'Handsome', el pichón sin perdón
«Es sorprendente que nuestro ‘Handsome’ no haya exigido disculpa alguna a todos los que le han cosificado como un simple ‘buenorro’»
Alejandra Svriz
Resulta sorprendente que en estos tiempos en los que hay que pedir perdón por todo, en especial por todo lo que no has hecho, nuestro Handsome, el marido de Pichona (y, por lo tanto, Pichón), no haya exigido disculpa alguna a todos los que le han cosificado como un simple buenorro.
Nadie ha puesto en su sitio a un tal Juanjo Marcano Dasilva, quien no vio mejor forma de verbalizar su infinito agradecimiento al mando por haber alcanzado nada menos que un puesto de diputado socialista en la Asamblea de Madrid que elogiar a su máximo jefe político por su cualidad menos política, menos intelectual y aún menos meritocrática: «Con lo bueno que está el presidente del Gobierno, no me extraña que sientan esta envidia tan asquerosa, porque jamás van a ocupar el lugar ni la posición que tiene el señor Pedro Sánchez» (sic).
Ligar la posición de Sánchez -presidente del Gobierno- a «lo bueno que está» y colegir una «envidia tan asquerosa» a su presunta condición de buenorro, y no a su ejecutoria política, ameritaba una fulgurante llamada al orden al diputado Marcano Dasilva. Algo que le hiciera meditar durante largo tiempo. Pues todo lo contrario. Dasilva marcó el camino.
Pocos días después, los elogios subían de nivel. Ya no era un ignoto diputado autonómico sino un director de cine excepcionalmente exitoso quien destacaba el físico de Sánchez como su valor axiomático. Veamos la definición de Almodóvar: «Es un hombre que, además de ser nuestro presidente, en Europa y en Estados Unidos le llaman ‘Mister Handsome’, seguro que lo entendéis, ‘Mister Guapo’. Entonces, claro, hay muchas cosas que pedirle y decirle a un hombre de esas características, a nivel político… y a nivel físico, también».
La alegría del receptor de los cumplidos puede indicar que esto es lo que más le agrada. Que le digan lo guapo que es, lo buenorro que está. Que proclamen las cosas que querrían pedirle… «a nivel físico, también». Y que se lo digan los hombres. Y no cualquiera; mejor un relevante hombre a quien le gustan los hombres. Eso sí, con su mujer delante que, en palabras de su amante esposo, no es una corrupta, aunque quizá sí «una Pichona». Pues todo aclarado. A nuestro Pichón, marido de Pichona, le gusta que le llamen Handsome. Incluso contrató, y no de su bolsillo, una cuenta de tuiter bajo ese nombre para que así le elogiaran a diario. Y aún le deleita más que ensalcen su físico sus diputados y sus cineastas de cabecera. ¡Que tome buena nota toda la opinión sincronizada! Hay que piropear al líder por lo importante: por «lo bueno que está» y por lo que, «a nivel físico», todos sus entusiastas pugnan por suplicarle.
«¿Habría sido igual de simpático el gesto de Almodóvar si una cineasta lesbiana hubiera lanzado sáficos piropos a Begoña Gómez?»
Queda la duda de si tan imbatible estrategia de entusiasmo partidario es, o no, suficientemente feminista y progresista, además de ecosostenible. Es verdad que la prueba de la igualdad no la pasa, y posiblemente tampoco la de la perspectiva de género. Por ejemplo, ¿habría sido igual de simpático el gesto de Almodóvar si, como colofón a su candoroso elogio, una mujer de acreditada trayectoria en el cine, a ser posible lesbiana, hubiera lanzado sáficos piropos a Begoña Gómez, también en presencia de su pichón marido? Si, por ejemplo, esa hipotética estrella local del cine hubiera verbalizado lo mucho que le gustaría pedirle a Begoña «a nivel físico», y no sólo sobre transformación social competitiva, a nivel académico, que es lo suyo.
Tampoco aguanta la comparación imaginar un episodio equivalente con las mujeres políticas que más aborrece Sánchez, digamos Isabel Díaz Ayuso o Giorgia Meloni. Eso sí, las burlas y chanzas de la sincronizada nos habrían hecho pasar más de un buen rato de risas. Porque para bromas sí da. Y para fotografiar con detalle el insuperable nivel de nuestro presidente del Gobierno, también. No es poco en estos turbulentos tiempos.
