THE OBJECTIVE
Javier Benegas

Por qué España ya es la Venezuela de Europa

«Como a Maduro, a Sánchez no le importa arruinar a su nación y provocar la salida de millones de compatriotas»

Opinión
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Por qué España ya es la Venezuela de Europa

Ilustración de Alejandra Svriz

Advertir de la venezuelización de España se ha convertido en un lugar común a la hora de denunciar los abusos de poder de Pedro Sánchez, la colonización de las instituciones y la liquidación del régimen constitucional de 1978 por la puerta de atrás.

Los venezolanos que escogieron nuestro país para escapar del régimen de Maduro y anteriormente del chavismo, expresan esta convicción con especial intensidad. El discurso populista de Pedro Sánchez, su escoramiento hacia la extrema izquierda populista, los ataques al poder judicial y a la libertad de prensa, y el empobrecimiento progresivo están provocando que los emigrantes venezolanos vivan en un permanente déjà vu y se vean a sí mismos como mensajeros del futuro: «Esto ya lo hemos vivido y no acaba bien», advierten.

Los desplazamientos masivos

Hay un factor que agrava sus sospechas, la complicidad entre el Partido Socialista de Sánchez y el régimen de Maduro, a través de persona interpuesta: el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero. Un personaje lamentable determinado a ir contra toda evidencia y declarar que «el camino que ha seguido la comunidad internacional es un camino equivocado, plagado de mala información de lo que pasa en Venezuela». Ocho millones de venezolanos desplazados, el mayor éxodo de la historia reciente, sólo superado por el de Ucrania, país sumido en una guerra, no es mala información: es una evidencia incontestable de que Venezuela se ha convertido en un infierno.

«Con el gobierno socialista, entre 80.000 y 100.000 españoles han emigrado anualmente de forma sistemática… y lo seguirán haciendo»

Aludir a la venezuelización de España, en sentido estricto, puede parecer exagerado. Sin embargo, hay confluencias innegables. Una es especialmente inquietante, precisamente la que apunta al masivo desplazamiento de españoles hacia países extranjeros.

Desde que Sánchez es presidente, más de 500.000 españoles han emigrado, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE). Aunque la pandemia en 2020 redujo temporalmente la movilidad, la tendencia general continuó al alza. En 2022, más de 113.000 españoles abandonaron el país, superando el promedio de los años previos. Con el gobierno socialista, entre 80.000 y 100.000 españoles han emigrado anualmente de forma sistemática… y lo seguirán haciendo.

Además, se marchan los más cualificados, lo que supone un perjuicio adicional a la pérdida de capital humano, la fuga de talento, que ha sido especialmente acusada el último año. Mientras que España recibe inmigrantes ilegales, no ya sin cualificación profesional, sino siquiera estudios básicos, se está expulsando a profesionales bien formados, en su mayoría de entre 30 y 40 años, que es la horquilla de edad más productiva.

La ruina

Es posible que se platee usted, querido lector, que las razones de esta emigración masiva no casan con los datos económicos publicitados por el gobierno socialista. Así llegamos a la que, quizá, sea la mayor mentira jamás contada por régimen sanchista, que la economía española está mostrando un comportamiento excepcional.

Es verdad que España crece más que sus homólogos europeos. Pero esta «realidad» tiene truco. Crecemos más porque hemos tardado mucho más en recuperarnos del shock económico de la pandemia. Mientras la mayoría de las economías de los países europeos recuperaron los niveles prepandemia en 2021, nosotros tuvimos que esperar hasta 2023. Crecemos más porque vamos con retraso, no porque seamos la locomotora —me da la risa floja— de Europa.

Pero esta sería sólo la respuesta más evidente a la bravata socialista de que nuestra economía va como un cohete. El gobierno saca pecho porque nuestro PIB crece un 2,5%, sin embargo, este crecimiento no es consecuencia de una economía vibrante. España ha recibido 37.700 millones de euros del plan Next Generation. Una cantidad que equivale a casi la mitad de la recaudación por IVA de 2023, supera con holgura toda la recaudación por el impuesto de sociedades (35.821 millones de euros) y casi duplica lo que se destinó a prestaciones por desempleo (20.244 millones de euros).

