El ominoso silencio de ZP
«El señor Maduro ha contado con el apoyo de personajes tan estupefacientes como Putin, o el socialista Zapatero»
El señor Maduro ha pasado por las elecciones como un elefante por una cacharrería. O sea, como un jabalí por una boutique de porcelanas. El señor Maduro, aparte de asustar a nuestros observadores y periodistas y mandarlos de vuelta, ha contado con la presencia y el apoyo de personajes tan estupefacientes como Putin, el portavoz del ministerio de exteriores iraní o el socialista ZP (Zapatero).
Ya ves, estos tienen la manía de apoyarse. Atrás quedan las palabras de otro presidente socialista, Felipe González glosando a otro dictador venezolano: «Por los votos o por las botas, Chavez es un autoritario que liquida las libertades». Los socialistas de hoy aman los golpes de Estado tipo Fujimori, o bien tipo Puigdemont, se reciben encargos por teléfono en la centralita de la Moncloa. Chávez ha sido un invitado de lujo para el socialismo gótico de Rodríguez Zapatero, y después ese lazo se ha mantenido con Maduro, al que apoya con su ominoso silencio.
«Cuando los dictadores revolucionarios se apoyan en los dirigentes españoles, quiere decirse que acabarán haciendo franquismo otros cuarenta años»
Cuando los dictadores revolucionarios se apoyan en los dirigentes españoles, quiere decirse que acabarán haciendo franquismo otros cuarenta años. Quiere decirse que ZP ha ido a buscar socialismo a Venezuela, que es como ir a buscar putas a la Casa de Campo. Comprendió desde el principio que su feble y azaroso socialismo necesitaba soportes más sólidos, apoyos internacionales. Y acto seguido empezó a fraguar un proyecto de un socialismo más duro, más cerrado, más violento y que nos resume estos silencios electorales.
Las elecciones del pasado domingo no se han resuelto como esperaban los votantes, sino que fueron y están siendo un ajedrez enigmático en el cual las cosas se agravan, los ganadores se disipan y estamos peor que antes. Hay relatos sobre Venezuela que compiten entre sí, narrativas alternativas, errores interesados, manipulaciones y teorías políticas que calan pese a que su inventiva sale de toda métrica.
Podríamos constatar que las ideologías de izquierdas y los dogmas siguen entusiasmando a muchos demócratas. «Estoy segura de que millones de personas, al verse privadas del colchón mental del comunismo, buscan con frenesí otro dogma, incluso sin saberlo siquiera», decía Doris Lessing. ZP no renuncia a sus valedores, sino que hace fortuna y números, como el de esta visita electoral, que se repetirá siempre que queramos molar de cosmopolitas y dejar que nuestro legado dictatorial se pasee por el mundo a pecho peludo descubierto.
Luego nuestros izquierdistas seguirán desde aquí al desorientado, murmurando sus ciegas devociones internas. Con lo cual, los hacedores de la Historia, los románticos de la cosa republicana, y Maduro, que es lo más respetable que ZP pudo encontrar en Latam, van todos cantando mientras el pueblo de Venezuela soporta las consecuencias de esta mentalidad perversa. Una vez llegados a este punto, una se pregunta dónde está ZP, a qué se debe este silencio enigmático de los últimos días.