¿De verdad queréis quedaros sin luz?
«El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es ciencia ficción. Ya lo era en su primera edición, pero la versión 2.0 es absolutamente irrealizable»
Estamos jugando con fuego y, al final, nos vamos a quemar. Estamos llevando el sistema eléctrico a límites absurdos, poniendo en riesgo el suministro de electricidad y, en una de estas, vamos a tener un susto que nos va a hacer despertar de golpe de esta ensoñación sostenible. Cerrar las centrales nucleares en España va a poner en riesgo el suministro eléctrico, es un hecho que se ha visto de forma cristalina estos últimos días.
La pasada semana, Red Eléctrica tuvo que interrumpir el suministro de electricidad a la gran industria de nuestro país durante varios días consecutivos. ¿La causa? Un aumento en la demanda de electricidad debido a la bajada de temperaturas. Es decir, no había suficiente generación de electricidad disponible para toda la demanda que había en España. ¿Cómo puede ser esto posible si llevamos años instalando energías renovables por doquier y tenemos un parque de generación de electricidad muy sobredimensionado? Muy sencillo de comprender, porque nos hemos dedicado a cerrar centrales que aportaban potencia firme al sistema y hemos instalado energías renovables no gestionables (que pueden no estar disponibles cuando se las necesita).
Basta un ejemplo. Nuestro país cuenta con una potencia solar de 30.600 MW y una potencia eólica de 31.600 MW. El pasado jueves, a las 18:30 tuvimos que ordenar a la industria que dejara de consumir porque la energía solar no estaba produciendo nada (era de noche) y la energía eólica estaba produciendo únicamente con 2.100 MW. Es decir, el equivalente a 93 de cada 100 molinos en España estaban parados y toda la energía solar no nos servía de nada. La conclusión es que tuvimos que quemar gas como si no hubiera un mañana. Y aun así estuvimos al límite.
Si no hubiéramos tenido las centrales nucleares en operación, hubiéramos tenido 5.000 MW menos de potencia firme en el sistema. No hubiéramos tenido centrales suficientes de gas ni interconexiones suficientes con Francia para solventar la situación. La cosa es, en realidad, mucho peor. La demanda a esa hora era de 40.000 MW, casi un 20% inferior al máximo de demanda en nuestro país, que tuvo lugar en el año 2007. Y desde el Gobierno nos dicen que vamos a electrificar nuestra economía, que la demanda eléctrica se va a multiplicar y que todo ello lo solucionaremos cerrando los ojos muy fuerte y deseando que la electricidad la produzcan unos risueños elfos al final del arcoíris.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es ciencia ficción. Ya lo era en su primera edición, pero la versión 2.0 es un auténtico brindis al sol absolutamente irrealizable. Aventuro que no se va a cumplir ninguno de sus postulados. Tal vez la instalación de energía solar se acerque a los objetivos, pero ni siquiera eso se va a cumplir en mi opinión. Las interconexiones que postulaba con terceros países no se van a realizar, la capacidad de almacenamientocon baterías que postulaba no se va a ejecutar y la energía termosolar con almacenamiento que postulaba tampoco se va a instalar. El PNIEC necesita una revisión urgente llevada a cabo por alguien que tenga los pies en la tierra y no levite por el limbo platónico.
Mientras tanto, el PNIEC establece el cierre de la mitad del parque nuclear para el año 2030. Si de verdad empezamos a electrificar la economía, si de verdad empezamos a electrificar procesos industriales, si de verdad empezamos a sustituir vehículos de combustión por coches eléctricos, si de verdad empezamos a sustituir calderas de gas por bombas de calor, el sistema eléctrico español no está preparado, en absoluto, para hacer frente a ese aumento de demanda con las tecnologías que se están instalando y la pérdida de potencia firme en el sistema (carbón y nucleares). Mientras las interconexiones no aumenten y las renovables no puedan almacenar su energía en baterías, a costes asumibles, estos planes son castillos de arena construidos sobre un cenagal.
«La seguridad de suministro es lo primero. Decidir cómo de limpia tiene que ser la energía es secundario, lo primero es tenerla asegurada»
La seguridad de suministro es lo primero. Decidir cómo de limpia tiene que ser la energía es secundario, lo primero es tenerla asegurada. Si tenemos que andar parando la producción industrial porque estamos jugando a ser más eco-resilientes que nadie, lo vamos a pagar muy caro. No hace falta más que mirar a Alemania con una industria hecha unos zorros, más de 125.000 personas en procesos de despidos colectivos y salvando la situación gracias a las importaciones de electricidad nuclear de Francia. El viernes tuvieron un precio de la electricidad cercano a los 1.000 €/MWh porque se quedaron sin viento. Pero no echemos la culpa al viento, quedarse sin viento no hubiera sido un problema si no hubieran cerrado todas sus centrales nucleares. La culpa es del populismo bananero, que no es cosa exclusiva de nuestras latitudes.
La realidad no comulga con el relato oficial, nunca. Si el relato coincidiera con la realidad, no haría falta construirlo. Pero les aseguro una cosa, las leyes de la física son innegociables, independientemente de quién pernocte en la Moncloa.