Lo más maravilloso es que Sánchez se descubre a sí mismo, pero le da igual. La prueba está en lo que el servicio de prensa de La Moncloa publicaba en diciembre de 2023: «Para 2023 se prevé que las inversiones y reformas enmarcadas en el Plan de Recuperación tengan un impacto positivo de 2,5 puntos sobre el nivel del PIB, lo que supone más de 35.000 millones de euros». Es decir, el propio Sánchez reconocía que la manguera de la UE iba a hacer crecer nuestro PIB un 2,5%, exactamente la misma cifra con la que ahora saca pecho.

«Estamos sufriendo una intensa recesión con guarismos mayores que el del crecimiento artificial publicitado»

Pero aun si los fondos Next Generation no existieran, el principal protagonista del espejismo económico sería el sector del turismo. Con la eliminación de todas las restricciones pandémicas en 2023, este creció un 17% hasta recuperar los niveles prepandemia. La lógica normalización del turismo representa por sí sola casi el 70% del crecimiento total de nuestro PIB. Y aquí es importante señalar que, una vez recuperado este sector, no se volverá a repetir ni de lejos un crecimiento semejante.

Si descontamos estos factores, y otros que me dejo en el tintero, nuestro PIB no ha crecido, al contrario, estamos sufriendo una intensa recesión con guarismos mayores que el del crecimiento artificial publicitado. Esta recesión ya es una realdad en los hogares españoles y, en general, en toda España… menos en el maravilloso mundo imaginario proyectado desde La Moncloa. Aquí lo único que crece es el Estado, para disfrute del sanchismo y sus parásitos.

En algún momento se verá el cartón del decorado económico sanchista. Entonces, justo antes de que tenga lugar la revelación, Sánchez convocará elecciones. Mentirá como nunca antes lo ha hecho (sí, es capaz de mentir aún con mayor intensidad) para repetir gobierno. Si lo logra, nos meterá el cuchillo jamonero hasta el fondo. Aplicará duros recortes cuando tenga toda una legislatura por delante y ya no podamos escapar. Ha aprendido del error de Zapatero.

El ingreso en Autócratas y Dictadores, S.A.

A finales de agosto pasó casi desapercibida una noticia. Los partidos de gobierno en España y México, el PSOE y Morena respectivamente, suscribieron una alianza con el objetivo de «fortalecer el progresismo en América y Europa y hacer frente al avance de la derecha extrema internacional». Con este propósito se reunieron en la ciudad de México Mario Delgado, dirigente de Morena, y el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.

Uno de los principales temas abordados fue lo que el dirigente mejicano calificó de «estrategia de la extrema derecha con la judicatura». Delgado dijo que «el Poder Judicial funciona como un dique de contención y resistencia del conservadurismo». A continuación, puso como ejemplo al caso judicial contra Begoña Sánchez, esposa del presidente del Gobierno español, y aprovecho para defender la mostrenca reforma de la judicatura que se implementará en México, de la que dijo: «es un buen ejemplo a seguir para otros países».

A Pedro Sánchez le encantaría disponer de la mayoría legislativa que tiene su homólogo mejicano para hacer exactamente lo mismo. Pero como no es así, la cooperación entre ambos regímenes se orienta a concertar y propagar la misma mentira, que la Justicia no es un poder independiente, sino el último reducto del fascismo. Y que, por tanto, ir contra los jueces es moralmente necesario.

Pedro Sánchez se ha arrimado sin disimulo a lo más granado del club de los autócratas, como AMLO o Maduro, y de los dictadores convencionales, como el todopoderoso Xi Jinping, ante el que se ha postulado como su edecán ante a la UE, a propósito de los aranceles impuestos a la industria automovilística china. El aprendiz de dictador arrodillado a los pies del gran dictador.

Nuestro presidente sabe que en su día de mañana no habrá invitaciones para dar conferencias en la Universidad de Georgetown, ni siquiera en la Sorbona. Así pues, ha elegido su mejor destino posible y nos arrastra con él. Como a Maduro, no le importa arruinar a su nación y provocar la salida de millones de compatriotas. Esta huida en masa le resulta beneficiosa. Menos gente bien formada y, por tanto, menos gente resistente a sus mentiras. Que se vayan es lo mejor. 500.000 problemas menos. Ojalá mañana sean 1.000.000.

A Sánchez no le interesa gobernar. Lo que quiere es poseer un territorio, ser el caudillo de una jurisdicción en la que poder trapichear, lucir palmito y hacer turbios negocios con total impunidad. Por eso digo y mantengo que no es que España corra peligro de convertirse en la Venezuela de Europa, es que ya ha empezado a serlo.

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