La cantata inventada de Aldama
«La reacción del Gobierno (y de Begoña) ha sido querellarse contra Aldama, pero no sin antes proponer un acto de conciliación…»
Hay algo como de déjà vu en la cantata de Aldama: se vio antes con Villarejo, antes con Bárcenas, y más antes con Amedo; con Roldán: es como si los dos grandes partidos españoles estuvieran siempre sujetos a una suerte de corrupción estructural por defecto que les puede explotar en cualquier momento (los partidos nacionalistas no están exentos, naturalmente, por mucho que el PNV haga del trampantojo arte).
Una de las cosas buenas que aportaron UPyD y Ciudadanos (su no fusión sigue siendo incomprensible y, sin duda, causa de sus respectivas desapariciones) fue precisamente la ausencia de ese tipo de corrupción. Incluso Podemos o Sumar y sus emanaciones, dimanaciones y divagaciones han mantenido, a pesar de su sectarismo militante, un hoja de servicio en la que las corrupciones han sido escasas y menores, y esas pocas de tipo moral: autointoxicaciones las más de las veces. Tiene su mérito siendo el comunismo una ideología que aplicada desemboca siempre en corrupción.
Tras la declaración de Aldama «nexo corruptor» (¡más jueces a la RAE por favor, ese ingenio no tiene precio!), que implica a medio gobierno con una serie de mordidas («cupos» en la terminología aldamiana), el autoinculpado se marcha a casa, sin especiales medidas de control, cuando hasta ese momento estaba en la cárcel por riesgo de fuga y de destrucción de pruebas. Es un misterio el porqué dichos riesgos han desaparecido. Sólo se entendería si el abogado de Aldama, Choclán, hubiese dado garantías de ley en ese sentido a los jueces y al fiscal. Ninguno de ellos nos lo dirá, como es lógico. Pero la garantía parece que es el propio Choclán in person. Bien está, si la justicia no se fía de los abogados, ¿de quién si no?
Ahora bien. ¿Son verosímiles las declaraciones de Aldama? Seguramente. Cuando uno decide mentir suele tomarse licencias poéticas y ceder a la tentación de cargar la suerte. ¿15 mil euros a un jefecillo de gabinete? Un coche de tercera mano con cien mil kilómetros. 25 mil para el cupo vasco de Cerdán. Una cocina nueva. Las miserias rutinarias del hampa. Koldo y Ábalos ya son otra cosa y pasta gansa: caza mayor, una relación estrecha y continuada: formaban parte de la banda y tal vez pronto del coro.
¿Son por todo ello veraces las declaraciones? No, por supuesto, para tal cosa habrían de tener un respaldo probatorio, que es precisamente lo que esperan jueces y fiscal (y el público) para las próximas fechas. Y lo que les han asegurado Choclán. Porque en todo esto, el que manda es Choclán in person bis, no se engañe nadie.
Aun y así, la libertad le fue concedida a Aldama por «facilitar datos relevantes tanto para el esclarecimiento de los hechos investigados (…) como en la causa abierta contra el ex ministro de transporte José Luis Ábalos». Un clásico de vasos comunicantes.
«Datos relevantes». No es que Aldama aportase pruebas, aportó datos. Y estos datos valen su peso en oro para jueces y fiscal, se conoce. Ellos sabrán por qué y sobre todo para qué. «Los hechos y motivos que llevaron a acordar la medida de prisión provisional respecto de Víctor Gonzalo de Aldama han quedado muy atenuados (…) debiendo acordarse su libertad provisional».
Aldama vive en libertad pero en una realidad «atenuada» desde hace unos días. En ella, podrá buscar pruebas, esconder otras, destruir otras, hablar con unos y otros… También haría bien en mirar debajo del coche y pernoctar en buena compañía.
La reacción del Gobierno (y de Begoña, que es como un apéndice sin cartera de éste) ha sido querellarse contra Aldama, pero no sin antes proponer un acto de conciliación en el que éste se retractaría de cuanto hubo declarado; y en tal supuesto el Gobierno y su apéndice se la envainarían.
Interesante ese cable que se le tira a Aldama, que huele a pacto de villanos.
De momento el inculpado en libertad provisional ha asegurado que Sánchez «tendrá las pruebas que reclama». Las espadas están en alto, y el país en vilo.
Todos esperamos que este medio, tan objetivo, y que tanto ha hecho para destapar la corrupción en torno al Gobierno, publique pronto una vieja foto en la cuarta planta de Ferraz que varios ya han visto, y que puede suponer un antes y un después en cuanto a la credibilidad del relato de Don Víctor de Aldama.
Coda 1) Patio de Colegio de Comisarios. Se salda con un fracaso de traca y una pataleta infantil la recusación del PP a la vicepresidenta y ministra Teresa Ribera (por su mala actuación en la crisis de la dana valenciana) para ocupar la vicepresidencia de Transición ecológica del colegio de comisarios de Ursula von der Leyen. Si este es el peso del PP y sus 22 diputados en el grupo del PPE, incapaz de imponer un veto tan razonado y razonable… El premio de consolación de votar en solitario contra no hará sino dejar clara la debilidad de Feijóo en Europa. Hay batallas que sólo deben librarse si se pueden ganar.
Coda 2) Desobediente. Manuel Valls, exprimer ministro de Francia, asegura que desobedecería el mandato de detención del Tribunal Penal Internacional respecto al primer ministro israelí Netanyahu. Aquí entrevistado en una cadena de televisión francesa.
Coda 3) Delfinato. El delfín de Le Pen, Jordan Bardella, se ha metido en un jardín. Cuando quedan pocas semanas para que recaiga la sentencia sobre los empleos europeos ficticios de su partido, que, todo apunta, puede inhabilitar durante años a su jefa Marine Le Pen, declara en una entrevista que nadie con antecedentes penales debería ser candidato a cargo público en su partido. Hay quien ve una jugada maquiavélica pensando en las próximas presidenciales.
Entrevista maldita a Aldama
¿Le podemos preguntar? -Sólo en ausencia de mi abogado.
¿Qué pruebas piensa aportar? –Las que me diga mi abogado.
¿Es decir? – Está llegando mi abogado, lo siento.
– ¿Y la foto en la planta cuarta de Ferraz? –¿Qué foto, qué Ferraz?
¿Aceptará la conciliación? -Yo siempre he sido de conciliar… con la Justicia.
Y el IVA de los hidrocaburos? – El IVA siempre se devuelve. Y ahora que ha llegado mi abogado tengo que dejar de hablar. De todos modos tendrán todas las pruebas (que diga mi abogado).