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Esperanza Aguirre

Ayuso, la obsesión de Sánchez

«Sánchez ha demostrado una cara dura infinita para mentir y descalificar a sus adversarios. Y Ayuso, una bravura inigualable para la confrontación dialéctica»

Opinión
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Ayuso, la obsesión de Sánchez

Sánchez y Ayuso, en una fotografía de archivo.

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho público un comunicado para anunciar que rechaza la invitación del presidente del Gobierno para reunirse con él por dos razones fundamentales.

La primera es que la convocatoria de esta entrevista la hace Sánchez después de pretender romper la Hacienda común de todos los españoles por exigencias de sus socios independentistas, gracias a los cuales está en el Gobierno. Un pacto letal para el Estado de derecho, la unidad de España y la solidaridad entre regiones.

La segunda razón es que el jueves pasado Sánchez aprovechó su presencia en Bruselas para asistir al Consejo Europeo para, con toda solemnidad, en la rueda de prensa posterior, calumniar a la presidenta Ayuso, refiriéndose a ella como «corrupta». Y exigiéndole su inmediata dimisión.

Recordemos que España ha roto relaciones con Argentina retirando a la embajadora porque el presidente Milei olvidó anteponer la palabra «presunta» al referirse como corrupta a la esposa de Sánchez.

Y no fue la única vez que Sánchez ha llamado «corrupta» a Ayuso durante la semana pasada. El miércoles, en la sesión de control del Congreso hizo lo propio.

«Ya ni se sabe cuántas veces ha acusado Sánchez a Ayuso de ser la pareja de un delincuente y ha pedido su dimisión»

Ya ni se sabe cuántas veces ha acusado Sánchez a Ayuso de ser la pareja de un delincuente y ha pedido su dimisión, pero sí se sabe que esas acusaciones tienen su fundamento en la filtración de unos correos entre el abogado del novio y la Agencia Tributaria para negociar el pago de una deuda. Una filtración explicada en una nota de prensa de la que, en su momento, se hizo responsable el fiscal General del Estado, pese a que filtrar esos datos es un delito de revelación de secretos. La fiscal jefe de Madrid fue la que había enviado los mensajes del abogado del novio de Ayuso a la cuenta personal del fiscal general.

El Colegio de Abogados de Madrid y la pareja de Ayuso denunciaron al fiscal General del Estado por revelación de secretos. Denuncia que, el miércoles de la semana pasada, fue admitida por la Sala Segunda del Tribunal Supremo en una decisión histórica porque era la primera vez que, en la historia, se consideraba que la persona que detenta esa alta responsabilidad podía haber delinquido y se le abría una causa.

La reacción de Sánchez y de su equipo de opinión sincronizada no se hizo esperar. Bolaños, Marlaska, Pilar Alegría y el propio Sánchez explicaron que el deber del fiscal General del Estado era refutar el «bulo», aunque fuera cometiendo el delito de revelación de secretos.

Y en esa función de arropar al Puto Amo, repitiendo sus palabras, se han distinguido el ministro de Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, que presume de ser jurista, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que es juez de carrera. Los dos no han dudado en repetir que la función del fiscal General del Estado es refutar los bulos, aunque, por lo visto, para ello saltarse las leyes les está permitido.

«Todo pasa por atacar obsesivamente a Ayuso de manera constante, que me atrevo a calificar de paranoica»

Con sus airadas palabras, el trío Sánchez, Bolaños, Marlaska, han descalificado sin el menor rubor a los cinco magistrados del Tribunal Supremo que han admitido a trámite la denuncia contra el fiscal general del Estado, que, desde que ocupa el cargo, no ha hecho otra cosa que trabajar como abogado defensor del presidente del Gobierno, cada vez más asediado por las acusaciones a las que tienen que hacer frente su mujer, su hermano y quien fue su mano derecha en el PSOE.

No sé quién será el estratega último de estas maniobras de defensa de Sánchez y señora, pero no cabe duda de que, sea quien sea, todo pasa por atacar obsesivamente a Ayuso de manera constante, que me atrevo a calificar de paranoica. Quizás porque la presidenta madrileña no se ha callado ni una sola vez cuando la han insultado o acusado de ser una delincuente. Y porque, desde hace ya mucho tiempo, viene denunciando de manera clara que Sánchez está firmemente comprometido con llevar a cabo un golpe de Estado, que convierta la monarquía parlamentaria que nos dimos los españoles en la Transición en una unión de repúblicas presidida por él, claro. Como dice Kelsen, un golpe de Estado es una modificación de la Constitución prescindiendo del método previsto en ella para ser modificada.

Hay que tener en cuenta que Sánchez ha demostrado una cara dura infinita para mentir, para descalificar a sus adversarios y para someter a sus partidarios. Y Ayuso, que ha demostrado una bravura inigualable para las confrontaciones dialécticas, no sólo le ha contestado, sino que lo ha hecho siempre de manera convincente.

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