¿Por qué también miente la 'presidenta' del Gobierno?
«Mientras Sánchez miente descaradamente sobre los datos económicos, su mujer afirma que el número de preinscritos en su máster eran 50 cuando sólo eran 12»
Ilustración de Alejandra Svriz
Son varios y diversos los motivos que han podido llevar a la Universidad Complutense a cancelar el segundo máster que impartía Begoña Gómez en dicha sede universitaria. Una, el descrédito que le ha supuesto el conocimiento público del maridaje que venía sosteniendo con la mujer del presidente del Gobierno, maridaje solo explicable precisamente por esa relación marital. Dos, el miedo que ha podido provocar en los responsables universitarios la instrucción judicial que está desarrollando el juez Peinado. Y tres, el evidente fracaso académico del máster en cuestión.
Sea por uno de los motivos reseñados, por dos de ellos o por los tres, la Universidad Complutense ha decidido cancelar el máster sobre Captación de Fondos que dirigía la investigada judicialmente y lo ha hecho cuando estaba próximo a comenzar. Al conocer la cancelación a Gómez se le han revuelto las tripas y no ha dudado en hacerlo así público mediante un comunicado cuyo contenido destila los sentimientos que hoy parecen anidar en la presidenta del Gobierno, según calificación dada por ese fino político de altura llamado Patxi López.
Dice Begoña Gómez en el comunicado que la decisión le resulta insólita. ¿Para quién puede resultar así?, cabe preguntarse. Pues para ella, acostumbrada como está a que le bailen el agua todos aquellos que adoptaban o adoptan decisiones con el único fin de ganar puntos ante su todopoderoso marido y obtener así su favor. Dice también que se trata de una decisión adoptada unilateralmente, de lo que se deduce que le ha picado sobremanera que se cancele su máster sin haber contado con ella. Menudo atrevimiento, que la Universidad -o quien sea- adopte una decisión que atañe a la mujer de Pedro Sánchez sin pedir permiso para hacerlo.
Ambas cuestiones reflejan de modo más que significativo el empoderamiento y la soberbia que inundan a Begoña Gómez desde que ocupa la Moncloa, siendo imposible no recordar aquello de «no pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió». Y es que pasar de ser hija de un empresario de saunas a ser mujer del presidente del Gobierno es un tránsito que parece no haber sido capaz de asimilar adecuadamente.
Con todo, lo que me ha resultado más llamativo del comunicado es que Begoña Gómez alude a lo que considera incomprensible de la decisión adoptada por la Complutense pues, según ella, existían ya 50 preinscripciones para participar en su máster. Solo han sido necesarias unas horas para que desde la Universidad se haya desmentido dicha cifra, afirmándose que el número de preinscritos solo llegaba a 12, de los que tan solo 4 habían formalizado la matrícula. 12 frente a 50, he ahí la diferencia existente en este caso entre la realidad y la ficción sanchista. Distancia nada despreciable.
«¿Por qué ha mentido en esta cuestión Begoña Gómez? Quizás lo haya hecho por la vergüenza que le provoca su fracaso académico»
¿Por qué ha mentido en esta cuestión Begoña Gómez? Pueden formularse al respecto varias hipótesis. Quizás lo haya hecho por la vergüenza que le provoca su fracaso académico, algo frustrante para quien está tan empoderada y ensoberbecida como está ella. A lo mejor se debe a un intento de querer aparecer como víctima inocente del caso, cuestión que favorece al relato oficial que se quiere vender respecto del proceso judicial en el que está siendo investigada. Y hasta es posible que obedezca a la voluntad de incluir a la Complutense en esa inventada fachosería a la que recurre con frecuencia su marido. En cualquier caso, con independencia de la motivación que le ha llevado a mentir -no soy experto en psicología humana para poder determinarlo-, lo objetivamente cierto es que ha mentido, pues los preinscritos en su máster eran 12 y no los 50 que ella afirma.
Al haber mentido así, y haberlo hecho además de modo tan burdo, ha confirmado el dicho popular según el cual «dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición», pues no ha hecho otra cosa que no sea emular a su marido. Ya sabemos que cuando Sánchez enarbola las cifras de empleo está diciendo 50 cuando no son más que 12. Cuando tras modificar la nueva presidenta del INE la metodología utilizada para calcular la evolución del IPC, Sánchez presume de su contención de la inflación diciendo 50 cuando no es más que 12. Y cuando la citada nueva presidenta del CIS estadístico modifica recurrentemente el cálculo del PIB para aumentar sistemáticamente su dimensión, Sánchez se enorgullece de lo que crece la economía española y dice 50 cuando no es más que 12.
En definitiva, mientras el presidente del Gobierno nos miente descaradamente sobre los datos económicos, la presidenta -Patxi dixit– lo hace con el mismo descaro afirmando que el número de preinscritos en su cancelado máster eran 50 cuando no son más que 12. Lo dicho: dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición.
