Sumar: feminismo falso
«La crisis abierta ha dejado claro que Yolanda Díaz es una cobarde, incapaz de dar la cara ni siquiera por la violencia machista»
No es verdad que Sumar actuara al conocer las agresiones sexuales cometidas por Iñigo Errejón. No actuó, no ha actuado y, después de escuchar la bochornosa rueda de prensa de sus portavoces, dudo mucho de que vaya a actuar. Su relato, unido a la inacción, supone una complicidad necesaria con los comportamientos impropios, cuando no delictivos, de Errejón. La dimisión de Errejón y el abandono de todos sus cargos políticos es la prueba. El silencio de Yolanda Díaz la confirmación de la culpa.
Sumar no ha actuado porque Iñigo Errejón ha renunciado a todos sus puestos mediante un comunicado que pone en evidencia la falta de ética, moral y decencia de la izquierda. El comunicado es todo un despropósito en el que se retrata como un ser abyecto y pone en evidencia la complicidad de Sumar. No se disculpa. No pide perdón. Y, además, busca en su discurso, presuntamente ideológico, causas ajenas a su reprobable conducta. Un ejercicio de cobarde indecencia.
Las conductas sexuales de Iñigo Errejón eran más que una comidilla entre los periodistas acreditados en el Congreso de los Diputados. E incluso, se hablaba de su afición al BDSM —la dominación, la sumisión y el masoquismo—, una forma de rebajar el uso repugnante de la violencia sexual como demostración del poder que ejercía el referente de Sumar. Tania Sánchez ha reconocido que, «no le quisimos dar importancia, no lo quisimos creer». Eso lo dicen las inventoras del «hermana ¡yo sí te creo!». Falso feminismo.
«La ideología y los discursos sobre la igualdad y el feminismo son falsos, mentirosos, todo un postureo basado sobre la supuesta superioridad moral de la izquierda»
¿Pero quién se cree que es Iñigo Errejón? ¿Pero que tendrá que ver que desde hace 10 años se haya creído importante, con mucha visibilidad pública, para ir arrancando sujetadores y sacándose su miembro ante mujeres? En España y en el mundo hay muchísima gente que ha estado, y está, mucho más de 10 años en primera línea de la vida política y en otras actividades verdaderamente importantes y expuestas, con muchísima más visibilidad que Errejón y jamás se les ha ocurrido ir por ahí atacando violentamente a las mujeres sin su consentimiento. No hay «subjetividad tóxica que en el caso de los hombres el patriarcado multiplica». El agresor sexual tóxico es Errejón. Y la organización es la cómplice necesaria. La inmensa mayoría de los hombres no nos parecemos en nada al agresor Errejón. Él mismo, en su forma de estar en el mundo, en su ideología, su educación y sus valores ha dado forma al agresor sexual. Lo que debe hacer es asumir, sin excusas y culpabilizaciones, su responsabilidad y dejar al resto del mundo en paz. Errejón agarra con violencia, encierra a mujeres con pestillo, las toca, besa, manosea y agrede. No hay ninguna contradicción entre el personaje Errejón y la persona Errejón. La conducta violenta del tóxico poderoso la hace el individuo y no cabe atenuante o excusa.
La ideología y los discursos sobre la igualdad y el feminismo son falsos, mentirosos, todo un postureo basado sobre la supuesta superioridad moral de una izquierda que dice una cosa y ejerce la violencia sexual de forma continuada como instrumento de poder. ¿Qué es eso de la contradicción en la forma de vivir neoliberal? El liberalismo es el espacio ideológico en el que se desarrolla la igualdad de la mujer. La vía neoliberal es la que abrió el espacio al aborto y la eutanasia. Es la ideología que permitió la lucha LGTBIQ. Es donde el individuo es persona. En el liberalismo está el espacio de la verdadera igualdad y no la cultura de la violencia de Errejón. Ninguna de las causas del feminismo ha nacido, crecido o se ha desarrollado en un estado comunista. En la admirada Cuba para la izquierda, con el Che como icono homófobo de camisetas y banderas, es donde se creó el campo de reeducación sexual para homosexuales con el lema «El trabajo os hará hombres». Ser de izquierda no exime de tener conductas delictivas o agresoras
En España ya sabemos el peligro social de los comunistas pijos. Niñatos de universidad jugando a progres. Machitos alfa que entienden que, como comunistas, nada es de nadie porque todo les pertenece. Y como todo les pertenece, las mujeres también, como una cosificación machista repugnante. Todos hemos visto la carrera de las parejas de Pablo Iglesias. Sus hembras, mientras estaban con él, tenían poder y responsabilidad. Cuando dejaban de ser sus sometidas «compañeras» eran repudiadas al gallinero del Congreso como Tania Sánchez. Secuestró la tarjeta del teléfono de Dina Bousselham, dijo que «para protegerla». Realmente abusaba para protegerse él de la posible información sensible que había en ese teléfono. Lilith Verstrynge ha progresado tanto que lo que ha conseguido está bajo sospecha por su cercanía a Pablo.
