Somos los huevos fritos del mundo
«Escuchar canciones infantiles es un fastidio para cualquier padre, por abnegado que sea. Así que, puestos a elegir, mejor que sean de los Pica Pica»
¡Mi primer concierto en tres años! Desde que nació la niña no había ido a ninguno. En principio, hubiera preferido ir a ver, qué sé yo, a los Pixies, pero me tocó ver a un grupo infantil. En peores plazas hemos toreao…
Me avergüenza ver a cuarentones levantando sus varitas mágicas en el parque temático de Harry Potter en loor de una actriz de Hollywood. Europa es, como ha dicho un filósofo sueco, una suerte de Disneylandia sin niños. En cambio, no tengo ningún problema con los productos infantiles cuando van dirigidos a niños. Por fortuna, los Pica-Pica saben ganarse a los padres que los acompañan.
Lo pasé muy bien. Es más: recomiendo encarecidamente a quienes tienen niños pequeños que acudan a verlos. Hay que fastidiarse: en un tiempo de humoristas con mensaje, de albardanes incisivos pero siempre a favor de obra, tienen que ser unos músicos infantiles los que recuperen el humor blanco.
«En un tiempo de humoristas con mensaje, de albardanes incisivos pero siempre a favor de obra, tienen que ser unos músicos infantiles los que recuperen el humor blanco»
Blanco, pero en absoluto anodino. Huevi, el huevo frito narra el plan de la abuelita para acabar con el hambre en el mundo friendo huevos. Descacharrante es el momento en que, parodiando el We are the world, un coro de huevos fritos cantan: «Somos los huevos fritos del mundo / alimentando a los niños».
Suma y sigue. El vídeo preliminar de Yo tengo un tic es un clásico moderno del humor. Nadie que se sitúe entre el año de vida y los noventa y nueve, por decirlo con la horquilla de los juguetes Lego, puede resistirse a las caras de Nacho Bombín o a las cuitas de Belén Pelo de Oro en Pollito Chicken sin descojonarse.
Si no me equivoco, las canciones de los Pica-Pica las compone Bernardo Vázquez, frontman de The Refrescos y autor de la celebérrima Aquí no hay playa. Que Vázquez es un genio lo demuestra que los Pica Pica oscilan del disco al rock, de la cumbia al electropop.
Por supuesto, no los veremos en las revistas culturales, y bien está que así sea. Sencillamente no lo necesitan. Entro a YouTube y me encuentro el último single de Vetusta Morla: casi 200.000 visualizaciones. Me sale a continuación El baile de la fruta, de los Pica Pica: más de 250 millones. Son cifras que hablan por sí solas.
Seamos francos. Escuchar canciones infantiles es un fastidio para cualquier padre, por abnegado que sea. Lo que Cocomelon y Mother Goose han hecho con nuestras cabezas debería considerarse un crimen de lesa humanidad. Así que, puestos a elegir, mejor que sean de los Pica Pica.