El Imperio Sanchiano corona a su césar
«El poder judicial y la prensa son los culpables del calvario socialista, pero no así los Ábalos, Koldo, García Ortiz, David Sánchez, Begoña Gómez o Armengol»
Alejandra Svriz
No habrá un Idus de Marzo sevillano, los traidores ya saben lo que les espera en el Imperio Sanchiano. El César socialista será coronado por sus fieles e incondicionales en Híspalis tras un Congreso a la búlgara en el que no hay lugar para la disidencia. El líder supremo marca el paso y el cónclave federal no deja de ser una mera formalidad en la que todo está cocinado de antemano. La participación y la discusión plural no tienen cabida, menos en estos momentos en los que el presidente se siente acorralado, como no, por la derecha golpista aliada con sus satélites mediáticos y los jueces.
El héroe del barrio de Tetuán es la única alternativa que tiene el socialismo para regenerarse y conjurar los peligros internos y externos. Los líderes cesaristas gustan de gobernar a su antojo sin los pesos y contrapesos de otras instituciones del Estado. El poder judicial y la prensa son los culpables del calvario socialista de esta semana, pero no así los Ábalos, Koldo, Aldama, García Ortiz, Cerdán, David Sánchez, Begoña Gómez, Sánchez Acera, Marlaska o Armengol. Estas son almas de la caridad a los que la ultraderecha de Feijóo ataca sin piedad con ayuda de los jueces y la fachosfera para hacerse con el poder mediante un golpe de Estado. Ante esta persecución brutal y sin piedad el socialismo encumbra en loor de multitudes a su líder máximo.
Cuando los votantes y afiliados socialistas perdonan la presunta comisión de delitos de sus dirigentes porque es peor que les gobierne la derecha, es que hay un grave problema de fondo. El culto a la personalidad del liderazgo fuerte, paternalista y centralizado de Sánchez y la resistencia al debate y la crítica que cuestionen su autoridad no son más que meros rictus del franquismo sociológico que anida en el sanchismo. Gestos de raigambre franquista como los que recoge el Congreso socialista en el documento «España adelanta por la izquierda», que destaca que los grandes avances de este país siempre han sucedido bajo el liderazgo del PSOE y que recoge una visión paternalista sobre el Estado que debe actuar como protector en lugar de fomentar la iniciativa ciudadana o empresarial o con esa preferencia por un modelo económico cada vez con mayor intervención estatal directa. Una sociedad en la que el lucro desorbitado, aunque se consiga a base de esfuerzo y sacrificio y de manera legal, está bajo sospecha; y en la que la propiedad privada se ve desamparada con la ley de Vivienda sanchista que da todo el poder a los inquiokupas frente a pequeños ahorradores, pero la culpa del exorbitante precio de los pisos en las grandes ciudades no es de la escasez de oferta de vivienda ni del gobierno que Sánchez lidera desde hace seis años, sino de la señora Ayuso. Pero claro, al final el líder socialista dirá a sus fervorosos creyentes que la cogobernanza en vivienda implica competencias de las Comunidades Autónomas, como ya hizo durante la DANA para endilgar la tragedia y la respuesta tortuguesca del Estado central a la incompetencia de Mazón. El inquilino de la Moncloa se esconde tras palabras huecas y rimbombantes como cogobernanza y financiación singular para no evidenciar la realidad que es la dejación de funciones e incompetencia del gobierno central tras la tragedia de Valencia o la insolidaridad económica con el Estado y otras Comunidades Autónomas que supone el pacto fiscal con Cataluña.
En el cónclave socialista apareció otra de las kriptonitas del Supermán monclovita: la extrema derecha, ante la que la aldea gala de la socialdemocracia española resiste como gato panza arriba pese a que Bruselas no tiene ningún miramiento en votar a favor de los comisarios de Meloni o de Orban; mientras el PP no es capaz de llevar el envite hasta el final amenazando con cambiar de grupo político en caso de que el resto de los populares europeos votaran por Ribera como así sucedió.
«En el Congreso Federal no podía faltar un debate sobre los bulos sin autocrítica pese a sus cambios de opinión aplaudidos por los ‘cheerleaders’ Montero o Zapatero»
En una de las mesas del Congreso Federal no podía faltar un debate sobre los bulos sin ningún tipo de autocrítica pese a que el presidente del Gobierno es uno de los mayores propagadores de fake news con sus continuos cambios de opinión, la falta de valores o de asunción de responsabilidades políticas; aplaudidos por la grey socialista que han encabezado cheerleaders como María Jesús Montero o Zapatero que piden lealtad ante el acoso judicial. Una desinfomación que, según el PSOE, da lugar a la antipolítica y el cuestionamiento del sistema institucional, mientras su secretario de Organización, Santos Cerdán, aquél que trajo a Koldo García al partido, incluye a los jueces en la industria del fango La única voz discordante en Sevilla ha sido la de un García-Page que discrepa del victimismo actual de su partido, pero que al final solo sirve para legitimar al sanchismo con su voz discrepante.
Más leales que nunca con el César, así se han mostrado los asistentes al Congreso Federal con Pedro Sánchez. Como bien saben en el PSOE, el que se mueve puede ser acribillado por el instinto asesino del presidente, que se presentó como víctima en Sevilla para ser aclamado por la multitud socialista y consolidar su posición haciendo de la necesidad virtud con una oposición que ni está ni se le espera.