«Sumar es un inconsistente experimento político donde lo último en importancia son la ética y la ideología»
Sobre cómo llegó Irene Montero a ministra no hay ninguna duda. Por «compañerismo» con el macho alfa de Pablo Iglesias. La duda sin embargo es cómo llegó a cajera de supermercado. Iñigo Errejón es un producto más del 15M, de esa forma de ser, hacer y pensar de esta izquierda narcisista y machista que usa, maltrata a mujeres o excarcela violadores.
Sumar es parte de esa realidad. Son lo mismo pero con otro nombre. La crisis abierta por Errejón ha puesto en evidencia que en Sumar el feminismo y la igualdad son puro postureo ideológico. La crisis abierta ha dejado claro que Yolanda Díaz es una cobarde, incapaz de dar la cara ni siquiera por la violencia machista, y que Sumar es un inconsistente experimento político donde lo último en importancia son la ética y la ideología.
La rueda de prensa con su portavoz Ernest Urtasun —además ministro de cultura— rodeado, entre otras, por la responsable de feminismos, Amanda Andrades, ha sido todo un insulto a la inteligencia política de los ciudadanos y un fraude para sus seguidores. Urtasun no se ha cansado de asegurar que en cuanto tuvieron conocimiento de los hechos actuaron «con contundencia y celeridad». No es verdad. Errejón se ha marchado motu proprio. En el momento en que Sumar tuvo conocimiento —hace meses o la semana pasada— lo que tenía que haber hecho era cesar fulminantemente de todos los cargos a Iñigo Errejón, expulsarlo del partido y acompañar a las víctimas ante los juzgados. No lo han hecho. En su pasividad está su culpa.
Urtasun asegura que la responsabilidad de la violencia sexual de Iñigo Errejón está en el fallo de los «mecanismos de prevención y detección». ¿Perdón? ¿Mecanismos de? ¿Ponen sensores de erección con localizadores gps a sus militantes? ¿Obligan a las mujeres a llevar cinturones de castidad y sujetadores de seguridad anti testosterona de sus líderes? ¿Pero qué tipo de especímenes militan en Sumar que necesitan de mecanismos de detección y prevención de violencia sexual?
Están tan lejos de entender la realidad y creen que todo el mundo es imbécil —son tan culpables políticamente— que tienen una responsable de feminismos que ha anunciado una batería surrealista de medidas con las que creen que podrán evitar que se produzcan nuevos casos en el futuro. Insisto ¿pero cuántos depravados sexuales tienen en la organización para que puedan repetirse esas conductas? Es ridículo lo de seguir con el procedimiento interno para esclarecer cualquier hecho contrario a los valores feministas; establecer canales y mecanismos de reparación, apoyo y acompañamiento a quienes se han visto afectadas; poner en marcha con celeridad protocolos de prevención y abordaje de situaciones de acoso y agresiones sexuales, comportamientos machistas LGTBIfóbicos y racistas; e implantar un programa formativo ante violencias machistas. Vuelven a presentar todo aquello que se aprobó en la asamblea de Sumar de marzo y que ya hemos comprobado lo eficaz que ha sido con Errejón y con la organización.
Fulminar a Loreto Arenillas no sirve para frenar la crisis. Todo lo contrario. Acrecienta la responsabilidad de la dirección y deja claro que lo supieron hace meses y no hicieron nada. Iñigo Errejón era uno de los suyos. Sumar es tan mentira como su feminismo. Tienen una responsable de feminismos porque de puertas para fuera imponen un feminismo radical obligatorio en el que el varón es siempre un agresor en potencia y de puertas para dentro prevalece el machismo agresor del dirigente. Porque Errejón, como ha dicho Tania “es que no se puede negar, Íñigo Errejón era un gran valor político”. Y por eso podía agredir sexualmente y todas calladas.
La superioridad moral y ética de la izquierda, que nunca fue real, está pasando la mayor crisis desde que fue derribado el muro de Berlin. La nueva izquierda en España, formada por los corruptos del PSOE junto con los de Sumar y alrededores, es una patraña de degeneración total. Los silencios del presidente Sánchez respecto a Aldama —se conocen y hay foto— y de la vicepresidenta Yolanda Díaz respecto a Errejón son un clamor de culpabilidad del gobierno supuestamente más feminista y regenerador de la historia.