THE OBJECTIVE
Marta Martín Llaguno

Mercadona, templo del amor

«El supermercado ha conseguido colarse en todas las conversaciones, desde el chiringuito hasta la sobremesa, pasando por la mayoría de los grupos de WhatsApp»

Opinión
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Mercadona, templo del amor

Mercadona.

En la era de Tinder, Bumble, mensajes que se autodestruyen… volver a lo básico resulta poético. ¿Discotecas? ¿Citas a ciegas? ¿Cenas románticas? No. Hablo del supermercado. Hoy, para ligar, necesita usted un carrito, una piña y mucho sentido del humor… al menos eso dice la consigna de moda.

Resumo para los no iniciados: se ha liado parda porque una tiktoker (que parece ser en realidad una actriz) contaba hace unos días en redes que en Mercadona tienen una hora especial para flechazos o crushes (como dicen los jóvenes). Como lo oyen. Pero en este supermercado no se liga de cualquier manera, no. El procedimiento es tan simple como surrealista: vas entre las 19 y las 20 horas, colocas una piña boca abajo en tu carrito y luego te paseas por los pasillos, especialmente por la sección de vinos, esperando que tu carro colisione con el de otro cliente en busca de amor (o simplemente de un buen vino).

«El ‘flechazo de Hacendado’ lleva siendo trending topic en X varios días, y a buen seguro seguirá pululando en los chats»

Mercadona ha conseguido colarse en todas las conversaciones, desde el chiringuito hasta la sobremesa, pasando por la mayoría de los grupos de WhatsApp. Y ha logrado algo muy importante: sacarnos muchas risas. Ayer chateaba con amigas de toda ideología, clase y edad, ‘rendidas a la causa’ que bromeaban con que «no quedan piñas y que sus hijos llevan días preguntando si no hay otra fruta en la tienda». Había otras «preocupadas por estar fomentando el alcoholismo en sus madres viudas, a las que mandan día tras día al pasillo de vinos». Algunas, más analíticas, se estresan «decidiendo a qué Mercadona acudir, porque, claro, esto no es un local nocturno donde la música te da pistas de qué tipo de peña te vas a encontrar». Luego estaban las ‘sororas’ y ‘solidarias’, con pena por el personal del supermercado: «Las cajeras están hasta las narices». Algunas (esas empanadas que siempre van tarde con todo) se sorprenden: «¿Cómo? Yo no me había enterado… pero es que, claro, solo compro detergente y comida para el gato». Y muchas se hacen las indignadas: «Es que ya compras bajo presión… es un Tinder no solicitado… Porque, a ver, vas a por una sandía, pero de reojo ves al vecino con una piña en el carrito… en posición horizontal. ¿Ese qué? ¿Busca pareja? ¿Es un rebelde? ¿O simplemente no le gusta el melón? ¡Qué tensión!».

El tema es tronchante, con variaciones del ‘ritual’ que no tienen desperdicio. ¿Algo perecedero? Solo ligue para un rato…. ¿Chocolate? Bien de pasión…. Pero ¿y si llevas rollos de papel higiénico? Nada: te comes un mojón.

El ‘flechazo de Hacendado’ lleva siendo trending topic en X varios días, y a buen seguro seguirá pululando en los chats.

Pero el furor no es casual. Responde a una estrategia de marketing maestra… que aquí y ahora ha dado en el clavo. Porque esto ya se había hecho. Por ejemplo, en Volkach (Baviera), los supermercados Edeka tienen desde hace años ‘la hora de los solteros’, donde los singles hacen la compra mientras buscan algo más que productos en oferta. Pero es más, parece que la campaña de Mercadona lleva años gestándose, pero no había cuajado. Según @cinejavi, ya en 2017 una concursante de First Dates intentó divulgar esta peculiar forma de ligar: nadie le hizo ni caso.

Hay un libro, The Tipping Point: How Little Things Can Make a Big Difference, en el que Malcolm Gladwell explora cómo en algunos momentos ciertas ideas, productos o comportamientos alcanzan un ‘punto de inflexión’ que los lleva a una difusión masiva. A menudo la influencia de personas ‘conectores’ ayuda a que algo se vuelva viral, pero siempre deben darse las circunstancias adecuadas.

«Es triste, pero la receta resignada es ‘menos seso y más sexo… y humor’»

Superando todas las tropelías políticas de esta semana (el desastre de la gestión de la inmigración, la tomadura de pelo del teatrillo de indignados del PSOE con la voladura de la igualdad de los españoles, los escándalos cada vez más impúdicos de corrupción, las fotos insultantes de Irene Montero, los silencios inexplicables de la oposición, la tragedia de Venezuela…etc., etc.), el ‘flechazo de Hacendado’ ha triunfado.

Y no es baladí: a la vuelta del verano, la verdad es que el panorama es indignante y deprimente. Así las cosas, no es de extrañar que la mayoría de los españoles busquemos zafarnos del mal rollo de la vida pública (para muchos insostenible) y evadirnos y reírnos un rato. Es triste, pero la receta resignada es ‘menos seso y más sexo… y humor’. 

Los creativos de Roig bien que lo han captado.

Les dejo, que voy a por piña.

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