. Otros órganos del Estado han sido también colonizados por los partidos del Gobierno. Los independentistas chantajean cuanto quieren, estos mismos días se está demostrando. No hay Presupuesto para este año ni se le espera, muchas dudas ofrece que se aprueben para el año próximo. La incertidumbre y el desaliento entre los ciudadanos es mayor que nunca y muchos nos vamos angustiados a pasar estas vacaciones de agosto.
Pero el presidente del Gobierno sólo quiere introducir reformas en el mundo judicial y en la regulación de los medios de comunicación que, junto a la exquisita neutralidad del Rey, es lo que mejor funciona en el mundo de la política. Los dos primeros son instituciones de control, el rey es el palo que aguanta la vela. Muy sospechoso todo, más que sospechoso: se quieren evitar los controles, como en todas las democracias populistas, y contrariamente a las democracias liberales.
Deduzcan ustedes lo que quieran, para mí está claro que esta insólita situación política no puede continuar y que los equilibristas al final se caen. Pedro Sánchez, con tantos frentes abiertos, es un gran equilibrista, pero por unas razones u otras, o por todas a la vez, no tardará en caer.
«Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puede engañar a todo el mundo todo el tiempo». Lo dijo Abraham Lincoln.