THE OBJECTIVE
Joaquín Leguina

Seis tiros en la nuca

«De los seis, sólo uno pertenecía al ejército israelí. Era un suboficial de 25 años y se llamaba Ori Danino; cuando lo secuestraron estaba fuera de servicio»

Opinión
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Seis tiros en la nuca

Ilustración de la guerra Israel-Hamás. | Alejandra Svriz

El primer día de septiembre se supo del asesinato de seis rehenes israelíes en manos de los terroristas de Hamás. Los habían matado con seis tiros en la nuca disparados a quemarropa en las respectivas cabezas.

De los seis, sólo uno pertenecía al ejército israelí. Era un suboficial de 25 años y se llamaba Ori Danino; cuando lo secuestraron estaba fuera de servicio. Los otros cinco se llamaban: Hersh Goldberg-Polin, tenía 23 años y era estadounidense. Lo habían secuestrado en una fiesta; Carmel Gat tenía 40 años y era terapeuta. Había viajado Tel-Aviv para visitar a su familia, que vivía en un kibutz; Alex Lubnov, de 32 años y ejercía de barman en el festival de música que fue arrasado por los terroristas; también Eden Yerushalmy, de 24 años, camarera en dicho evento cuando la secuestraron. Y allí estaba con su novia Almog Sarusi, de 27 años cuando se lo llevaron.

Es sabido que los secuestrados por Hamás y son supervivientes llevan viviendo más de nueve meses en condiciones infrahumanas: recintos mínimos, oscuridad total, condiciones higiénicas degradantes, alimentación escasa; además de las humillaciones y agresiones sexuales a las que fueron y siguen siendo sometidos, sobre todo las mujeres.

¿Qué motivo llevó a los islamistas de Hamás a asesinar a sangre fría precisamente a esos seis secuestrados?, se preguntaba en El Debate el profesor Gabriel Albiac. Y él mismo se contestaba: «Nada excepcional: simplemente, la sospecha de que pudieran estar a punto de ser rescatados por el Ejército. Algo, desde luego, imperdonable. El Corán es muy claro acerca del modo en que los enemigos deben ser tratados y qué consideración merecen sus vidas infieles».

No le ha llamado la atención a Albiac la barbarie de los asesinatos, pues «eso está descontado para cualquiera que conozca la norma coránica, para cualquiera que haya leído el Manifiesto fundacional de Hamás, que se inicia con la promesa de exterminar a todos los judíos de Israel. Es el entumecimiento de una Europa moralmente anestesiada el que se me hace imperdonable. Esas almas de corcho estéril que, en las páginas de sus periódicos, han acogido el horror de los seis asesinatos sin que apenas una voz se alzase para decir ¡basta!».

«Uno tiene la sensación de que para la nueva izquierda europea y especialmente la española, se apoya sin restricción alguna a los palestinos»

Contra la barbarie de Hamás cree Albiac que «no va a ser Europa, desde luego, quien alce voz. Ni va a ser Europa la que deje de financiar la construcción de los túneles en los cuales ha transcurrido su infierno y muerte, ni va Europa a dejar de financiar a esa humanitaria UNRWA, cuyos funcionarios fueron fotografiados como protagonistas de la matanza del 7 de octubre». En efecto, uno tiene la sensación de que para la nueva izquierda europea y especialmente la española (parte de la cual forma parte de nuestro Gobierno de progreso) que apoya sin restricción alguna a los palestinos, olvidando que quien manda allí de verdad son los terroristas de Hamás. Y son estos asesinos de Hamás los que suministran los «partes de guerra» en Gaza. ¿Y qué ocurre con esos «partes» que siempre contienen el número de muertos palestinos que Hamás se inventa? Pues que la mayor parte de la prensa española se los traga sin exigir pruebas, y es que el antisemitismo ha vuelto a Europa y a los EEUU, esta vez de la mano de una izquierda sectaria que a menudo niega la evidencia y se olvida, por ejemplo, del fanatismo afgano, que acaba de prohibir a las mujeres que puedan hablar en público. Y ya se sabe: quien calla, otorga.

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